Revista Libros
Autor: VV.AA.
Editorial: Alfaguara
Número de páginas: 142
Precio: --
Al ser este un compendio de relatos, la sinopsis me la voy a saltar. Es una selección de terror de finales del siglo XIX, algunos mejores que otros. Hablemos de ellos.
Aquí podemos encontrar El hombre y la serpiente, de Ambrose Bierce, que nos trae el peor miedo imaginable: el psicológico. Un hombre ve una serpiente bajo un mueble mientras está leyendo y cae bajo el influjo de ésta... Un relato sencillo, ameno, aunque bastante flojito.
El segundo relato es Napoleón y el espectro, de Charlotte Brontë, cuya participación aquí me ha sorprendido, aunque si me paro a pensarlo, en la época en la que ella escribía estaban bastante de moda las historias de miedo. El emperador Napoleón recorre su palacio siguiendo a un fantasma, para terminar descubriendo algo terrible. Bastante flojo en lo concerniente al terror, pero con una ambientación impresionante.
Continuamos esta lectura con el archiconocido La pata de mono, de William Wykard Jacobs. Un matrimonio con un hijo de unos 20 años, recibe la visita de un viejo amigo, el sargento mayor Morris, que les traerá historias exóticas de sus viajes y una pata de mono encantada para conceder 3 deseos a 3 hombres. Cuando el marido pide el primer deseo, doscientas libras, empiezan a darse cuenta de que obtener lo que deseas puede ser muy peligroso. Este relato es, con mucho, el mejor de la compilación. Ya conocía de cabo a rabo la historia, por la cantidad de sitios en los que la versionan, pero aún así, lo he disfrutado mucho.
El cuarto (y soporífero) relato corresponde a Joseph Sheridan Le Fanu y se titula Relato de los extraños sucesos de la calle Aungier. Un par de amigos, estudiantes, se van a vivir a una casa provisionalmente abandonada, y empiezan a oír ruidos extraños. ¿Serán las ratas? ¿Serán fantasmas? La premisa es muy interesante, pero el relato no me ha gustado nada. No conseguía engancharme, ni intrigarme, ni conseguir que la ambientación me asustara ni un ápice. Se me ha hecho muy, muy pesado.
Seguimos con El invitado de Drácula, de Bram Stoker, lo que iba a ser el prólogo de la novela y finalmente se descartó. Aquí, Jonathan Harker se aventurará en un bosque del que le han prevenido y terminará arrepintiéndose. No muere ni nada, evidentemente, pero se lleva el susto de su vida. Creo que este relato lo incluyen en casi todas las recopilaciones de terror de esta época...
El penúltimo relato corresponde a la mujer de H.G. Wells, Katherine, que yo desconocía que fuese escritora también, y bastante buena, por cierto. El fantasma es una historia de terror perfecta, que deja lugar a la duda y en el que la ambientación, angustiosa y oscura, conseguirá inquietarnos.
Y, para terminar, tenemos La historia del difunto señor Evelsham, del propio H.G. Wells. Un joven recibe la visita inesperada de un anciano y prestigioso filósofo, que le ofrece dejarle toda su fortuna en herencia, pero antes quiere conocerle un poco. El joven ni siquiera puede adivinar lo caro que le costará cenar con el anciano. Este relato me ha encantado también. Me gusta mucho el juego psicológico, que sólo tengamos la versión del joven y el desenlace es, sencillamente, perfecto.
Como conclusión, me ha parecido una selección un tanto irregular, con algunos relatos muy buenos, pero con otros poco menos que anecdóticos. Supongo que es difícil hacer una antología de relatos del terror del s. XIX sin caer en lo mismo de siempre. Aún así, por los relatos buenos, merece la pena. ¡¡Visita mi blog y déjame un comentario!!
Editorial: Alfaguara
Número de páginas: 142
Precio: --
Al ser este un compendio de relatos, la sinopsis me la voy a saltar. Es una selección de terror de finales del siglo XIX, algunos mejores que otros. Hablemos de ellos.
Aquí podemos encontrar El hombre y la serpiente, de Ambrose Bierce, que nos trae el peor miedo imaginable: el psicológico. Un hombre ve una serpiente bajo un mueble mientras está leyendo y cae bajo el influjo de ésta... Un relato sencillo, ameno, aunque bastante flojito.
El segundo relato es Napoleón y el espectro, de Charlotte Brontë, cuya participación aquí me ha sorprendido, aunque si me paro a pensarlo, en la época en la que ella escribía estaban bastante de moda las historias de miedo. El emperador Napoleón recorre su palacio siguiendo a un fantasma, para terminar descubriendo algo terrible. Bastante flojo en lo concerniente al terror, pero con una ambientación impresionante.
Continuamos esta lectura con el archiconocido La pata de mono, de William Wykard Jacobs. Un matrimonio con un hijo de unos 20 años, recibe la visita de un viejo amigo, el sargento mayor Morris, que les traerá historias exóticas de sus viajes y una pata de mono encantada para conceder 3 deseos a 3 hombres. Cuando el marido pide el primer deseo, doscientas libras, empiezan a darse cuenta de que obtener lo que deseas puede ser muy peligroso. Este relato es, con mucho, el mejor de la compilación. Ya conocía de cabo a rabo la historia, por la cantidad de sitios en los que la versionan, pero aún así, lo he disfrutado mucho.
El cuarto (y soporífero) relato corresponde a Joseph Sheridan Le Fanu y se titula Relato de los extraños sucesos de la calle Aungier. Un par de amigos, estudiantes, se van a vivir a una casa provisionalmente abandonada, y empiezan a oír ruidos extraños. ¿Serán las ratas? ¿Serán fantasmas? La premisa es muy interesante, pero el relato no me ha gustado nada. No conseguía engancharme, ni intrigarme, ni conseguir que la ambientación me asustara ni un ápice. Se me ha hecho muy, muy pesado.
Seguimos con El invitado de Drácula, de Bram Stoker, lo que iba a ser el prólogo de la novela y finalmente se descartó. Aquí, Jonathan Harker se aventurará en un bosque del que le han prevenido y terminará arrepintiéndose. No muere ni nada, evidentemente, pero se lleva el susto de su vida. Creo que este relato lo incluyen en casi todas las recopilaciones de terror de esta época...
El penúltimo relato corresponde a la mujer de H.G. Wells, Katherine, que yo desconocía que fuese escritora también, y bastante buena, por cierto. El fantasma es una historia de terror perfecta, que deja lugar a la duda y en el que la ambientación, angustiosa y oscura, conseguirá inquietarnos.
Y, para terminar, tenemos La historia del difunto señor Evelsham, del propio H.G. Wells. Un joven recibe la visita inesperada de un anciano y prestigioso filósofo, que le ofrece dejarle toda su fortuna en herencia, pero antes quiere conocerle un poco. El joven ni siquiera puede adivinar lo caro que le costará cenar con el anciano. Este relato me ha encantado también. Me gusta mucho el juego psicológico, que sólo tengamos la versión del joven y el desenlace es, sencillamente, perfecto.
Como conclusión, me ha parecido una selección un tanto irregular, con algunos relatos muy buenos, pero con otros poco menos que anecdóticos. Supongo que es difícil hacer una antología de relatos del terror del s. XIX sin caer en lo mismo de siempre. Aún así, por los relatos buenos, merece la pena. ¡¡Visita mi blog y déjame un comentario!!