Revista Libros

Noche y niebla - Juan Andrés Moya

Publicado el 07 abril 2012 por Esperanza Redondo Morales @esperedondo
Noche y niebla - Juan Andrés MoyaPublicación: Disponible en Bubok
Edición: 1ª ed.
Descripción física: 72 p.
ISBN: 978-84-2534-353-7
CDU: 821.134.2-31"20"
Signatura: N MOY noc
Precio: 10,24 euros en formato papel y 5 euros en formato electrónico, en la página web de Bubok


LA REALIDAD SUPERA A LA FICCIÓN
He tenido ocasión de leer este libro gracias a la iniciativa de sorteo y lectura conjunta que organizó Kayena, del blog Negro sobre blanco; no tuve suerte en el sorteo, pero como ella es una lianta y tiene una forma de pedirte que te metas en un fregado que no te puedes negar, ya que se ofreció a prestarme su ejemplar no tenía excusa. Como siempre me pasa con estas cosas, me agobiaba un poco lo de no poder cumplir con los plazos, que eso de comprometerme con algo y que pueda surgir lo de dejar colgada a la gente no me gusta nada; pero he llegado a tiempo para publicar el día que me tocaba, sin problemas de ningún tipo.
Hasta el momento de leer esta novela (más bien relato corto, podríamos decir), su autor, Juan Andrés Moya Montáñez, era absolutamente desconocido para mí; al menos literariamente, ya que en el mundo Ciao! sí que es bastante conocido, concretamente como john_andy.
Argumento y personajes
Siempre me suele ocurrir que, a la hora de hablar tanto sobre novelas cortas como sobre libros de relatos (como me pasó hace unos días con Ellas también viven), me resulta complicado condensar las cosas y decir todo lo que quisiera decir, pero sin destripar nada a la vez. Es que, a poco que te enrolles, al final te emocionas y te puede llegar a salir una reseña que resulte casi tan larga como la propia novela... Pero bueno, espero conseguir que me salga algo más o menos decente; por lo menos lo intentaré, que por algo se empieza.
El relato comienza contándonos la historia de Lucía, una niña argentina de siete años que quiere con locura a su padre, que por su parte sería capaz de hacer cualquier cosa por ella. Es increíble cómo en estos primeros párrafos podemos apreciar perfectamente lo mucho que se quieren los dos. Y a lo largo de su vida, incluso después de que hayan pasado dieciocho años desde aquel día en el que tuvieron que abandonar Argentina para venir a vivir a España, Lucía sigue queriendo a su padre incluso más. También quiere mucho a Gabriela, su madre, pero su relación con ella no es tan estrecha.
Pero ahora el padre de Lucía, Carlos Alberto Barda, se encuentra hospitalizado y su estado es muy grave, después de que haya sufrido dos derrames cerebrales. Lucía no quiere ni pensar en qué será de su vida si su padre la abandona, y su madre está convencida de que es un hombre joven y será capaz de salir de esta. Al poco tiempo de estar en el hospital, un día una anciana entra en la habitación preguntando por él; y Lucía se queda sin palabras cuando esta anciana le dice que lo único que quiere es comprobar que el hombre que está allí postrado está muerto. Lucía la echa de la habitación, pero la mujer le da un recorte de periódico en el que se habla del cuerpo sin vida, mutilado, de un joven que fue encontrado hace tiempo.
En el recorte se habla del joven Fernando Pironi, que fue secuestrado y torturado en "La Escuelita", un lugar que estaba gestionado por el gobierno argentino que estuvo en el poder entre los años 1976 y 1983. Al enterarse de que este lugar estaba dirigido por su padre, que era militar de la dictadura en aquella época, Lucía horrorizada le pregunta a su madre... Ésta la intenta convencer diciendo que lo que su padre hizo lo hizo por su patria, que era su deber, que sólo era un monstruo cuando trabajaba y que cuando llegaba a casa con su sonrisa, ella no podía hacer otra cosa que seguir con él y apoyarle. Pero Lucía no puede por nada del mundo creerse que su padre, ese hombre al que ella quiere tanto, haya sido capaz de tantas atrocidades...
Mis impresiones
Si tuviera que utilizar una sola palabra para describir esta novela, creo que no podría ser otra nada más que impactante. Me ha gustado sobre todo esa combinación de sentimientos encontrados, por un lado ternura al leer los pasajes de Lucía de pequeña con su padre, y por otro de odio e impotencia al leer los correspondientes a lo que ocurre en la Escuelita. Por momentos me he acordado, como comentaba en su reseña Rebeca de Winter, de la película La caja de música; y por otro también me ha venido a la memoria Imagining Argentina, otra película que casualmente vi hace no mucho y que también trata de lo que ocurrió en Argentina durante la dictadura que tuvo lugar en estos mismos años.
Y precisamente una de las cosas más impactantes de esta novela fue, para mí, el hecho de pensar que no se trata de una historia inventada. Cosas como las que nos narra el autor aquí les ocurrieron durante aquellos años a cientos, miles de personas. Y pensar en la cantidad de gente inocente que fue humillada, torturada y ejecutada durante los años en los que ese gobierno ejerció el poder, son para ponerle los pelos de punta a cualquiera a poco que se pare a pensarlo.
Algo que me ha gustado mucho, aunque al principio me costó un poco, es el lenguaje tan sumamente adornado y sumamente poético que utiliza Juan Andrés. Y digo que al principio me costó un poco no porque la novela no me gustara, ni porque fuera difícil coger el hilo de la historia; fue simplemente porque a veces descubro obras que no están hechas para leer en el transporte público, ni para leerlas con prisa, sino para degustarlas con toda la calma del mundo y paladear la poesía que encierran sus palabras. Además, utiliza las palabras y el modo de hablar típico en Argentina, y durante la lectura yo no he podido evitar acordarme de varios amigos que tengo que son de allí, y me los imaginaba contándome esta misma historia.
También me ha gustado bastante el personaje de Lucía; no por su personaje en sí, sino más bien por el hecho de que Juan Andrés ha sido perfectamente capaz, en el poco espacio que ocupa la novela, de plasmar la evolución completa de este personaje. Es admirable ver cómo Lucía pasará del amor incondicional hacia su padre a la incredulidad al pensar que el mismo padre al que ella adora fuera capaz de hacer las atrocidades de las que la anciana lo acusa; y de ahí pasar a odiar por completo a esa persona a la que ella había creído su padre y que ha resultado ser un auténtico monstruo. Un hombre bueno disfrazado de monstruo, o un monstruo disfrazado de hombre bueno, como se menciona en uno de los momentos de la novela.
Iremos conociendo la historia en dos niveles o mejor dicho en dos momentos: en algunos capítulos, por cierto todos ellos muy breves, nos encontraremos en la época de la dictadura argentina, y en otros nos hallaremos en la época actual. Pero esto no supondrá ningún problema en ningún momento, ya que al inicio de cada capítulo se nos indicará el lugar y la fecha en la que está teniendo lugar la acción. A veces nos encontramos novelas en las que ocurren cosas en diferentes momentos separados en el tiempo, y si este recurso no se utiliza bien podemos incluso acabar perdidos, sin tener ni idea de dónde estamos ni en qué época; no es el caso de esta novela, ya que en todo momento tendremos perfectamente situada la acción, y además como decía los capítulos son tan cortos que no nos dará tiempo ni a plantearnos eso de poder despistarnos.
Conclusión
Como decía al principio, siempre me resulta difícil escribir una reseña sobre una novela tan corta como esta, pero al menos espero haberos despertado la curiosidad a aquellos que todavía no hayan tenido ocasión de leerla. Habrá momentos en los que apreciaréis toda la ternura y el amor que se tienen Lucía y su padre; habrá otros momentos en los que al igual que ella, sentiréis odio por él; también sentiréis pena y sobre todo impotencia por Fernando. Pero lo que está claro es que la lectura no os dejará indiferentes.
En mi caso, siempre intento leer cosas que precisamente no me dejen indiferente; ya sea para bien o para mal, pero me gustan las novelas que aportan algo. Y en este caso desde luego, esto se cumple con creces. Sin ir más lejos, a mí en algún momento se me ha escapado alguna sonrisa, pero tengo que decir que algún que otro lagrimón también... La única pega que le podría poner, por decir algo, es que se me ha hecho tan sumamente corta que me he quedado con ganas de más.
Después de haber leído la novela, tengo claro que posiblemente siga leyendo más cosas del autor (aparte de sus opiniones en Ciao!, quiero decir); si en esta primera novela ha sido capaz de provocar tantos sentimientos, no sólo a mí sino al resto de gente que la ha leído, visto lo que se ha ido contando en el resto de opiniones, está claro que nos encontramos sin duda ante todo un genio de las palabras.
¿Qué opina de esta novela...


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