Revista Cultura y Ocio
Te dejé tantas veces como tú me abandonaste. Te has ido de puntillas, con tus cosas, con tu mirada indescifrable, con esa sonrisa hecha de orgullos y de lamento, de simulacros, de lluvia norte. La parte enredada la llevas entre las manos para sujetar la desconexión lógica, lo terriblemente perfecto, para mantenerte cuerdo en ese viaje subterráneo, para agarrar la hélice polar del barco helado.
MARÍA JESÚS SILVA