Revista Cultura y Ocio
"Y no he vuelto a ver a Nástenka. ¿Entristecer con mi presencia su felicidad, ser un reproche, marchitar las flores que se puso en los cabellos para ir al altar? ¡Jamás, jamás! ¡Que su cielo sea sereno, que su sonrisa sea clara! Yo te bendigo por el instante de alegría que diste al transeúnte melancólico, extraño, solitario... ¡Dios mío! ¿Un instante de felicidad no es suficiente para toda una vida?"
Hay ciudades, y tal vez San Petersburgo sea la mas importante, en las que se produce el llamado sol de medianoche. Durante unos días el sol no llega a pasar por debajo del horizonte y en la ciudad parece que el tiempo se detiene para brindar 24 horas de luz y atardecer y madrugada se confunden en los relojes. Un fenómeno de esa naturaleza ha aparecido de forma recurrente en la literatura en narraciones y poemas. Hoy traigo a mi estantería virtual un libro que lo toma como título; hoy traigo, Noches blancas.
Conocemos a un joven pobre y solitario; un soñador tímido que imagina su futuro aún inmerso en su perenne soledad solamente rota por su imaginación. Este hombre conoce a una adolescente, Nastenka, que aparece en su vida entre lágrimas relatándole que está esperando al hombre que ama. Es irremediable, él se enamora de Nastenka... e intenta ayudarla.
Ya he comentado alguna vez que hay autores que intimidan. Por eso es muy importante saber a qué lectura nos queremos enfrentar de entrada y, precisamente por eso, es bueno tener opciones que, aunque no sean tan conocidas, nos pueden resultar más afines. Hoy traigo a mi estantería una novela corta o relato largo de un nombre impresncindible de la literatura. Su segunda novela en realidad. En ella apreciamos aún una influencia romántica, ya que el argumento es una historia romántica al uso. Y también podemos vislumbrar una época en la que el autor era un soñador que quería dedicarse a escribir, más o menos a la edad del protagonista. Y todo ellos disfrutando de una forma de escribir en la que ya se apreciaba al genio de su posterior creación literaria.
Una mujer, dos hombres, un par de cartas, una decisión y una gran historia de amor y desamor que acompañamos sintiéndonos afines al protagonista, que es quien nos relata la historia. Vemos sus sueños y temores y, poco a poco, nos enamoramos de esa mujer a la que ayuda deseando que no salga bien... que el amado no regrese de su viaje para poder tener la oportunidad de estar con ella. Para atrevernos a soñar. Y a veces el destino nos deja esa posibilidad abierta en esta historia que se desarrolla en apenas unos días. Viviremos pendientes de sus letras para saber si se enamoran o si el pretendido regresa. Para saber, en definitiva, que le espera a nuestro ya querido narrador que parece depender de una palabra de esta joven. Porque si algo consigue el autor es que en un puñado de páginas se agolpen los sentimientos del lector; un lector que juzga, que comprende, que se enfada, sonríe, se entristece... y eso, según mi opinión, es lo que hace grande un libro. Y no tiene que ver con el número de páginas que hayan impreso.
Hoy os dejo una opción para acercaros a uno de esos nombres que intimidan, Dostoyevski, y una ventana para asomaros a una hermosa historia con un final redondo. Porque esta historia, no podía tener otro final.
Y vosotros, ¿sois más de libros largos o historias cortas?
Gracias