Revista Diario
Y manaña nos vamos, por fin, de vacaciones. Solo son unos días, pero un poco de playa, relax, solecito (ojalá) y diversión en familia nos hacen falta. Los tres solitos, sin planes, sin compromisos, solo pensando en disfrutar y pasarlo bien.
Pero claro, para irse hay que dejar todo organizado, haz maleta para tres, recoge un poco la casa para no encontrarte a la vuelta pelusas que temas te coman los pies, pon lavadoras y organiza la ropa que te llevas. Aquí entra en juego el temido "por si acaso", estamos en unas fechas donde no sabes que tiempo puede hacerte, así que la maleta está llena de muchos "por si acasos", tremendo petate llevo. Los juguetes del peque que no falten, sus cuentos preferidos tampoco, el triciclo. Cámaras varias, vídeo, de fotos, el ordenador, el DVD portátil del niño para que vea dibujos. Nos vamos 5 días y parece que nos fuéramos un mes. Y es que esto de viajar en familia conlleva muchos accesorios. Lejos quedaron aquellos viajes de pareja, con una maletita pequeña, que nos faltaba algo, se compraba y tan felices. Y luego organiza a la familia para que cuide de la prole gatuna, deja su pienso a mano, su saco de arena, bolsitas para limpiar su cajita ..... Todo organizado y preparado para que quien venga no tenga que andar buscando.
Y para rematar, ya que tengo una gatilla que aún es un bebé y adora poner las fotos y demás trastos fuera de su sitio, hay que guardarlo todo. Parece que ha pasado un huracán por el mueble del salón y por la cómoda de mi habitación. Fotos guardadas, joyeros fuera de la vista, jarrones, y algún detalle más han desaparecido.
Pero ya está casi todo listo. Reconozco que estoy cansada, pero contenta porque se acerca la hora de marcharnos. Playita, ¡prepárate que allá vamos!.