Inquietante y fascinante me parece lo que últimamente se está moviendo alrededor de los
medicamentos y de la s
alud en este nuestro amado país. Desde que medio
mundo comenzó a ser azotado por esta nueva
crisis económica que en realidad no es tan nueva y que en realidad lleva toda la vida presente en las vidas de millones de personas, el
mundo sanitario ha sido golpeado una y otra vez con afirmaciones que cada vez son más irrisorias y que cada vez causan más inquietud, si tenemos en cuenta que la
salud es lo primero que una persona ha de tener para poder moverse y sobrevivir. Primero fué que había que sacar muchos
medicamentos del pago estatal, ( qué casualidad que son los que más se usan en la vida diaria), luego fue que consumimos demasiados, y ahora resulta que, ojo al dato, por ahí, no se sabe por dónde, se inventan
enfermedades para que consumamos
medicamentos a diestro y siniestro. Aprovechando el hecho de que los estados no quieren sufragarnos la
salud a los
ciudadanos porque les importamos poco o nada y si morimos unos cuantos antes de tiempo y les dejamos más dinero para que puedan derrochar en sus feas mujeres mejor, y aprovechando también la nueva corriente de filosofías
chorreras que abogan por que hay que ser espirituales, encontrar el alma y las vidas pasadas, y curarse a base de ayuno y lavativas propias de las sectas, ahora resulta que la propia
organización de
consumidores, demostrando un servilismo sin precedente a los sectores "
sanitarios" (???? WHAT THE FUCK??) como el movimiento "No gracias", un grupo de opusianos que cree que si a uno le duele un brazo ha de reventarse un pie para no pensar en ello en vez de tomarse una
pastilla, ha dicho que estamos demasiado
medicamentalizados y que se inventan
enfermedades para que compremos
medicamentos. Por Dios! A donde vamos a ir a parar!!! No sé en qué siglo estoy viviendo, de verdad, pensaba que estaba viviendo en un siglo de avances y de libertades, pero al parecer hay que volver a los partos en casa con gasas calientes y dolores supremos, a las sangrías en el brazo para las infecciones, y a las setas raras de los bosques hervidas con hierbajos para las heridas. Ahora, cuando vaya al
médico, ese ser supremo que es más un
dios que un ser humano y al que nunca se le debe de contestar mal no vaya a ser que decida no atenderte, no sabré si no me quiere recetar unas
pastillas para el dolor de cabeza porque no le sale de los cojon..., porque cree que es mejor que busque mi yo espiritual dañado, o porque no, y punto. Ya llevamos tiempo siendo tratados como drogadictos en las
farmacias, otras a las que no les gusta el dinero ni piensan en lo mercantilista para nada, no, que va, pero ahora, por lo visto, también estamos siendo invadidos por los sectores anti
pastillas, sectores que seguramente estarán ahora mismo trazando su plan maestro para suprimir los botiquines de los colegios y los
medicamentos de todas las casas de
ciudadanos de bien, esos que nunca se drogan con paracetamoles ni con
aspirinas porque nunca se inventan
enfermedades.
Yo he intentado vivir sin
medicamentos, os lo juro por mis hijos imaginarios, he intentado no inventarme dolores que me sirvan de excusa para consumir esas horribles drogas que anulan mi persona más que las grandes empresas, los anuncios, los políticos, los fanáticos de todo tipo y los que quieren anularme y controlarme a diario para su deleite, que son muchos y muy pesados, pero no puedo hacerlo. Me sigo inventando dolores y males sin parar porque me gusta ir al
médico, me encanta lo pequeña y lo estúpida que me hace sentir, me encanta que me hagan pruebas que más parecen torturas que pruebas y me encanta perder mi tiempo tirada en la cama con dolores, claro que sí. Debería olvidarme de todo eso y volver a lo de antes, o sea, a la penicilina en bote, y así hacer felices a todos los que quieren ahorrarse el dinero en nuestra
salud para gastárselo en fulanillas y en coca, pero no puedo. Tengo la manía y el gusto de tomarme algo cuando no puedo dormir, cuando me duele todo, y cuando mi cuerpo serrano no me obedece.
Quien quiera curarse a base de meditaciones y de hipnosis que lo haga, es su vida y su problema, pero que dejen tomar
medicamentos en paz a los demás, rediez.
No nos inventamos enfermedades, lo que pasa es que hay algunos que no quieren que costemos dinero al estado, y que además tratan a nuestra
salud con la importancia que siempre le han dado, o sea, ninguna. Reivindico el derecho de cada uno a decidir sobre su cuerpo y sobre su vida porque eso es libertad. Eso es libertad, amigos, y lo contrario es... Lo contrario. Vosotros ya me entendéis...
jajajjajaja, no te molestes en venir, está comprobado que lo mejor es dormir y tomar poleos menta...