Llego tarde para decirle adiós a José Saramago por culpa un fin de semana incomunicada sin Internet. Pocos autores me han hecho darle tantas vueltas a tantos temas, y no sólo los que trataba en sus novelas, también las batallas que libraba en su día a día como si fuese un contemporáneo Quijote. Mis favoritos sin duda, Ensayo sobre la ceguera, Las intermitencias de la muerte y Ensayo sobre la lucidez. ¿Cómo podían ocurrírsele semejantes ideas? ¿Cómo conseguía meternos esa inquietud en el cuerpo? Sin desmerecer por supuesto la extraordinaria La balsa de piedra o El evangelio según Jesucristo, y cómo consiguió hacerme reír hasta las lágrimas con El viaje del elefante. Estoy deseando devorar Caín, aunque con la pena de saber que serán las últimas palabras de un escritor muy querido para mi.
*** Me encanta la fotografía con la que ilustro el post, una imagen muy tierna y llena de amor del escritor con su mujer, amiga y traductora, Pilar del Río.
LOS COMENTARIOS (1)
publicado el 22 junio a las 13:46
A mí también me encanta esa foto que has puesto. De hecho, es lo que me hizo elegir esta entrada sobre las demás. :)