Revista Cultura y Ocio
Criminal
Digamos que quisiera aplastar,
sin piedad,
tus penas como gotas de una lluvia de otoño en la ventana.
Y algunas tardes, rajaría tu ausencia a navajazos,
para llenarle el vientre de promesas
que acorten tu regreso.
Incluso no descarto atentar
contra todos los huecos
de tu cuerpo, y sin aviso previo.
He preparado una bomba casera de cariño
para dinamitar tus dudas,
si es preciso
Y acribillo de besos tus recuerdos,
para que siempre tengas
perdigones de mi que llevarte a la boca.
Lo admito: soy un criminal,
Y estoy dispuesto, por tenerte,
a perpetrar casi cualquier delito.
Estoy hablando en serio.
Mas no temas, amor:
puedo matar por ti
puedo morir por ti,
pero nunca podría
asesinar tu misterio
CARLOS SALEM SOLA