Revista Cultura y Ocio
Fran, Carolina y Gustavo (de izda a dcha).Fotografías de Antonio Sánchez Mera.
De la mano de Carolina Noriega, Fran el Chavo y Gustavo Biosca (el Cómico Suicida) vivieron los asistentes a los cines Parquesol Plaza la noche del 8 de octubre una sesión de carcajadas logradas por tres tipos de humor muy diferentes entre sí.
Como maestra de ceremonias, Patri de la Fuente, ganadora del concurso de monólogos del bar la Bitácora, que presentó uno por uno a sus compañeros humoristas a través de chistes y chascarrillos varios.
Patri de la Fuente, presentadora de la noche.
Empezamos con el humor local de Fran el Chavo, que, como él mismo dijo, nació en Valladolid, pero se fue a vivir a un pueblo. Dio comienzo su media hora de actuación con algunas gracias sobre los nombres de algunas pequeñas localidades rurales, y acerca de esa idea de que se puede dormir bien en ellas, quizá no tan acertada como parece desde la ciudad.
No podía faltar, en esta línea, referencias a la abuela, que cocina como nadie. Él aseguraba que en la sopa de marisco de la suya ha llegado a ver delfines.
El Chavo.
La nostalgia se deja notar en los trabajos de muchos cómicos, como fue también el caso de este cuando hablaba de los dibujos de antes y los de ahora, esa diferencia que existe entre ambos.
Hubo también un hueco para las fiestas de la ciudad, un tema que puso el cierre al turno de Fran el Chavo, con su humor castizo y de la tierra.
Volvió a subir Patri al escenario comentando, en alusión a lo de los dibujos de antaño, sobre el nombre del abuelo de Heidi, algo que nunca se dijo en la serie, aunque quizá investigando la canción de opening pueda darnos alguna pista...
Y le llegó la hora a Carolina Noriega, el punto femenino de la noche, que nos hizo reír a carcajadas a través de un tema que suele ser, en algunos ámbitos, algo tabú: el sexo. Sin recurrir en ningún momento a nada burdo ni gráfico, desde la perspectiva de una mujer, pero sin caer en el feminismo en ningún momento.
Carolina.
¿Quién no tiene la típica amiga de “los tíos son todos unos cerdos”? También nos dejó claro que no le gusta la gente “gilipollas” (que mira que no hay por todas partes).
Explicaba la sucesión de grado entre ser actriz, prostituta y modelo (de mayor a menos importancia), aunque aseguraba que ella de pequeña lo que quería era ser monja.
En observación a lo referente con respecto de los coches que idean para mujeres, ella firmaba que lo ideal sería que le pusiesen un GPS premenstrual, que captase las delicadezas por las que pasamos esos días y actuase en consecuencia de ello. Toda una idea, si se me permite el comentario.
Para ir despidiéndose contó un par de chistes sueltos, mientras los asistentes no tenían descanso entre cada risa.
De nuevo Patri, en esta ocasión para introducir al tercer cómico de la noche, el Suicida, Gustavo Biosca, que puso el punto final a la gala con su característico ingenio.
Biosca.
Tras su entrada, parapetado tras unas gafas de sol oscuras, y habiendo pedido un aplauso para los que estaban allí, para los que no habían ido, y para quienes sí asistían pero no querían haber ido , hizo su primer “truco” de magia (hacer desaparecer un vaso de JB con cola).
A modo de presentación y de su anterior trabajo en la Sexta, en el programa Sabías a lo que venías, de Santiago Segura, contaba que trabajar en la televisión está bien, pero que si es en este canal, no te conoce nadie, algo que ilustró con algunos ejemplos.
Bastante más bestia que sus dos predecesores de la noche, el público seguía reaccionando bien, al haber una variedad en los estilos de los tres.
Como ejemplo del enfoque del monólogo de Biosca, la idea de secuestrar a la princesa Letizia, dormirla con cloroformo, y dejarla en un plató de televisión para que cuando se despierte decirla que todo ha sido un sueño.
Los cuatro cómicos junto con JuanPa Devant, organizador del evento.
Terminando con otro par de trucos del estilo del primero, ya pasada la medianoche, finalizó la velada con estos tres grandes del humor, con los que pudimos hablar después. Aseguraban que eso de que el público de Valladolid es más frío que otros no es verdad. Gustavo Biosca decía que “todo lo contrario”, que siempre que viene aquí, tiene muchos espectadores. Reconoció que se pasó con lo de Tordesillas (hizo alusiones muy duras por lo del toro de la Vega), que lo sentía, pero que es un tema que le molesta de sobremanera.
En respuesta a si entonces tiene cabida hablar de temas serios en espectáculos de humor, respondía con que él es el Cómico Suicida y “eso defiende el que yo diga arriba lo que me de la gana”.
El Chavo, en respuesta a lo mismo del público, también opina que no es cierto. Le cortaba Biosca para asegurar que “para los cómicos profesionales actuar en Valladolid es un regalo, porque lo haces en salas donde va el público a reírse. Después de Valencia, es el mejor sitio para ello”.
Carolina decía que le parece “el mejor de España”.
A la pregunta sobre las inspiraciones para sus trabajos, fue Fran el que respondió por Biosca: “en tradiciones que haya que cambiar, como lo del toro de la Vega, y lo dice.”, y sobre él mismo, en experiencias cotidianas que le parecen graciosas. Carolina, que nos había dicho que intentaría controlarse sobre el tema del sexo, parece que no terminó de lograr su objetivo.
El buen rollo entre ellos se notaba durante la breve entrevista de después, igual que durante las gracias que se hacían mientras uno estaba en escena, algo que supieron transmitir al público, poniendo la nota cómica en estos días de comienzos otoñales.
De la mano de Carolina Noriega, Fran el Chavo y Gustavo Biosca (el Cómico Suicida) vivieron los asistentes a los cines Parquesol Plaza la noche del 8 de octubre una sesión de carcajadas logradas por tres tipos de humor muy diferentes entre sí.
Como maestra de ceremonias, Patri de la Fuente, ganadora del concurso de monólogos del bar la Bitácora, que presentó uno por uno a sus compañeros humoristas a través de chistes y chascarrillos varios.
Patri de la Fuente, presentadora de la noche.
Empezamos con el humor local de Fran el Chavo, que, como él mismo dijo, nació en Valladolid, pero se fue a vivir a un pueblo. Dio comienzo su media hora de actuación con algunas gracias sobre los nombres de algunas pequeñas localidades rurales, y acerca de esa idea de que se puede dormir bien en ellas, quizá no tan acertada como parece desde la ciudad.
No podía faltar, en esta línea, referencias a la abuela, que cocina como nadie. Él aseguraba que en la sopa de marisco de la suya ha llegado a ver delfines.
El Chavo.
La nostalgia se deja notar en los trabajos de muchos cómicos, como fue también el caso de este cuando hablaba de los dibujos de antes y los de ahora, esa diferencia que existe entre ambos.
Hubo también un hueco para las fiestas de la ciudad, un tema que puso el cierre al turno de Fran el Chavo, con su humor castizo y de la tierra.
Volvió a subir Patri al escenario comentando, en alusión a lo de los dibujos de antaño, sobre el nombre del abuelo de Heidi, algo que nunca se dijo en la serie, aunque quizá investigando la canción de opening pueda darnos alguna pista...
Y le llegó la hora a Carolina Noriega, el punto femenino de la noche, que nos hizo reír a carcajadas a través de un tema que suele ser, en algunos ámbitos, algo tabú: el sexo. Sin recurrir en ningún momento a nada burdo ni gráfico, desde la perspectiva de una mujer, pero sin caer en el feminismo en ningún momento.
Carolina.
¿Quién no tiene la típica amiga de “los tíos son todos unos cerdos”? También nos dejó claro que no le gusta la gente “gilipollas” (que mira que no hay por todas partes).
Explicaba la sucesión de grado entre ser actriz, prostituta y modelo (de mayor a menos importancia), aunque aseguraba que ella de pequeña lo que quería era ser monja.
En observación a lo referente con respecto de los coches que idean para mujeres, ella firmaba que lo ideal sería que le pusiesen un GPS premenstrual, que captase las delicadezas por las que pasamos esos días y actuase en consecuencia de ello. Toda una idea, si se me permite el comentario.
Para ir despidiéndose contó un par de chistes sueltos, mientras los asistentes no tenían descanso entre cada risa.
De nuevo Patri, en esta ocasión para introducir al tercer cómico de la noche, el Suicida, Gustavo Biosca, que puso el punto final a la gala con su característico ingenio.
Biosca.
Tras su entrada, parapetado tras unas gafas de sol oscuras, y habiendo pedido un aplauso para los que estaban allí, para los que no habían ido, y para quienes sí asistían pero no querían haber ido , hizo su primer “truco” de magia (hacer desaparecer un vaso de JB con cola).
A modo de presentación y de su anterior trabajo en la Sexta, en el programa Sabías a lo que venías, de Santiago Segura, contaba que trabajar en la televisión está bien, pero que si es en este canal, no te conoce nadie, algo que ilustró con algunos ejemplos.
Bastante más bestia que sus dos predecesores de la noche, el público seguía reaccionando bien, al haber una variedad en los estilos de los tres.
Como ejemplo del enfoque del monólogo de Biosca, la idea de secuestrar a la princesa Letizia, dormirla con cloroformo, y dejarla en un plató de televisión para que cuando se despierte decirla que todo ha sido un sueño.
Los cuatro cómicos junto con JuanPa Devant, organizador del evento.
Terminando con otro par de trucos del estilo del primero, ya pasada la medianoche, finalizó la velada con estos tres grandes del humor, con los que pudimos hablar después. Aseguraban que eso de que el público de Valladolid es más frío que otros no es verdad. Gustavo Biosca decía que “todo lo contrario”, que siempre que viene aquí, tiene muchos espectadores. Reconoció que se pasó con lo de Tordesillas (hizo alusiones muy duras por lo del toro de la Vega), que lo sentía, pero que es un tema que le molesta de sobremanera.
En respuesta a si entonces tiene cabida hablar de temas serios en espectáculos de humor, respondía con que él es el Cómico Suicida y “eso defiende el que yo diga arriba lo que me de la gana”.
El Chavo, en respuesta a lo mismo del público, también opina que no es cierto. Le cortaba Biosca para asegurar que “para los cómicos profesionales actuar en Valladolid es un regalo, porque lo haces en salas donde va el público a reírse. Después de Valencia, es el mejor sitio para ello”.
Carolina decía que le parece “el mejor de España”.
A la pregunta sobre las inspiraciones para sus trabajos, fue Fran el que respondió por Biosca: “en tradiciones que haya que cambiar, como lo del toro de la Vega, y lo dice.”, y sobre él mismo, en experiencias cotidianas que le parecen graciosas. Carolina, que nos había dicho que intentaría controlarse sobre el tema del sexo, parece que no terminó de lograr su objetivo.
El buen rollo entre ellos se notaba durante la breve entrevista de después, igual que durante las gracias que se hacían mientras uno estaba en escena, algo que supieron transmitir al público, poniendo la nota cómica en estos días de comienzos otoñales.