Revista Psicología
A las personas nos gusta creer que tenemos todo bajo control, que gestionamos íntegramente los estímulos que nuestro cerebro recibe, y que gracias a ello somos perfectamente conscientes del mundo que nos rodea.
Pero los psicólogos saben desde hace mucho tiempo que esto no es en modo alguno así: hay cosas de las que no nos percatamos realmente, o que al menos no somos conscientes de haberlas percibido, y que forman parte de un mundo subliminal capaz de afectarnos y de moldear nuestro comportamiento.
Aún así, que un fenómeno de tal calibre exista no debe sorprendernos. Ha sido necesario para nuestra supervivencia. Cuando nuestra mente consciente no se percata de ciertas situaciones, podemos correr peligro. Por ello, el inconsciente se ocupa de recoger esas señales y de analizarlas para provocar una variación de nuestro comportamiento que nos ayude a superar lo que impliquen.
Hasta aquí todo parece muy claro y lógico, pero en realidad, la existencia de un mundo subliminal no ha sido fácil de probar por la ciencia.
Durante décadas ha sido muy difícil demostrar por métodos científicos concretos que lo subliminal existe y nos afecta, a pesar de que sabemos que el mensaje subliminal es algo real y que se utiliza incluso en publicidad.
Ahora bien, la tecnología avanza y ya tenemos herramientas capaces de estudiar el cerebro de una forma más profunda, y ver cómo se comporta, región por región, ante cualquier situación. El misterioso concepto de lo subliminal ya no es tan extraño y empieza a ser palpable desde el punto de vista del análisis científico.
En su libro “Subliminal”, Leonard Mlodinow se ocupa precisamente de ponernos al día sobre todas estas cuestiones, demostrando que hemos entrado en una nueva era de investigación del cerebro.
La portada de la obra es ya un guiño al lector. Junto a las letras negras del título, pueden entreverse, escritas en un color apenas aparente sobre el fondo verde, unas frases incitándonos a comprar el libro. Un mensaje subliminal que para algunas personas quizá demostrará de primera mano que el fenómeno realmente existe.
El libro de Mlodinow está dividido en dos partes principales. Una está dedicada a ofrecernos un repaso sobre lo que sabemos del cerebro y esos dos niveles distintos de reconocimiento de la realidad: consciente e inconsciente. El autor nos cuenta además cómo se forman los recuerdos y cómo se olvidan, si es que realmente sucede así, así como sensaciones tan conocidas como el “déjà vu”. En una segunda parte, Mlodinow se introduce más profundamente en el llamado inconsciente social, los mecanismos que el cerebro utiliza para proporcionarnos información sobre nuestro entorno sin que seamos plenamente conscientes de cómo lo hace. Así, el autor nos explica cómo juzgamos a los otros por su apariencia, cómo nos comunicamos sin hablar, cómo llegamos a ciertas conclusiones sin que tengamos realmente datos objetivos, cómo reconocemos rostros, emociones, etc. Y finalmente, examina la influencia de nuestro inconsciente en cómo nos vemos a nosotros mismos.
El libro publicado por Crítica tiene todos los ingredientes de la divulgación científica amable y contundente: entretiene e informa sobre un tema de gran interés que enfoca desde un punto de vista novedoso, además de estar escrito de una forma altamente comprensible para todo tipo de público. Atraerá tanto a los apasionados por la psicología y el cerebro humano como a los que busquen una lectura inteligente relacionada con la ciencia.
Todos los aspectos de nuestra vida mental juega en dos versiones: uno consciente, que somos siempre conscientes de, y el otro inconsciente, que permanece oculta de nosotros. En las últimas dos décadas, los investigadores han desarrollado notables nuevas herramientas para sondear el funcionamiento inconsciente o subconsciente, de la mente. Esta explosión de la investigación ha dado lugar a un cambio radical en nuestra comprensión de cómo la mente influye en la forma en que vivimos. Como resultado, los científicos están cada vez más convencidos de que la forma en que experimentamos el mundo - nuestra percepción, el comportamiento, la memoria y el juicio social - se debe principalmente a los procesos subconscientes de la mente y no por las conscientes, como se ha creído durante mucho tiempo.
Fuente: Noticias de la Ciencia.
Antes de terminar con esta entrada, te invito a que veas el siguiente vídeo, donde Leonard Mlodinow trata precisamente sobre el asunto del Mundo Subliminal. Adelante con él y espero que resulte de tu interés.
C. Marco