Finalmente los escoceses dijeron no a su independencia del Reino Unido con normalidad y civismo, y además por un resultado final nada ajustado, 55-45%, favorable a quedarse como están.
En relación con el sorprendente aumento de partidarios del sí en los últimos meses previos al referéndum, los periódicos británicos le critican tres cosas al gobierno Cameron: primero que, posiblemente debido a lo claras que eran las encuestas a favor del no, se tomaron la campaña muy a la ligera mientras los que defendían la independencia vendían su alternativa usando a fondo todo tipo de instrumento a su alcance, en especial el modo más británico de hacer campañas electorales: puerta por puerta y elector por elector. En segundo lugar la persona que nombraron como coordinador de la campaña a favor del no: Alistair Darling, no solo resultó ser un desastroso gestor sino que en los debates televisivos en que se enfrentó a Alex Salmond, este se lo comió con patatas e hizo con él lo que le dio la gana. La tercera crítica es curiosa, porque, sin mencionar al gobierno español, critican al gobierno Cameron el haber hecho, en mucha menor medida, lo mismo que Rajoy y el PP, es decir, la política del miedo. Hacia Junio, cuando las encuestas todavía daban no más de un treinta y pico por cien al sí, y en relación con dos asuntos que realmente habrían supuesto un muy serio problema para implementar la independencia de Escocia: la moneda de curso legal del nuevo país y la asignación a Escocia de la parte correspondiente de la muy elevada deuda pública del Reino Unido, el gobierno de Londres rompió el acuerdo entre Cameron y Salmond de que en todos los temas de debate críticos se pondrían de acuerdo en una opinión conjunta en vez de ponerse a discutir como posesos, es decir a la española, montaron una campaña que exageró con tintes trágicos la indudable dificultad del problema, y como ha ocurrido en España el resultado fue el opuesto al pretendido, porque entonces empezó a subir el porcentaje de partidarios del sí. Afortunadamente para ellos, y al contrario que los Rajoy-PP que jamás se equivocan, rectificaron a tiempo.
La reacción de la caverna mediática y política española, antes, durante y después de la celebración del referéndum escocés ha sido de verdadero chiste.
Según ellos Cameron se equivocó al autorizar el referéndum escocés, y algunos se atreven a compararlo con lo bien que lo está haciendo Rajoy, cuando en el propio Reino Unido ni un solo periodista le ha criticado por haberlo autorizado, y si lo han crucificado por algo que Rajoy no ha ni intentado: por lo mal que gestionó la venta a los escoceses que su mejor alternativa era el no. Para acabarlo de arreglar Rajoy tomo la palabra en la pantalla de TV que utiliza normalmente para dirigirse a los periodistas y entre otras felicitaciones, se congratuló de que en el Reino Unido se ha cumplido escrupulosamente la Ley, y como siempre mintió, porque el gobierno Cameron modificó las leyes para que gobierno y Parlamento pudiesen delegar en el Parlamento escocés la convocatoria de un referéndum, algo que también podía haberse hecho en España. Afortunadamente Cameron dijo algo que, aunque no lo pretendía, supuso una contestación muy adecuada a Rajoy: “Yo no quiero una Escocia independiente del Reino Unido, pero autoricé el referéndum porque soy demócrata”.
El colmo de la desvergüenza se lo lleva sin embargo los artículos que, como dos que leí en El País, acusan a Cameron y los organizadores del referéndum de lo mismo que también achacan a Mas en Catalunya: de haber provocado la ruptura social en Escocia, cuando si se tuviese que evitar a toda costa la ruptura social no habría política, ni partidos ni Parlamentos, y cuando el partido que inventó el cuento chino de la ruptura en Catalunya y lo utiliza sin cesar, el PP, tiene por costumbre abandonar la sala de forma airada y desafiante cuando nada menos que en el Parlament se decide algo que no les gusta, aunque como que son cuatro gatos salir solo les toma un momento.
Lo curioso, y demostrativo de que la caverna ataca y ataca sin demasiado orden y sin preocuparse en absoluto de que sus mentiras sean al menos congruentes, es que después de referirse a la “tremenda” ruptura social que ha supuesto la convocatoria del referéndum en Escocia, ponen el proceso que allí ha llevado al referéndum como ejemplo de civismo, en especial en lo que se refiere al respeto de los que se deciden por una opción por los que se han decidido por la opción contraria, y como no podía ser de otra forma lo contraponen a lo que según ellos se practica en Catalunya: la caza, captura y ejecución inmediata de cualquier persona contraria a la independencia. Sobre lo desgraciada que es la vida de los no independentistas en la Catalunya soberanista, totalitaria y nazi, la falacia y la falsedad han llegado ya al nivel de las mentiras que de tanto repetirlas acaban siendo verdad para muchos, al menos del Ebro hacia el sur, cuando la gran mayoría de la falta del más mínimo respeto va más en sentido contrario.
Como ejemplo de hasta qué punto en España desgraciadamente no hay nada del civismo y la seriedad con que los Británicos han gestionado su problema, os adjunto una foto (haced clic en la foto para ampliarla) que colgó de Twiter un tal Romualdo Maestre, nada menos que jefe de la sección de edición del diario ABC en Sevilla (el mismo periódico que publicó una foto de Jordi Pujol en la manifestación de la V de la Diada a la que no asistió) y la respuesta de quien descubrió que se trataba de una estúpida falsedad más de los cientos de miles, quizás millones, de imbéciles que creen que lo de Catalunya se arregla a base de mentiras, insultos y hostias, y por esta razón cualquier barbaridad que se haga o se diga en relación con Catalunya está más que justificada porque todo vale. Una vez descubierta la chapuza el periodista? borró la foto de Twiter pero sin disculparse ni rectificar, ¡faltaría más!, y la sustituyó por otra mentira, una foto de Lluis Companys entre rejas con un texto afirmando que la República lo metió en la cárcel por hacer lo mismo que Más. ¡Y yo sin enterarme de que Más ha proclamado la República Catalana!, a la que añadió otra foto de una bandera española ardiendo en Montjuich que también ha sido denunciada como trucada. ¡Grandes profesionales los de ABC!, cuando uno es jefe de edición sabe editar lo que haga falta para que parezca lo que convenga. Por referirme a otra mentira reciente y sobre el mismo asunto de la foto, el diario El Mundo publicaba esta semana en portada una noticia sobre la nueva normativa sobre las clases opcionales de árabe en las escuelas públicas catalanas, a la que asignaban la clara intención de ganarse a la importante colonia árabe para la causa independentista. El problema es que en primer lugar no es una nueva norma sino la conclusión de un plan que se inició hace unos años, que en relación con el árabe como asignatura opcional en las escuelas públicas situará a Catalunya en exactamente la misma situación en que se encuentran ya otras CCAA que disponían de fondos para no tener que hacerlo por fases, dos de las cuales son CCAA tan poco importantes como Andalucía y País Vasco. Nunca podré entender esta especie de competición que tienen montada los cavernarios para ver quien inventa la peor falsedad sobre Catalunya, pero da igual, las mentiras seguirán porque por lo visto ni saben ni quieren hacer otra cosa.
Conclusión: en el Reino Unido han solucionado el problema de manera democrática, civilizada y correcta, la historia ha acabado bien, y habría acabado bien con cualquier resultado, mientras en España, en mi opinión, por la cerrazón, el inmovilismo y el totalitarismo medieval del peor y más excluyente nacionalismo, el español, representado sobre todo por el PP, el asunto tiene pinta de acabar de cualquier manera menos bien.