Revista En Femenino

Normalizando los sentimientos ocultos en la maternidad.

Por Titiroca

A pesar de que cada vez las madres nos estamos soltando más, estamos contando nuestra experiencia... no llega a calar cómo es la maternidad y se sigue sin mostrar la cara B, evitando mostrar sentimientos ocultos.
Parece que alejarse del mundo rosa, de arcoíris, purpurina y unicornios en lo que a la maternidad se refiere es vergonzoso. WTF!!

Normalizando los sentimientos ocultos en la maternidad.

Continúo viendo a madres (recientes y no tan recientes) forzando una sonrisa cuando le preguntan por su nueva situación sin que nadie se dé cuenta de lo que se esconde detrás de ella, ocultando cómo están realmente, sintiéndose mal por sentir algo que no esperaban porque nadie les había contado que podía suceder, sobrepasadas mentalmente al verse relegadas a un segundo o tercer plano que parece estancarse, no reconociéndose ante el espejo... ¿Por qué? ¿Por qué hay que ocultar cómo uno se siente aunque no sea lo que se espera??

Más allá del tema físico, el cual puede llegar a ser duro, está la parte mental. Y lamentablemente ésta sigue siendo tabú, porque deberíamos controlarla. ERROR!! Hay aspectos incontrolables, hormonales, circunstanciales, que no se puede hacer nada por evitarlos más que saber que son completamente naturales. Los sentimientos ocultos no son síntoma de ser peor madre, si no de vivir la maternidad.

Normalizando los sentimientos ocultos en la maternidad.

Sentimientos ocultos en la maternidad

Rara vez verás a una madre contar realmente cómo se siente, a no ser que la pilles en el momento álgido de su desesperación y, aún así, pensará muy mucho sus palabras porque se sentirá mal por ello y por miedo a los juicios de quienes la escuchan. Ya vale, ¿no? ¿Qué es esto de sentirse mal por cómo te sientes?

Todas las madres tenemos sentimientos ocultos. Aunque no lo creas...

    No quieres menos a tus hijos si alguna vez has sentido que quién te mandaría a ti tener hijos. La situación a veces sobrepasa y es normal sentirte así. La vida sin hijos es muuuuucho más sencilla, claro que sí, pero también está más vacía.
    No eres mala madre por desear tener tiempo para ti y volver a tu vida. Tu vida ha cambiado de golpe y porrazo y la adaptación cuesta mucho y requiere sacrificios en dinero, vida profesional, ocio y tiempo tuyo. Pierdes tu identidad de la noche a la mañana, ¡¡qué menos que quejarte!!
    Todas hemos llorado porque la situación nos ha sobrepasado. Tenemos unas expectativas muchas veces inalcanzables con la maternidad que hacen que nos frustremos y sintamos que no llegamos a todo, pero es que no hay que llegar a todo a costa de cualquier cosa. Hay que priorizar y nosotras debemos estar en ese listado en las posiciones más altas.
Normalizando los sentimientos ocultos en la maternidad.
    Lo estás haciendo bien aunque tengas miedo, te cuestiones y te des cuenta de que a veces no actúas como deberías. Educar es de las tareas más difíciles y arduas que existen y no hay un manual para ello. Hay ciertas pautas a seguir que no siempre se pueden llevar a rajatabla porque somos personas con nuestras circunstancias y cada hijo es un mundo. Y desde fuera es muy fácil opinar y acertar.
    No eres mejor madre por no ser a veces un poco desastre y que se te olvide la merienda, tires de pasta para cenar, le pongas ropa que está manchada, se te escape una voz más alta que otra o llegues tarde al colegio a recoger a su hijo. ¡¡Coño, qué eres humana, no un robot!! La maternidad, en más ocasiones de las que nos gustaría, trata de supervivencia y, si no te dedicas en exclusiva a tus hijos, es imposible acertar y llegar a todo siempre, y menos sin ayuda.
    Es más que normal no estar agusto con tu físico, aunque éste sea el resultado de haber albergado vida en tu interior. Así dicho queda muy bonito, has creado vida dentro de ti, halaaaaa... pero eres tú la que luego se mira al espejo y ve que ha cambiado, a la que le cuesta encontrar algo que le quede bien o la que tiene problemas físicos (incontinencia urinaria, estrías, pecho caído, kilos de más...) derivados del embarazo/parto.
    Es muy común que la relación de pareja cambie y para mal. Las discusiones, cansancio, expectativas puestas en la pareja, nuestro modo de querer hacer las cosas, el tiempo dedicado a los hijos... todo esto, pesa mucho, traduciéndose en menor cariño, sexo, comunicación, tiempo entre los dos... Y hacen que esa pareja ya no sea tan idílica como antes y cuesta adaptarse a esa nueva relación de pareja, sacar tiempo para reajustarse y que no se vaya todo al garete.
Normalizando los sentimientos ocultos en la maternidad.

Al final de todo, si piensas en tu infancia, tú no te acuerdas de los deslices, olvidos o errores de tus padres, si no de aquellos momentos vividos con ellos, de cómo te hacían sentir.

Eso es lo que de verdad importa, lo que les queda a los niños. Y es completamente normal tener esos sentimientos ocultos porque la maternidad es una carrera de fondo en la que hay que ir aprendiendo conforme te ves en las situaciones, con naturalidad. ¡¡ Naturalicemos y demos normalidad a nuestros sentimientos!!


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