Revista Coaching

Nos cuesta cambiar… Esto es un hecho.

Por Juan Carlos Valda @grandespymes

Nos cuesta cambiar… Esto es un hecho.

Hacer un post para explicarte que nos cuesta cambiar no tiene mucho sentido. Lo que sí lo tiene es entender dónde te vas encontrar los principales obstáculos y por qué. Vamos a allá.

  1. Nos cuesta cambiar porque todo en tu cuerpo y en tu contexto está diseñado para conservar. Para mantener. Para quedarte como estás. En equilibrio.
  2. Ese equilibro deseado por nuestro sistema requiere que muchas de nuestras acciones, pensamientos y por supuesto, emociones, funcionen en modo automatizado. Es cómodo y funcional que esto sea así. Pero una puñeta cuándo nos sometemos voluntariamente a procesos de cambio.
  3. Reconocer cuáles de esas acciones, pensamientos o emociones nos lleva a resultados que nos provocan malestar (o directamente, daño) implica que tenemos que elevar el nivel de consciencia y de atención para ser capaces identificarlas. Y todo a tu alrededor te invita a todo, excepto a mantener la atención en ti.
  4. Si logramos llegar a identificarlas, tenemos que andar bien avispados para entender por qué seguir comportándonos así nos llevará a resultados que no nos gustan. Todo tu sistema de creencias te disparará un montón de excusas perfectamente elaboradas que te harán creer que el cambio que persigues no es para ti. Las más conocidas: "yo controlo", "puedo parar (o empezar) cuándo quiera", "yo soy así desde siempre", "es que eso no es para mí", "es que a mi no se me da bien", "es que a mi me cuesta mucho trabajo/me da mucha ansiedad/lo paso fatal", "cuando llegue septiembre, o ahora después de la Navidad, o cuando la abuela fume".
  5. Ojo, muchísimo ojo en este punto que nos podemos engañar con suma facilidad. Es importante separar entre consecuencias de nuestras acciones (o pensamientos o emociones, ya sabes) a corto plazo y largo plazo. Si las consecuencias en el corto plazo de dejar de fumar son terriblemente desagradables, para hacerlo bien necesitas centrarte en las consecuencias a largo plazo de mantener esa conducta.

Un ejemplo con la situación contraria y más centrado en tu desarrollo profesional (aunque aprovecharé cada uno de los momentos que tenga a mi disposición para suplicarte que dejes de fumar, recuerda que no puedes vivir sin tí) Voy al ejemplo, que me lío: Publicar contenido propio en redes sociales es positivo para tu estrategia de marca. Cuando, por ejemplo, no publicas un post en Linkedin evitas la ansiedad (en el corto plazo) que te puede dar el juicio público. Solo lograrás impulsarte para pasar a la acción entender que tú estás actuando para obtener las consecuencias positivas a largo plazo y evitar las consecuencias negativas de tus acciones en el largo plazo.

  1. Todo esto requiere pensar, y a veces, o no tenemos capacidad o no tenemos ganas.
  2. Si somos capaces de establecer esa relación entre lo que hacemos en piloto automático y los resultados, tenemos que tener la suficiente humildad para dejar de engañarnos y justificarnos y decir: "ale, ya está bien. Hasta aquí".Si el ego gana a la humildad y a la vulnerabilidad estará esperándote con los brazos abiertos para que sigas recreándote en tu grandeza infinita.
  3. Si por alguna casualidad llegamos hasta aquí, necesitamos incluir novedades: nuevas conductas (acciones concretas y tangibles en la realidad) y nuevas formas de interpretar la realidad (pensamientos). A veces, no logramos saber cuáles son las que nos van a ser de mayor utilidad.
  4. Si logramos llegar hasta aquí, tenemos que tener en cuenta que pensar de otra forma y actuar de otra forma diferente a lo que hemos hecho siempre (y está automatizado) es terriblemente agotador.
  5. La única forma de que esas nuevas conductas y pensamientos lleguen a ser automáticas es pasar a la acción (con es esfuerzo que requiere), repetir (y ahí tienes que tirar de disciplina y de "hacer sin ganas") hasta integrar (y lo logras convertir, finalmente en un hábito)

Aunque nos cuesta cambiar, debes tener esto en cuenta

Con todo esto encima de la mesa, cuando decidas involucrarte en un proceso de cambio, apúntate esto:

  1. NO es tan fácil como te lo pintan. Acabas de ver ahí arriba algunos (y solo son algunos) de los motivos. Así que nada de darte caña por las veces que no lo hayas logrado.
  2. Solo cambiamos cuando tenemos muy claro todo "lo malo" de lo que nos estamos librando y cuando nos recordamos "lo bueno" que estoy consiguiendo. Apúntatelo por todos los lugares que estimes oportuno, pero tenlo muy presente.
  3. Céntrate en las consecuencias en el largo plazo. En lo bueno que vas a tener y en lo malo que vas a evitar. Pensar en las consecuencias del corto plazo te dejarán en el lugar en el que estás. Esto es clave.
  4. La anterior es clave. No pases de aquí hasta que no interiorices con tus propios ejemplos basados en hechos reales "como las pelis de la 3" el anterior punto.
  5. Habla con personas que ya han conseguido el cambio que tú buscas. Lo que han hecho, lo que se han dicho a sí mismos consigue ampliar tu repertorio de conductas. De alguna forma, te ayuda a estructurar tu plan de acción.
  6. Si el cambio es muy complejo (o las consecuencias negativas ponen en grave riesgo tu salud mental o física) necesitas ayuda. Ayuda profesional. Un coach de la vida con un curso de unas horas no tiene ni la más remota idea de cómo aplicar todo esto que te estoy contando en ti (y con un poco de mala suerte ni siquiera tiene idea de esto) Una buena terapia, un acompañamiento holístico en un proceso de cambio en tu salud, un buen programa de desarrollo empresarial, etc. consiste en esto.
  7. Una vez que tienes claro: qué hacías y qué pensabas, a qué resultados (positivos y negativos) te llevaba (en el corto y en el largo plazo) y ya has sido capaz de establecer con claridad qué vas a pensar y a hacer ahora y qué resultados positivos vas a querer lograr en el largo plazo y de cuáles negativos te vas a librar en el largo plazo, necesitas tener la fuerza de las mares para ser constante porque te tendrás que tragar con patatas los efectos negativos para ti y tu hermoso cuerpo moreno en el corto plazo. Y no hay más que rascar.
  8. No hay excusas, la inteligencia superior implica en el contrato (que otras cosas buenas tiene, no nos vamos a engañar) la capacidad de postergar la gratificación y tolerar con éxito la frustración. Ser inteligente tiene mucho de "hacer sin ganas"

Fuente: https://elenaarnaiz.es/nos-cuesta-cambiar/

Si quieres ver más posts de la misma categoría, haz click aqui:


Volver a la Portada de Logo Paperblog