La elegancia es uno de los elementos a los que más importancia doy en un estilismo.
No creo en una buena moda que no lleve incluido este adjetivo. Estamos de acuerdo en que tiene que ser original, descubrirte una nueva sensación, ser atractiva… pero ¿qué hay de todo esto si no va acompañado de una armonía visual?
Por ello, la he destacado como categoría, y he reunido en ella los que priman colección tras colección este adjetivo en su trabajo.
… Y los nominados son:
Ángel Schlesser.
Los setenta no caducan, y los diseñadores siguen apostando por esta tendencia. Shclesser los versiona inspirándose en el Miami de aquella época.
El glamour, las playas y el dinero muestran a una mujer segura, trabajadora y sexy que siempre va subida a unos stilettos con pulsera al tobillo.
Una colección que bien podría haber estado en los nominados a la más comercial, porque ponible es todo.
Desde luego, si pudiera, yo tendría mi armario repleto de estas obras. Devoción es mi palabra.
No eres mujer si no llevas un Schlesser.
Roberto Torreta también apuesta por una working girl. Vestidos por doquier con los que mostrar una marcada personalidad y seguridad.
Miguel Palacio se vuelve punk. Las lentejuelas brillan y los satenes resaltan el color.
Marcando cintura y apostando por los pitillo Miguel se marca una de las colecciones más extravagantes y coloridas.
Jesús del Pozo.
Querido personaje de la moda que nos ha dejado tantos y tantos recuerdos… Hace unos meses hubo un encuentro blogueril en su taller y pudimos ser testigos de varias piezas de sus colecciones pasadas… todos quedamos encantados de su historia, y cuando escribo sobre él, siempre me llega este recuerdo, la imagen más directa y cercana que tengo de su trabajo.
Jesús volvió a los 70, al igual que Schlesser. Aunque él cambia de escenario para irse a Manhattan.
Looks minimalistas, en su mayoría vestidos o dos piezas, nos dan propuestas de día, trabajo y noche resaltando el tejido como el protagonista de la colección.
Para terminar, Ailanto.
Este dúo de hermanos toman fuentes de inspiración artísticas en sus colecciones.
Esta vez juegan con Pina Bausch, la bailarina y el movimiento artístico Nabi, donde el uso del color es libre y se aplica en grandes manchas.
¿A destacar? Las sandalias y carteras de metacrilato y la combinación de tan distintos materiales.
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