He de decir una cosa: la navidad en Francia is different.
Si bien Nochebuena es, como en España, una noche familiar, Nochevieja se celebra únicamente entre amigos, los padres por un lado y los jovenzuelos por otro. Nada de cena en familia y a esperar hasta después de medianoche como Cenicienta; aquí desde las 7 o las 8 se hace una fiesta con más alcohol que comida, se intenta aguantar hasta medianoche en un estado medio decente y, si alguien se acuerda de mirar la hora a tiempo, se para la fiesta momentáneamente, se hace la cuenta atrás, todo el mundo brinda y que siga la fiesta.
El problema es que a mi en estas situaciones me sale una vena tradicionalista que no vean y me acabo empecinando en seguir tradiciones españolas que nunca me habían importado, por cabezona. Como bien dice el refrán, nunca se aprecia lo que se tiene hasta que se pierde.
Y así es como acabé viviendo uno de mis Grandes Momentos como expatriada en Francia: sentada yo solita con mis 12 uvas delante de la retransmisión online de las campanadas de la Puerta del Sol bajo la atenta mirada (y los flashes de las cámaras) de todos mis amigos franceses.
Menos mal que no me atraganté ni nada, que sino ya estaba yo viendo venir el vídeo en Youtube: "española idiota casi muere al meterse 12 uvas en la boca a la vez".
Si al final va a resultar que es España la que es different...