Revista Cultura y Ocio

Noir. Robert Coover

Por Mientrasleo @MientrasleoS
Noir. Robert Coover
     "Estás en el depósito de cadáveres. Donde hay una luz extraña. Sin sombras, pero como en negativo, como si la luz misma fuese sombra, al revés. Los fiambres no están a la vista, temporalmente archivados en cajones como datos de carne, congelados a su propia temperatura desangrada. Sus historia s no han concluido, sólo que ellos no podrán leerlas. En tu oficio, no es tanto un lugar donde las cosas terminan como un sitio en donde empiezan."
     Hace un par de semanas leí mi primer libro de Coover, se puede ver en el blog el tiempo que hace que saqué Pinocho en Venecia. Lo dije ya entonces, me había encantado y pensaba repetir sin tardar. Por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, Noir.
     Conocemos a Philip M. Noir, detective privado en un sórdido New London. Un hombre ajado con un despacho compartido por su secretaria Blanche, la que pone las cosas en orden. Recibe la visita de una mujer viuda, que quiere saber quién es el responsable de la muerte de su marido y evitar de paso morir ella. Tras aceptar el caso buscará informadores, bares y sombras, seguidor por Blue, acechado por una viuda que pronto aparece muerta.
     Noir es una novela negra, debería de comenzar diciendo. Hay un crimen, hay un detective, un policía y un misterio. Una ciudad fea, muchos malos, confidentes, copas, peleas, más confidentes, algún filete de lomo, más bares y, como no, mujeres. De esas que tiene que haber en todo clásico del género. Pero decir todo eso no deja de ser repetirse en los clichés de las historias de detectives mal afeitados y de ropa arrugada, y eso lo sabe Coover y lo utiliza en su novela. Porque de eso va realmente Noir, con esa narración en segunda persona que se clava en la retina del lector desde las primeras frases, cortas, certeras, visuales. En esta novela está todo medido, desde la atmósfera hasta los nombres de los personajes, pasando por la longitud de esas frases. Y el resultado funciona, qué duda cabe.
     Coover nos deja una novela sobre tipos duros del cine más clásico. Cada página nos suena por haber visto algo similar, solo que Coover lo revisa, lo enlaza consiguiendo ironizar sin parodiar, convirtiendo esta novela en la retorcida broma de un genio de las letras. Porque hay que ser muy bueno, para permitirse un libro como Noir y salir airoso de él. Jugar con un lector que se divierte tanto como posiblemente el autor mientras concebía el juego. Saltar por esa prosa casi fragmentada que parece divertirse con el desconcierto que provoca su comienzo, y no necesitar hacer equilibrios para no perderse. Buscar la expresión más baja, el juego, la historia de esa amante, ahora prostituta, que dos hombres llenaron de tatuajes para contarse una historia que se convirtió en obra de exposición. Y no pensar si viene a cuento detener una huida para que la veamos, porque sabemos que debemos verla aunque no nos importe el motivo porque Coover ya ha conseguido que nos subamos a su diabólico tren.
     La ambientación es casi literal. La novela está plagada de referencias a la luz y las sombras que no hacen más que acentuar esa sensación cinematográfica de la que hablaba al principio, logrando que visualicemos cada escena como un capítulo en blanco y negro. Las calles oscuras, las lámparas luminosas, la ropa interior blanca, las sombras negras y la tinta... también. Y aún no he hablado lo suficiente de su protagonista, tan ajado y cansado como le corresponde y a su modo desconectado de los avances de un mundo moderno cuando aún no era moderno. Un hombre tan capaz en sus actitudes como desorganizado en sus aptitudes que persigue la sombra de un caso, el velo negro en realidad, del que olvidó hacer demasiadas preguntas tal vez ocupado mirando las piernas de aquella viuda que un día entró en su despacho. Una vez más una suma de clichés capaz de construir al protagonista perfecto para esta historia cuya trama se desarrolla hasta la última página, dejándonos un final que, por usar palabras del propio autor, tienes clara una cosa: "nada podría haber ocurrido de otro modo. Estás, concluida la partida, donde debes estar." Pero claro, eso lo sabes una vez finalizado el libro, y yo no os lo voy a explicar.
     Noir es una novela divertida, un inteligentísimo homenaje retorcido a un género ahora de moda, que serpentea jugando a montar y desmontar clichés para deleite del lector. Lo sigo diciendo, Coover es un descubrimiento.
     Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?
     Gracias

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