“No es posible. Siete personas, más otras que ni se prestaron a declarar, ven de manera clara como un hombre desenfunda un arma en la calle y dispara en la cabeza a una mujer. Siete personas, ni una sola descripción válida.
¿No recuerda cómo iba vestido el hombre?
-Sí... Llevaba una gabardina normal..
¿Qué estatura?
-Pues, ni muy alto, ni muy bajo.
¿Llevaba gafas, barba, pelo largo, corto, algo característico?
No... No tenía nada raro. ¡No lo sé! ¡Era normal, ya se lo he dicho!.Los siete testigos de un asesinato en pleno centro de Madrid coinciden en decir que el asesino “era… normal” y nada más. Extrañamente, incluso los que no presenciaron directamente el asesinato, pero se giraron al oír el disparo, tampoco recuerdan ningún rasgo distintivo del sospechoso, nada destacado que puedan recordar. Desesperante…
De esta forma, el inspector Félix Fortea y Manuel Pacheco, junto a los demás compañeros del equipo de Homicidios de la Comisaría, no tendrán más remedio que empezar a ciegas a buscar a ese hombre tan “normal”. Aparentemente todo indica que ha sido una muerte al azar, pero uno tras otro irán apareciendo hasta seis cadáveres en menos de una semana.
Los dos trabajan juntos desde hace ya bastante tiempo, se conocen bien, se respetan y complementan. Ellos son muchas cosas excepto “normales”, y muy diferentes entre sí: Manuel es el tipo más envidiado de la comisaría con una mujer preciosa que lo adora, dos hijos encantadores y un porte de galán de hollywood que consigue caerle bien a todo el mundo. Todo lo contrario a Félix Fortea, el típico poli solitario, calvo, bajo y gordo de novela barata que vive con cuatro gatos, con un humor que a veces la gente no termina de entender.
Una investigación que parte con muy pocas pistas y muchas preguntas... No se pueden explicar como nadie recuerda nada anormal, por qué nadie puede aportar ni tan siquiera un detalle sobre el aspecto o el comportamiento del asesino y se plantean incluso si se puede tratar de un caso (o varios) de “prosopagnosia” (ceguera facial): un trastorno poco conocido que provoca el no poder identificar a una persona aunque la conozcas.
¿Conseguirán derrotar y desenmascarar al hombre “normal?¿De qué manera?Roberto López Herrero (nacido en Madrid en 1970) es escritor, guionista, actor, director y locutor de programas de televisión y radio español.
Ha trabajado en distintos espacios televisivos a nivel nacional y autonómico entre los que cabe destacar "Pecado Original", "Saturday Night Live", "El Método Gonzo", "En Antena", "Un Paseo por las nubes" y "A 3 Bandas". Aunque el trabajo que le ha dado a conocer al público ha sido la locución de "Ninja Warrior", el mítico programa japonés.
Como actor ha participado en algunos capítulos de series como "Maneras de sobrevivir" o "Saturday Night Live".
En radio ha trabajado en Onda Cero, Punto Radio, y en RNE).
Sus dos primeras novelas tienen títulos increíblemente largos: "Antonio mató a Luis en la cocina con un hacha porque le debía dinero" y "Una conspiración mundial secuestró a mi perro para que yo no contara todo lo que sabía". Pero ésta vez el autor nos sorprende con todo lo contrario: un título extremadamente corto, "Normal”
Había oído hablar de este autor y recordaba el título de sus dos anteriores novelas, tan largos y enrevesados (como para olvidarlos, ¿verdad?). Y fue el encontrarme esta vez tan solo una palabra en la cubierta del libro, lo que más me llamó la atención. Una única palabra, pero cuyo significado implica mucho. Porque... ¿Qué es una persona “normal”?, ¿alguien ulgar?, ¿que no destaca de los demás?, ¿es aquel que pasa por delante de nosotros y no nos fijamos en él, o nos pasa desapercibido?, ¿tan solo eso conlleva la normalidad?, ¿y que es lo anormal?
Demasiadas preguntas que no podrás evitar hacerte cuando termines el libro. Y te preguntarás también cuantas veces a lo largo de tu vida te habrás cruzado con alguien desequilibrado mentalmente, o malvado y macabro, o con un asesino en potencia y con un aspecto del todo "normal" ¿Quién sabe?
Nos encontramos con capítulos en primera persona relatados por Félix Fortea, lo que nos permite conocer la investigación de primera mano y todos sus pensamientos más íntimos y privados, alternado con capítulos narrados en tercera persona contándonos todos lo secretos de nuestro asesino al que el narrador llama “El hombre”. De esta forma lo sabremos todo, absolutamente todo, no nos perderemos ningún detalle y el hecho de saber quién es el asesino desde las primeras páginas, no le resta interés al texto, todo lo contrario. Porque querrás saber como demonios harán para atrapar a alguien con una tan aparente “normalidad”, con tan pocas pistas.
No eres nadie.
-¿Cómo que no soy nadie? Yo me veo muy real, no soy... Un fantasma.
-Eres tan anodino que nadie te recuerda. Eres la viva imagen de la vulgaridad, del hombre corriente.
-No es malo ser corriente, señorita Martell. Es lo normal... Lo que todos deberíamos ser. Somos la mayoría silenciosa. Estamos hartos de promiscuos, casquivanas, maricones y extranjeros. Estamos hartos de que hayan invadido este país y nadie haga nada. Somos la gente normal que queremos una vida normal.
He empatizado totalmente y cogido mucho cariño al principal protagonista, el inspector Fortea. Un tipo feo gordo y calvo, pero cachondo y divertido que además pretende llevarse (como en las películas) a la chica joven, guapa, inteligente. Porque sí, también está la atractiva psicóloga Lara Martell que les ayudará en la resolución del caso. Yo francamente espero que López Herrero retome este personaje en alguna otra novela suya, me encantaría, aunque no he leído nada de momento sobre si habrá o no continuación (y es que toda la trama queda cerrada, no quedan flecos abiertos).
EL autor utiliza un lenguaje muy coloquial, quizás demasiado… pero a mí es algo que no me desagrada, es más creo que ayuda a forjar ese toque cómico que tiene todo el argumento. Para que os hagáis una idea, diálogos del estilo:
Fortea, déjate de hostias. ¿Estamos aquí para hablar de con quién me acuesto o para cazar a un hijo de puta?
¿Qué me ha parecido? ¿Me ha gustado?
Sí, mucho. “Normal” es el típico libro que te lees de un tirón, como se suele decir, literalmente en una sentada (me lo leí en un viaje Madrid-Valencia). De esos que te enganchan y no puedes para de leer. Una obra engañosamente “normal” escrita con mucha ironía y un humor sarcástico e inteligente, que os recomiendo sí o sí.
Mi puntuación la máxima sin dudarlo: