Noches de Karnak
Autor: Nieves Hidalgo
Editorial Zeta Bolsillo (Ediciones B)
ISBN: 978-84-92924-80-6
SINOPSIS
Muchos siglos atrás, las divinidades egipcias —ya sabemos que los dioses son caprichosos— regalan a un campesino la tablilla de la Vida Eterna. El extraordinario objeto pasará de mano en mano hasta que el faraón Tutmosis III lo hace enterrar, convencido de que será para siempre.
Una diosa-demonio había prometido entregar la tablilla a su fiel servidor Seneptha. Pero éste muere a manos del guerrero Karemheb, el Guardián del Valle de los Reyes, y la diosa se venga ordenando que lo asesinen y lo entierren en la tumba de Seneptha.
En nuestros días, los arqueólogos Esther Rivet y Moses Connor descubren la tumba, y en ella una tablilla y un anillo. Y sin proponérselo, resucitan al servidor de la diosa. Pero Seneptha no volverá a la vida solo… Karemheb, el ancestral guerrero, lo hará con él.
Esther no puede remediar enamorarse del enigmático ser de otro tiempo. Y la atracción entre ambos acabará por convertirse en un amor por el que estarán dispuestos a enfrentarse a todo, e incluso a morir por preservarlo.
OPINION DE BELÉN MÁRQUEZ
Es difícil enfocar una lectura con este argumento y no pensar en alguna producción de Hollywood cuyas maldiciones o castigos ancestrales nos devuelven a nuestro mundo seres de ultratumba con el propósito de destruir el mundo que tan laboriosamente hemos construido a nuestro alrededor. Quizás nos perdamos en el recuerdo de la magistral Anne Rice y su Momia, un ser enigmático y espeluznante que ha sido infinidad de veces reproducido en escritos posteriores. Pero la historia que nos cuenta Nieves es muy diferente. En primer lugar nos hallamos ante una novela romántica y no de terror; eso ya hace que toda la argumentación cambie. Tampoco hallaremos al terrorífico ser que va dejando un reguero de cadáveres a su paso en su necesidad por regenerarse sino que la magia nos devolverá a un ser civilizado y plenamente coherente en sus facultades físicas y mentales.
Quizás pudiéramos achacarle a Nieves —por darle una puntillita a la cosa y poder así dialogar con esta estupenda escritora— que haya recurrido a una excusa tan vieja como la de utilizar a la heroína de la historia como puente ejecutor de la maldición; aunque también debemos defender a capa y espada la originalidad de desenterrar dos almas en lugar de una: la del mortal enemigo movido por su deseo de complacer a su diosa y alcanzar la inmortalidad y el poder que ella conlleva, y el alma buena y protectora del guerrero que sacrificará su propia existencia por aquello en lo que cree que es su deber.
Así pues nos encontramos ante la sorpresa de dos «resurrecciones» paralelas y el inevitable encuentro entre el guerrero ancestral y nuestra heroína que se sentirán irremediablemente atraídos y desarrollarán la trama romántica de la historia. Lo que más me ha llamado la atención, es que Nieves recurre muy poco a las tan últimamente «obligadas» escenas de sexo que hallamos en toda novela romántica de última generación. Nieves es una escritora que juega más con los sentimientos propios del género y no con técnicas demasiado pulverizadas en algunas novelas que, a veces, poco tienen de románticas. En cambio, en Noches de Karnak, el romanticismo fluye en cada una de sus páginas, mezcladas con una pizca de misterio, mucha acción y una base histórica que complementa la historia y nos hace vivir apasionadamente cada capítulo de la misma. Con Nieves me he sentido transportada a un mundo que, en su día, dejó una huella muy profunda en mi corazón y es que, cuando visitas Egipto y sus maravillas, y eres de los que percibe esa magia que lo envuelve todo, alto en tu interior, cambia para siempre. El tiempo pasa, pero el recuerdo vivido queda latente, esperando que «algo» o «alguien» lo despierte.
Gracias, Nieves.