Revista En Masculino

¿Nos cuentas un cuento con Sombrero?

Por Hatter @LaSombrereria

Entramos en los últimos 11 días disponibles para participar en la IV Edición de nuestro concurso de microrrelatos “Cuentos y Sombreros”. ¿Te vas a animar y nos enviarás un microrrelato?. Hasta el momento el número de participantes va a buen ritmo.
Queremos animarte a participar, solamente debes sentarte a pensar una buena y corta historia en la que los Sombreros sean los protagonistas. Para activar las musas de la creatividad hemos pensado que sería bueno hacer un poco de memoria y leer alguno de los cuentos finalistas de la III Edición de “Cuentos y Sombreros”.
Hoy recordamos a cuatro de los finalistas:

Concurso de Microrrelatos

“Mi naturaleza apocada y timorata me dificultaba la conducción del taxi: en los cruces solía ceder el paso; por pura timidez evitaba tocar la bocina; agachaba la cabeza cuando algún conductor me abroncaba. ¡Todo fruto de una personalidad contrita!

Pero un día alguien se dejó olvidado un sombrero en el asiento. Lo guardé en el maletero esperando una posible reclamación. Una mañana decidí probármelo. Se trataba de un elegante sombrero de estilo borsalino. El retrovisor me devolvió la figura de un hombre distinto. Y es que para sostener un sombrero hay que erguir la postura. Desde entonces conduzco el taxi con el sombrero puesto: si en los cruces tengo prioridad, paso; si hay que afear con el claxon las malas conductas, lo hago; si es necesario, bajo la ventanilla para que se escuchen mis improperios. ¡Es lo que tiene moverse por el mundo con la cabeza alta!”

Miguel Ángel Gayo Sánchez
Finalista de la III Edición del Concurso de Microrrelatos “Cuentos y Sombreros”, organizado por Sombrerería Albiñana

Suerte - Cuentos y Sombreros

“Era por la mañana, pero no muy temprano. Cuando vio ese sombrero en el escaparate se dijo a sí mismo “me dará suerte” y en su profesión, créanme, suerte es algo que nunca sobra, pero enseguida descartó la idea… “tonterías” pensó y siguió caminando.

Aquella tarde volvió y entró en el lujoso establecimiento. Era un “fedora” precioso, de color otoño, y se lo compró inmediatamente, eso a pesar de que Monti jamás había sido supersticioso.

En la oscuridad de la noche oyó la primera bala, shisssssh y al principio se quedó confundido.

Instintivamente se quitó el sombrero para ver el agujero…

Shisssssh entonces vino la segunda bala…

Malasuerte.”

Joaquín Mª de Prada Samper
Finalista de la III Edición del Concurso de Microrrelatos “Cuentos y Sombreros”, organizado por Sombrerería Albiñana

El Dorado -

“Al viejo Willie lo despertó el frío de la mañana. Se levantó del camastro y salió de la tienda. Contempló el valle helado mientras una ráfaga de viento entumecía aún más sus huesos.

Las tierras salvajes del Klondike no eran lugar para un anciano como él; pero ahí estaba, al igual que otros tantos aventureros.

Willie cogió el cedazo y se acercó al riachuelo. Caminaba rechinando los dientes, portando el sucio sombrero lleno de agujeros. Todos se burlaban del sombrero, pero él lo llevaba con orgullo.

Pasado mediodía, casi llora al sacar de nuevo el cedazo vacío de esperanzas. Tan solo barro y piedras. Entonces, el sol se permitió salir a la espalda del viejo. Los rayos de luz atravesaron la miseria del sombrero e iluminaron algo enorme que brillaba bajo el agua.

Willie se compró una casa y vistió ropas elegantes.

Pero no cambió de sombrero”.

Juan Miguel Gutiérrez de la Solana Sánchez
Finalista de la III Edición del Concurso de Microrrelatos “Cuentos y Sombreros”, organizado por Sombrerería Albiñana

El Sombrero de Sabino

“Nunca nadie había entendido la extraña afición de Sabino por los sombreros. Nunca. Nadie.

Pero él no recordaba haber llevado la cabeza descubierta jamás. Pasó del gorro de cristianar al pasamontañas; luego, de la gorrilla de colegial al gorro bolchevique de estudiante. Entonces, lógicamente, pasaba desapercibido. Hasta que empezó a trabajar. Sombrero clásico. Todos reían por lo bajini, Sabino lo era, y por lo alto. Pero Sabino, nada, erre que erre. Pasó treinta años harto de escuchar “Sabino, hombre, que eso ya no se lleva. ¿De qué vale hoy un sombrero? Pareces una chincheta”.

El día en que naufragó el crucero fletado por la empresa para celebrar su centenario, todos se ahogaron.

Menos él.

Cien mudos cadáveres vimos pasmados cómo se alejaba en la distancia el bajito de Sabino subido en su sombrero de pelo de castor remando con las manos.

Lo juro.

Glu, glu …”

Raimundo Moreno Fernández-Caparrós
Finalista de la III Edición del Concurso de Microrrelatos “Cuentos y Sombreros”, organizado por Sombrerería Albiñana

En los próximos días recordaremos al resto de los finalistas de la pasada edición. Ahora toca ponerse a escribir, este puente puede ser un buen momento para hacerlo.

Ánimo y mucha suerte….

Visto en: IV Concurso de Microrrelatos “Cuentos y Sombreros” organizado por Sombrerería Albiñana


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