Berlín es una ciudad que engancha y siempre hay excusas para volver. Aunque como ya hemos dicho otras veces, la capital alemana no puede considerarse una ciudad bonita, su historia, sus museos y el ambiente de sus calles entre otros hacen que nunca falten motivos para visitarla.
Gendarmenmarkt | TPuerta de Brandeburgo minutos antes del comienzo del Año Nuevo |
Mercadillo navideño | Delicias de los mercados navideños |
Qué ver y hacer en Berlín en navidades
- Deleitarse con la mejor imagen de la Gendarmenmarkt que cuenta con uno de los mercadillos navideños más bonitos que hemos visitado. Hay que pagar una pequeña cantidad por entrar pero merece la pena. Las mejores vistas del conjunto se obtienen al atardecer y primeras horas de la noche desde las escalinatas de ambas catedrales, y eso, además, es gratis.
- Pasear por el mercadillo navideño de la Potsdamerplatz y tirarse por la rampa de hielo en un donut.
- Ver la imagen un tanto surrealista que supone el árbol de Navidad del Check Point Charlie.
- Patinar sobre hielo, o mirar cómo lo hacen otros, en la Alexanderplatz.
- Recorrer el inmenso mercadillo navideño próximo al Europa Center y ya de paso entrar al mismo a ver la exposición de cuentos que hay.
- Ver los adornos navideños de un barrio pequeño como Spandau.
- Pasear por el encantador barrio de Nikolaiviertel con sus adornos navideños.
- Degustar alguna de las especialidades que venden en los puestos en esta época: gluhwein (vino caliente con especias), frutas cubiertas de chocolate, bollitos recién hechos, ponche de Navidad... Y por supuesto, las clásicas salchichas y patatas.
Nikolaiviertel | Mercadillo de la Gendarmenmarkt |
Qué ver y hacer en Berlín en Nochevieja
- Sustituir los langostinos, el cordero, los turrones, etc. por un buen codillo (o cualquier otro clásico alemán) y cerveza en algún restaurante de la ciudad, por ejemplo, el Tiergarten Quelle.
- Pasar las últimas y primeras horas del año en Unter den Linden, mirando hacia la Puerta de Brandeburgo. Otra opción es hacerlo en el mercadillo navideño de la Gendarmenmarkt. Por 10 euros puedes entrar al mercadillo ya de noche y ver el cambio de año de una forma mucho más tranquila, pacífica y menos ruidosa. Puedes aprovechar para cenar en alguno de los puestos cubiertos con mesas y sillas en el interior.
- Ir a alguna de las fiestas en locales o, si te gusta el techno y soportas bien el frío, a la de al aire libre del Tiergarten.
- Empezar el año con las vistas de la ciudad desde la cúpula del Reichstag y si se tiene bien de hambre, darse un buen homenaje con el desayuno que sirven en el restaurante. No es precisamente barato pero quizás con eso ya te ahorres las comidas del resto del día.
- Ver a los corredores de la carrera de Año Nuevo en la Puerta de Brandeburgo.
- Aunque no es bonito, sí resulta interesante ver a los alemanes perder completamente los papeles durante el último día del año: petardos y fuegos artificiales sin control alguno por parte de la policía (y con el consecuente daño a edificios y personas) desde las 4 de la tarde del día 31 hasta las 2 de la madrugada aproximadamente, basura por doquier durante todo el día 1 de enero. Son clásicos de toda Nochevieja, sí, pero en una ciudad tan habitualmente impoluta como Berlín resulta chocante.
Patinaje sobre hielo en la Alexanderplatz | Rampa de hielo en Potsdamerplatz |
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