Revista Religión
““Vayan a la aldea que está enfrente de ustedes, y enseguida encontrarán un asna atada y un pollino con ella; desátenla y tráiganlos a Mí. Y si alguien les dice algo, digan: ‘El Señor los necesita;’ y enseguida los enviará.” Esto sucedió para que se cumpliera lo que fue dicho por medio del profeta, cuando dijo: “Digan a la hija de Sion: ‘Mira, tu Rey viene a ti, humilde y montado en un asna, y en un pollino, hijo de bestia de carga.’”
Nuestro Rey vino a dejarnos ejemplo para que sigamos sus pisadas, entra de la manera más humilde a la ciudad donde ciertamente moriría, sin reclamos, sin reproches, sin exigir lo que es suyo, sin decretar, establecer y arrebatar.
Que interesante es nuestro amado Rey, aquél cuyos pasos debemos seguir, aquél que debe ser formado en nosotros y en quien nuestros ojos deben estar puestos.
Ni siquiera los animales sobre los que entra a la ciudad le pertenecen, son prestados, wow. Y tu ¿qué le reclamas a Dios? a veces con tanto discurso falso de prosperidad y de arrebatar “lo que te pertenece” se nos olvida que nuestro Rey nació en un establo y murió desnudo en una Cruz.
Mucho para reflexionar en este pasaje, mucha riqueza, mucha renuncia, mucha cruz y muerte al ego y orgullo, wow, que ejemplo Jesús, que ejemplo.
“Porque para este propósito habéis sido llamados, pues también Cristo sufrió por vosotros, dejándoos ejemplo para que sigáis sus pisadas” 1 de Pedro 2:21
-Inspirado en el devocional Tiempo con Dios del 26 de Febrero de 2016, Mateo 21:1-11