Revista Coaching

Nomadismo digital: ¿Idealización?

Por Utopiacf
nomadismo digital

De repente, de unos años aquí (sobre todo post-pandemia), todos queremos estar trabajando de forma remota y si es posible, en Bali, con un ordenador portátil, un coco con pajita a nuestra izquierda, los pies calzados con chanclas y la playa con palmeras de fondo. El nomadismo digital está más de moda que nunca pero… ¿También idealizado? Hay opiniones para todos los gustos pero la realidad es que la presencia en internet de vidas totalmente diseñadas para la foto está generando deseos que ni siquiera nos habríamos planteado en otras épocas que quizás no responden a necesidades reales pero que están causando frustración por la idealización de la situación. Y es que cuando algo en una instantánea es bonito y solo nos cuentan la parte fácil, se nos olvida que quizás, seguramente de hecho, tiene una parte menos interesante, negativa y a veces, muy dura.

Esta autora ha vivido en primera persona la aventura de ser nómada digital en Bali durante unos meses. Trabajar desde la isla, estar allí unos meses y vivir lo que hoy en día conocemos y ansiamos como nomadismo digital. Queremos transmitir esta experiencia no para eliminar estos deseos que si son reales y elegidos, son maravillosos sino para que empecemos a ver los contenidos de redes sociales con distancia y sobre todo, objetividad. Detrás de todo hay dos versiones como mínimo y muchas muchas, muchísimas, aristas. Incluso que esos pies que están con chanclas mientras trabajas, sea el foco de mosquitos y estén repletos de picaduras (esto no se suele contar en las redes).

¿Qué es el nomadismo digital?

Parece que todos sabemos a día de hoy qué es esto de ser nómada digital y todos ansiamos serlo pero ¿en realidad conocemos lo que este término significa e implica? Ser nómada digital es la persona que trabaja a través de internet y puede realizar su trabajo de forma remota, desde cualquier lugar. Es decir, lo que centra y define al nómada digital es su descentralización o desubicación para realizar su trabajo.

Es un empleado o freelance que puede estar en cualquier lugar del mundo, en diferentes franjas horarias realizando sus tareas sin que la calidad de su trabajo se vea afectada ni sus superiores o clientes incluso sepan dónde está.

Realmente ser nómada digital es esto, no tener que estar en un lugar concreto para ofrecer un servicio o trabajar para una empresa. Todo lo demás, lo de viajar constantemente, estar en paraísos como Bali o las Bahamas, trabajar en chanclas desde la playa y ese largo etcétera que todos vemos en las redes es precisamente la idealización que hemos hecho a través de de Instagram.

Se puede ser nómada digital viviendo en pleno centro de Madrid, en un pueblo de 5 habitantes de Cuenca o por supuesto, en un lugar estupendo y muy idílico (aunque también tiene su cara B, C y D) como Bali (y no es por desprestigiarlo pero otro ejercicio que debemos hacer es dejar de pensar que todo lo que vemos en redes de un lugar es lo único que hay de ese lugar).

Nomadismo digital: estilo de vida y viajar

A esta definición de nómada digital a la que se le ha ido sumando cada vez más aliño para mitificarlo y casi, santificarlo, hay que añadir que ya no se considera una fórmula de trabajo sino que ahora mismo está instaurado como una forma de vida. Y es que se considera que para ser nómada digital hay que adoptar una serie de características personales que te llevarán a vivir felizmente bajo ese esquema. Uno de los puntos más importantes (a priori y por lo que se ve) es que el nómada digital vive viajando.

Relativicemos de nuevo. Vivir viajando es una forma de vida que está dentro del nomadismo digital si se trabaja – se viaja – se vive así pero no es indispensable para ser nómada digital. De nuevo, se puede ser nómada digital si estás un tiempo viajando, otro tiempo no, hoy trabajas en tu casa, mañana en un coworking y pasado, en la cafetería de la esquina de tu calle. Se trata sobre todo como base de no estar atado a un lugar determinado.

La idealización del nomadismo digital

Llegados a este punto, queremos entrar en profundidad en el asunto de la idealización de este concepto. Y es que parece que a todos nos gustaría vivir viajando, estar permanentemente fuera de nuestro lugar de origen o lugar escogido, tener la mayoría de nuestras pertenencias en una maleta y estar rodando… Eso es lo que vemos a través de las redes pero ¿es realmente así?

Pues en realidad (y nunca mejor dicho), la mayoría de las veces, no. Ser nómada digital tiene muchos pros, por supuesto: divertido (a veces), representa toda una aventura y un reto, la sensación de libertad es única (y eso sí que es complicado vivirla a ese nivel de otra manera), conoces gente, te abres a nuevos mundos, etc. Sinceramente y porque lo he probado durante un largo tiempo, es muy positivo y satisfactorio. Una experiencia de vida que suma muchísimo.

Pero también tiene su parte negativa que por no conocerla, por no indagar en ella, por no verla en redes y solo descubrirla cuando se está fuera, es cuando surge esa idealización (entiéndase por idealización percibir algo por encima de lo que en realidad es, no es que sea malo, sino que no se ha contemplado su parte negativa o b).

Ser nómada digital en su parte menos atractiva nos arroja dureza: es duro, hay que estar fuerte mentalmente para estar fuera de casa, del lugar donde tenemos raíces (que a la mayoría nos gusta) durante largo tiempo. Nos ponemos malos y no tenemos a nuestro círculo de confianza para que nos ayude. Tenemos problemas y estamos solos. Lo de trabajar 5 minutos al día y pasar el resto haciendo surf, no es real. Ser nómada digital implica incluso trabajar más que los que están a nómina 8 horas porque tienes que cubrir tus gastos de fuera, porque eres freelance y debes aprovechar los picos de trabajo, porque tu cliente está en otra franja horaria a la tuya y te tocará trabajar de noche y un largo etcétera de situaciones laborales.

Además de este gran hándicap que si lo vives te estará aportando un expertis de vida impresionante, hay otros puntos menos atractivos que en algún momento volveremos sobre ellos.

Lo que sí queríamos contar antes de terminar es que ser nómada digital está genial, es una experiencia súper interesante pero que lo que se ve en redes, no es siempre la realidad. Hay una parte b que no se cuenta como que por ejemplo la mayoría de los que se van fuera tienen una red de seguridad en algún lugar y ese mismo lugar les está esperando cuando den por terminada su aventura para poder volver a empezar (este punto hay que contemplarlo antes de partir).

Si quieres ser nómada digital te animamos a serlo. De veras que es muy enriquecedor pero te aconsejamos prepararte emocionalmente para ello. Hacerlo con acompañamiento y en un proceso previo de coaching será la clave para vivir la experiencia y además, disfrutarla. Nosotros podemos y queremos acompañarte. ¿Hablamos?


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