¡Nos sobran los motivos!

Este título no es mío, supongo que lo habrán pensando nada más leerlo. Es de Sabina pero quería utilizarlo aquí para enviar un mensaje a todos los seguidores de este blog: Nos sobran los motivos para celebrar, para cambiar las cosas que no nos gustan, para ser felices. Aunque no lo parezca, aunque a veces sea difícil de ver, la realidad es que todos tenemos muchos abrazos que agradecer, muchas situaciones por las que reír y muchas caricias que disfrutar.

Lo sabemos, pero se nos olvida demasiado a menudo. Solo aquellas personas que han pasado o están atravesando una verdadera tragedia (en el sentido griego del término) y que han sido capaces de superarla, son verdaderamente conscientes de todas las razones que tenemos para celebrar cada comida con la familia, cada cerveza con los amigos, cada cumpleaños…

Es una pena que tengamos que pasar por una situación límite para darnos cuenta de todo lo bueno que hay en nuestras vidas. A mí, una persona muy sabia me lo recordó hace poco. “Estoy harta de quejas, de gente que sólo ve el lado negativo de las cosas”, me comentó. “Sí, yo también”, le conteste. Muchas veces estoy harta hasta de mí. Quiero sonreír a la vida y que los que estén a mi alrededor también lo hagan. Así que repitan conmigo: ¡Nos sobran los motivos! (Sólo hay que saber dónde mirar).