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Noche de lujuria súbita

Publicado el 15 mayo 2021 por Luz1983
Sabía que él llevaba tiempo ausente desde aquella noche que llegué tarde.
Había bebido y nada más cerrar la puerta se acercó como nunca con la mirada gris, inflexible y encendida.
Noche de lujuria súbita
Me empujó hasta la mesa,  levantó el vestido y con la cara contra la madera, sentía  como arrancaba la blusa e iba amasando con fiereza los pechos retorciéndose en el cuello y penetrando sin tregua, conspirando con palabras vulgares y toscas.
No sé, creía que sentía dolor, hasta que el calor derretía las entrañas con gemidos intensos que desconocía.
Sabía que Inés pasaba esa noche en la casa de una amiga. Estábamos solos como desconocidos viviendo un porno.
Con un grito final se separó, me soltó y caí. Sentí cerrarse la puerta y cerré los ojos para adaptarme a una nueva realidad.
Nueve años de rutina paulatina, de trabajo, de padres comprometidos, cansada y sin deseo, cumplía con sus necesidades, un polvo, jadeos hasta que parecía satisfecho y lo invadía el sueño. 
Después supe de ella, una compañera de trabajo y sentí alivio. Otra fuente de desahogo sin verme comprometida. Y callé, me sentí bastante sucia y sin sensibilidad en una relación cada vez más rota y falsa. Lo importante era la seguridad del hogar, Inés. No quería saber nada del tema. 
Mis amigos gimoteaban rencorosos la infidelidad de sus parejas o separaciones dolorosas y pensaba será amor, yo ya no sé. 
Tampoco necesitaba una película hasta que llegó Manuel. Un joven amoroso, detallista, distinto y sin darme cuenta me iba colando en su aroma, su boca cuando hablaba. No quería pensar, solo pasaban los días y era feliz, me sentía jovial y renovada. Nada más, creía... O no. 
Me empecé a vestir más atrevida, cuidaba el maquillaje, la sonrisa. 
Hasta el primer día, el primer beso con la boca derretida en la suya empujando con avidez y glotonería. 
Y así empezó mi infedelidad, gozando con el cuerpo joven, llena de apetito y gula. 
Él lo supo y no podía admitir lo recíproco hasta esa noche. No sé el porqué de esa conducta, no me atrevo hablarlo con nadie. No fue violación, estoy segura que no. Pero qué. 
Ahora seguimos siendo una familia normal, ninguno planteó el divorcio y los dos necesitamos la estabilidad de Inés. 
-Pero sabes que no es así, - agregó el psicólogo.- están escondiendo algo, desde una escenificación "porno" hasta la aparente indiferencia colocando entremedio un pretexto: Inés. 
-¿Qué quieres decir? ¿que no queremos terminar? 
-Ahí tendrías que profundizar. 
-Te confieso, no hay nada ni nadie que se pueda anteponer a la realización de mi hija, su tranquilidad y estabilidad, su camino al futuro libre de cualquier trauma que pueda ocasionarle yo si puedo evitarlo, por mínimo que sea. Y de momento es posible Lo hablamos y él piensa igual. Ya habrá tiempo cuando madure y tenga su propia vida. 
La sociedad nos separa gran parte del día: el trabajo, el cole, las obligaciones, la salud, la inestabilidad, deseos y metas personales pero tiene un "nido" que intenta ser seguro y es el apoyo de sus años frágiles. 
-No sé...

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