Quien va por primera vez a New Orleans, como yo, aprende que la mejor referencia en la ciudad es la calle Canal. Voy a decirle Canal Street (haciendo énfasis en la última A, porque me gusta como suena). Lo cierto es que desde esa calle por donde pasa el tranvía, se pueden llegar a cualquier parte de la ciudad y es ahí, en la esquina con Clark, donde se levanta esta casa blanca, modesta e inadvertida, de la que cuelga un aviso pequeño en la puerta donde se lee Nola Jazz House.
Entrar es llenarse de colores, y de alguna música sonando al fondo. Quien esté allí sentado en la recepción va a verificar la reserva y te pedirá el pago completo de la estadía que solo es aceptado en efectivo. Si no lo tienes, allí mismo tienen un cajero automático para resolver la cuestión. Luego, te pasean por todas las instalaciones y descubres que la casa es mucho más grande de lo que se ve por fuera.
Lo cuartos tienen nombres de algunas calles de New Orleans como Royal, Pirates Alley, Decatur o Bourbon (mi habitación, para 10 personas). Dos baños privados en la planta baja y dos más en la de arriba. Una cocina pequeñísima, pero útil. Un comedor, pequeño también, pero en el que uno se puede acomodar con destreza para hacerse el desayuno que está incluido en el precio. Hay también una sala con sofás cómodos, computadora, televisión y dos guitarras para los más musicales quienes se dan cuenta inmediatamente, que una de ellas tiene una cuerda rota. Pero lo mejor del Nola Jazz House está justo después de pasar el comedor: una terraza amplia que es una suerte de desconexión, de encuentros, de otros idiomas, de madrugadas largas.
Un día trabajando en la salita
La terraza, mi lugar favorito
Por 30$ la noche, tienen acceso a todo eso, además de wifi, lencería y toallas. Cada habitación tiene un código propio para entrar y si pierdes la llave electrónica que te dan al llegar, no te van a devolver los cinco dólares que tienes que dejar como depósito. La ubicación es perfecta. Tan solo hay que cruzar la calle para esperar el tranvía que nos dejará en el French Quarter en 10 ó 15 minutos.
El Nola Jazz House es mi sugerencia absoluta para dormir en New Orleans. A dos cuadras de este hostal hay otro muy conocido, con banderas en su fachada, un gato siempre merodeando y donde pasé diez noches. No lo recomiendo y por eso ni menciono el nombre; solo recuerden que está muy cerca de éste que sí vale mucho la pena. No digan que no lo advertí.