Cuando yo era pequeño, me reía mucho cuando mi madre me contaba que, yendo de viaje por Castilla, había conocido a un hombre que se llamaba Teresito y a otro que se llamaba Sandalio. ¡Que nombres tan raros!, pensé.
Y medio por diversión, medio por curiosidad, me dediqué a coleccionar testimonios de nombres extraños, curiosos y hasta divertidos.
Bueno, añado que mi padre (QEPD) se llamaba Florentino Antero. Florentino por su padrino, y Antero porque era el santo del día en que nació. Era cubano, y en Cuba abundan este tipo de nombres, cuanto menos, curiosos.
En Tenerife conocí a un socorrista de origen cubano que se hacía llamar Daniel, pero que en realidad se llama Danger (Peligro en inglés), o sea que hay un socorrista que se llama Peligro. Me contó que tiene una hermana que se llama Girl (Chica en inglés).
Otro conocido cubano, de nombre John Echevarría, me contó que tiene un amigo llamado Usmail (Servicio Postal de estados Unidos), y que también es frecuente Usnavi o Usnavy, por la US Navy.
Otros nombres raros de cubanos son Aspirilín, Yosvani, Yusmeli, Yasminonda, Evangelio, Yosemita (por el parque nacional), Ferpol (de Fernando y Paul), Lenin Vladimir, Fidel Raúl, Estalin (cuyo apellido es Vivo), Úrssula (con dos eses, no se sabe si en homenaje a los soviéticos o a los nazis) y Gagarín (como el astronauta).
En Madrid reside un miembro del grupo musical Orishas que se llama Yotuel (capricho de su mama al enterarse que era varón y le nombro en homenaje a los tres: Yo-Tú-Él). El famosísimo niño balsero Elián González se llamaba Elián por sus padres ELIsabet y JuAN= ELI-AN. La guía telefónica de Miami, y seguramente la de La Habana, daría para escribir un libro.
Conozco un Nomar, por transposición del nombre de su padre Ramón.
Una señora que trabajaba en Madrid en unos famosos grandes almacenes, tenía de dos clientes que pagaban con tarjeta y se llamaban, según los nombres que aparecían en dichas tarjetas, uno Gojoncio de la Polla y otro Luis Portero Cotilla.
Eso nos lleva a otro extraño nombre, el de Cojoncio, del que recogí hace años que había un médico en Asturias que se llamaba don Cojoncio, del que se cuenta que una mujer que fue a su consulta se puso nerviosa y se dirigió al médico de esta forma: “Perdone usted, don Jodoncio”. Cojoncio es un extraño nombre cuya etimología puede proceder de cojón o de cojo. No figura ningún San Cojoncio en el santoral.
Tengo muchas más historias interesantes, curtiosas y divertidas relacionadas con los nombres de personas, entre ellas los nombres ecuatorianos, venezolanos o el de un pequeño pueblo que hay en Burgos, pero eso queda para otro día.