Ulaan Baatar (Héroe rojo), la capital más fría del mundo, donde ya a principios de septiembre el termómetro puede llegar a caer un par de grados por debajo de cero, es el hogar de poco más de un millón de habitantes, un tercio de toda la población de Mongolia, un enorme país con una superficie 3 veces la de España y tan solo 3 millones de habitantes donde los caballos doblan en número a las personas (*).La capital de Mongolia formada por brutales y deteriorados bloques de viviendas comunistas se extiende longitudinalmente a lo largo de una gran avenida que soporta un tráfico constante a cualquier hora del día y donde se aglutinan todos los edificios y negocios más importantes de la ciudad. Una ajetreada ciudad que sin apenas preámbulos da paso a la más absoluta inmensidad, donde el asfalto se convierte en interminables caminos rocosos sobre llanuras infinitas y la naturaleza no es agredida con arquitectura.Un mundo diametralmente opuesto, sin señales ni carteles que lo clasifiquen, sin parcelas ni vallas que lo delimiten, sin construcciones que lo afeen. Tan solo paisajes vírgenes salpicados de cientos de animales moviéndose en total libertad y pequeñas tiendas nómadas (ger) que como viene ocurriendo desde hace siglos se posan sobre el territorio con respeto, sin apenas hacer ruido, sin artificios ni caprichosos alardes.Arquitecturas efímeras construidas tan solo con lo que les rodea. Pequeñas estructuras circulares donde conviven las familias, soportan las duras condiciones meteorológicas de la estepa mongola y cuidan a los animales: ovejas, cabras, yaks, caballos, camellos… de los que obtienen todo aquello que necesitan para vivir. Aquí no hay electricidad y el agua con suerte se encuentra a menos de un kilómetro de distancia. Vidas sencillas, con prioridades simples pero aun así duras de conseguir. Gentes que se muestran felices y que con sus necesidades colmadas manifiestan sin reservas su generosidad.Desde aquí, en medio de la inmensidad, la ciudad parece ahora más lejana e incomprensible que nunca. Un mundo de complicadas vidas donde muchos caminan con caras de pocos amigos disfrazando sus penurias con tacones altos y buenos restaurantes, jugando a ser quienes no son. Una jungla de hormigón donde se insertan pequeños paisajes manufacturados convenientemente encercados en un intento excéntrico de atrapar la naturaleza a la que incomprensiblemente le han dado la espalda. Vidas sedentarias en un hábitat artificial donde las apariencias engañan, los hombres enloquecen ahogados por sus ambiciones y el egoísmo hace tiempo ha enterrado a la generosidad. Un mundo diametralmente opuesto.(*) Mongolia es el 2º pais menos densamente poblados del planeta, superado tan solo por la República Arabe Saharahui Democratica (RASD). "Los lujos de la civilización satisfacen únicamente las carencias que ellos mismos crean” Priestley
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