Revista Cultura y Ocio

Notas de cata de agosto

Publicado el 16 septiembre 2014 por Zazou @biblio_zazou
La lectura es para mí una carrera de fondo pero, últimamente, parece haberse convertido en una de obstáculos. Llevo un tiempo con la concentración cayendo por el lado equivocado del territorio de la mente, ahí donde hay pendientes y barrancos de escarpaduras llenas de bordes filosos. Mi neurona funcional se está malacostumbrando a las abstracciones que me rozan y se alejan, dejándome como un niño al que se le escapa un globo y me hacen sentir, de algún modo, huérfana. Me ha costado un poco emprender la escalada de regreso; voy poco a poco, me fuerzo, aunque ya he reencontrado el tacto compañero de las palabras que hormiguean en las yemas de los dedos. Y aquí ando, un tanto renqueante pero ando, más o menos.
Durante este agosto atolondrado sólo he degustado unas pocas novelas cortas, muy cortas algunas, casi relatos (y este mes es aún peor, porque a estas alturas sólo he leído un libro y a trompicones). Estas son las catas resultantes:
LA ESCRITURA NECESARIA. Rubén Angulo Alba
Notas de cata de agostoUn combinado de licores diversos, sabor fuerte y algo seco: erotismo cotidiano y aroma de misterio. Entre medias, persistente, el toque amargo de la existencia. El argumento parte de ciertos estereotipos desarrollados de una forma personal: escritor viudo con un hijo pequeño se traslada a una nueva ciudad y, mientras se intenta centrar en la escritura y en su niño, se deja llevar por su atracción por las mujeres y una sombra misteriosa en la casa donde vive.  No es una novela redonda, es más bien tentacular, alargando un brazo por aquí y un pie que patea por allá, y en el interior de una historia en espiral hay algo promisorio, algo que susurra que aún queda mucho por dar.
Para maridar con: espíritus atrevidos que no temen aventurarse con el sabor de autores nuevos.  
UNA POSTAL DE 1939. Marcella Olschki
Uno de mis descubrimientos de este año: esta novela brevísima y, más que autobiográfica, confesional. Olschki rememora sus años adolescentes de colegiala, en pleno gobierno fascista, con una frescura que cala hondo. Sin tapujos ni excusas, nos trae las ocurrencias de una juventud inconsciente, rebelde y a veces cruel, como lo es siempre la juventud, que patalea ante la restricción y la represión que le toca vivir. No hay estridencias, tampoco melodrama a pesar del dramático contexto que la rodea; tan sólo realidad, la realidad de un mundo extraño para los ojos de una muchacha que se ve obligada a madurar. Más que recomendable.
Para maridar con: cualquiera con una pizca de sensibilidad y media hora de su tiempo.
LLUVIA. William Somerset Maugham
Notas de cata de agostoRecordaba vagamente el buen sabor de las historias de Maugham que mi padre puso en mis manos, un millar de años atrás, tras ver varias películas clásicas basadas en ellas. Este relato largo (preciosa edición de Alba, por cierto), originó tres versiones con tres protagonistas de altura: Gloria Swanson, Joan Crawford y Rita Hayworth.  Recrea la tórrida estancia en una isla del Pacífico de un grupo de personas: un médico cínico, un misionero fanático, las esposas de ambos y una “mujer perdida”. El drama está servido. En una fuente de plata libre de ostentosidad. Con cubiertos brillantes y afilados para trinchar mejor una pieza tan exquisita, de esas que te impresionan sin los artificios de la cocina experimental. Sencilla y contundente. Para paladearla durante un rato mucho más largo de lo que da la extensión de sus páginas. No me importaría volver a repetir.  
Para maridar con: los amantes de los clásicos y de las buenas historias en general.  
EL REGRESO DE TITMUSS. John Mortimer
Después de un tiempo prudencial, con la intención de no sentirme defraudada por  el mito de las segundas partes, retomé la historia del repelente Titmuss, ahora desde una perspectiva más directa una vez apartado a un lado el filtro de los Simcox. Mereció la pena y la saboreé con placer. A pleno rendimiento, este arribista triunfador de la política me ha traído sonrisas de lo más amargas por lo cercanas de algunas situaciones. Mortimer disecciona la sociedad, no sólo británica sino en general, en tanto los entresijos del poder no tienen distinción geográfica (ni siquiera ideológica, a la postre). Nos engancha del brazo para darnos un paseo tan divertido como mordiente, en el que la sonrisa, además de mordaz, deviene en pesimista… o realista, para qué nos vamos a engañar. 
Para maridar con: los seguidores del “british style”, la ironía inglesa y la crítica social.
LOS MUERTOS NO RESPONDEN PREGUNTAS. Antonia Romero
Esta cata ha sido accidentada y quizá mi perspectiva no era la adecuada en el momento de la lectura, además no soy adepta a la novela romántica (lo cual no significa que no lea ninguna o que no intente apreciarlas en su medida). A pesar de todo lo anterior, esta novela me tuvo entretenida durante varias noches en blanco. Hay algunos clichés, habituales en el género, y escenas un tanto previsibles, pero está escrita con habilidad y se desenvuelve bien en la trama psicológica. Confesaré que, como soy de lágrima fácil, me hizo soltar más de una. Fue un bocado agridulce, como un trozo de pomelo confitado.
Para maridar con: admiradores del drama romántico.
OVEJA MANSA. Connie Willis
Deuda pendiente desde hace tiempo, me entregué a esta novela de Willis con plena conciencia de que no es una de sus obras de primera línea, quizá por eso no me defraudó. Esperaba (como ya había leído/oído por ahí) una comedia de enredo, ligera y simpática: eso mismo es lo que encontré. Ambiente académico, investigación sociológica, tono humorístico y una historia de amor… o algo parecido. En el momento en que la leí, me vino fenomenal para ponerme una sonrisa y me recordó vagamente a la reciente “El proyecto esposa”. Como ésta, no es imprescindible pero ha resultado entretenida. Reincidiré con la autora.
Para maridar con: quienes gusten de la comedia absurda o un poquito menos. 

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