Hoy nos vamos a centrar en un aspecto esencial de cualquier guerra: el factor humano. Según diversos estudios, en la de Secesión lucharon aproximadamente 2.750.000 soldados, de los que unos 2 millones nutrían las filas del Norte –los yankees, de uniforme azul– y el resto las del Sur –los rebeldes, de uniforme gris.
Al final de la contienda se estima que más de 600.000 soldados de ambos bandos perdieron la vida. Fue la guerra más sangrienta del siglo XIX, tras las guerras napoleónicas en Europa.
Los orígenes de la primera canción que os traigo –Southern Soldier– se remontan a los últimos años de la guerra en la región de los Apalaches, en las Carolinas. Esta melodía folk fue revitalizada en el disco del mismo nombre grabado por Second South Carolina String Band en 1997. La letra presenta a un soldado que se despide de su mujer, su hijo y su anciana madre para luchar por la causa del sur.
Escuchemos ahora Rebel Soldier, el lamento de un soldado confederado que se encuentra lejos de su hogar, solo tiene “una manta por mortaja” y siente nostalgia por todo lo que ha dejado atrás.
Johnny Rebel –alter-ego de Clifford Joseph Trahan– hizo esta versión.
Esta otra, obra de Waylon Jennings, apareció en un disco compilatorio de 1991, Songs of the Civil War.
Bobby Horton, nacido en 1948, se ha dedicado a recopilar canciones de la guerra civil americana.
Los soldados de la Confederación eran conocidos coloquialmente como Johnny Reb. Así precisamente se titula la siguiente canción, que, a diferencia de las anteriores, no data de los tiempos de la guerra, sino que es posterior. Johnny Horton la popularizó en un disco de 1959. Es un homenaje a todos los soldados “rebeldes” que lucharon hasta el final.
En 1966 Johnny Cash la grabó en su álbum Johnny Cash Sings Ballads of the True West.