Yo soy más bien de la opinión de que no soy el ombligo del mundo y por extensión, mi país tampoco, por eso me gustaría exponer las diferencias de opiniones de otros países acerca del uso de productos homeopáticos en la práctica general de la sanidad pública.
Sin irnos muy lejos, en el Reino Unido hay bastante controversia con el tema, no es de extrañar. Por un lado hasta hace poco existían asociados al sistema sanitario público hospitales que administraban tratamientos homepáticos pero ante la falta de pruebas acerca de la eficacia demostrada de dichos tratamientos se ha instado al gobierno para que deje de subvencionar esta clase de prácticas por considerarlas inconcluyentes en el beneficio explícito de la salud del paciente.
Francia tampoco es afín, desde hace bien poco, a esta práctica ya que las bases en que se sustentan no son verosímiles.Es cierto que permite la venta de los preparados homeopáticos siempre y cuando se compruebe que no hacen daño ni son perjudiciales para la salud. El producto homeopático no puede considerarse como un medicamento en tanto en cuanto no produzca beneficio terapéutico alguno.
Al igual ocurre en Argentina, Estados Unidos, Suíza, Alemania, Holanda, donde pese a no reconocer efecto terapéutico beneficioso empíricamente demostrado, permiten su comercialización ya que no producen daño.
En cambio en México, el reconocimiento de la medicina homeopática pasa por el requerimiento de estudios específicos. El control de los productos es mayor ya que para comercializarlos se debe demostrar la seguridad del producto y determinar fecha de caducidad.
Es decir, que si en España me da por vender agua de rosas, ( pongo en un balde 5 litros de agua y dejo en remojo pétalos de rosa) por sus cualidades organolépticas y su beneficio en el cuidado de la piel ...¿Puedo? Y ya está...¿Nadie me va a controlar?... Y ¿cómo empiezo el mercado?, ¿empiezo vendiéndolo a mis vecinos y luego me extiendo al municipio de al lado?
Un poquito de seriedad... por favor...