Obra de Pawel KuczynskiEscrito por P.F.M.
Cuidado, gritó desesperadamente.
Primero te quitarán las clases de historia. Las reemplazarán por un curso de emprendimiento empresarial para que, desde el colegio, aprendas cómo funciona una empresa.—¿Para qué necesitas historia si el aparatito en tu bolsillo puede decirte quién fue presidente en esos años? —te dirán—. Es mejor que te adentres en lo corporativo.
Al principio no notarás la ausencia. Nunca se nota cuando algo empieza a faltar.
Después, el feed de tu dispositivo portátil —guiado únicamente por fines comerciales— empezará a insertarte ideas sin que lo notes. La subida constante de serotonina y dopamina te mantendrá mirando. Las ideas se repetirán hasta el agotamiento. Luego las creerás a rajatabla.
Odiarás a quienes no piensen como tú. Te parecerán idiotas o ignorantes. —Solo tú tienes razón porque manejas la información correcta.
Una joven se detuvo a unos metros.
Alzó el celular.
Activó la cámara.
No sabrás distinguir propaganda de publicidad. Tus influencers de moda te convencerán de que lo de vestirse igual es lo que está “in”.
La joven encuadró el rostro sudado del hombre.
Ajustó el enfoque.
Sonrió apenas: esto va a funcionar.
Te enterarás de las noticias de tu país —todas calamitosas— a través de memes. La televisión te parecerá lenta, intolerable. La repetición te aburrirá. Reconocerás a tu comunidad digital: la que cree y defiende exactamente lo mismo que tú. Aferrados a sus ideas, pelearán con otros igualmente adoctrinados, pero con el discurso contrario. A contra Z.
Defenderás a un candidato, un eslogan, un nuevo odio, una ideología. No importará el tema ni lo que realmente esté en juego. Serás parte de un batallón inmolado por las ganancias extra de un billonario.
Seguía gritando, micrófono en mano, en medio de la Plaza San Martín. A su alrededor, todos caminaban mirando su celular.
La joven bajó el volumen.
Añadió subtítulos automáticos.
Pensó en el horario ideal para publicarlo.
Ese aparatito tan “útil” nos está quitando la posibilidad de debatir, de cuestionar lo que nos dicen que debemos pensar, sentir, vestir, imaginar. Esta es una dictadura hecha a medida.
La joven dejó de grabar cuando el discurso empezó a repetirse.
Guardó el celular.
Siguió caminando.
A los pocos minutos, apareció una notificación: Este contenido infringe las normas de la comunidad. No será mostrado a otros usuarios.
La joven releyó el mensaje.
No entendió qué norma había violado.
Cerró la aplicación.
El feed se actualizó solo. No necesita soldados. Solo pulgares. Moldear la mente con entretenimiento. O peor aún: hacerte creer que tú estás eligiendo.
