Como dice su título, todo el libro es la redacción de una noticia real que ocurrió a finales de los 80 en Colombia, el secuestro de periodistas por parte de los Extraditables. Con fechas, datos, nombres y descripciones que nos sitúan en el escenario que vivieron los secuestrados, Gabriel García Márquez nos muestra el día a día de una reclusión inhumana.
Mientras te habla de la lucha de los familiares por lograr una liberación, la relación de los secuestrados con los captores, las negociaciones políticas por sacar un tratado de acuerdo a los intereses de todos, se va dibujando el escenario de una Colombia plagada de violencia. Y como telón de fondo la figura de Pablo Escobar y su encarcelamiento pactado y mil veces prometido.
No se parece en nada a los otros libros del autor, pero no abandona su narrativa para ponerla al servicio de una noticia que te engancha desde el primer momento y sufres con los protagonistas. Pero como siempre él lo explica mejor: “…quiero hacer otra cosa: reportajes novelados. Un poco a la manera de lo que ha hecho Truman Capote pero ¿cómo decirte? menos preparado y efectista”.
“Con una sortija como esa – le dijo de frente- yo haría ciento veinte casitas para los pobres.
La dama, aturdida por la frase, no supo qué contestar, pero al día siguiente le mandó el anillo con una nota cordial. No alcanzó para las ciento veinte casas, por supuesto, pero el padre las construyó de todos modos.”
(Este párrafo podría por sí mismo ser un microrrelato)
“A mí me hubiera gustado morirme por mi cuenta, pero si mi destino era ese yo tenía que asumirlo.”
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