Harto de las nada creíbles interpretaciones de la situación de Grecia que nos suele dar la prensa, de la mezcla entre dignidad y estupidez de Tsipras y de la chulería de la Europa rica (incluido algún tonto irredento de la patria que se olvida que somos de los PIGS); he decidido pasar de todos y basar mi homenaje al pueblo griego el calzarme este año buena parte de los libros de Márkaris. No sé si llegaré al último o a los últimos, fechados en plena crisis. Pero me conformaré con llegar a la Grecia de los Juegos Olímpicos. Pelotazo por aquí, pelotazo por allá. Seguro que les suena.
Lo que se agradece en primer lugar es que, como pasa con Camilleri y como pasaba con Vázquez Montalbán, el noir mediterráneo tiene un aire de barrio bajo y hasta un poco de fritanga, como la cena a veces incomible que le deja la parienta a Kostas Jaritos. No son los tíos más altos ni más guapos ni los más elegantes y (casi) nunca se ligan a la rubia. Ni siquiera son seguramente los más honrados ni los más listos, pero en el país de los ciegos...
De todos ellos, sin duda el menos glamuroso es Kostas Jaritos, pero tiene un no-se-qué entre honrado y funcionarial que hace que le cojas afición. "Noticias de la noche" es la primera de la saga de Jaritos, pero en ella ya figuran las que serán constantes: los tomates de Adrianí, la devoción por su hija, las putadas de los jefes....
Ah, ¿el argumento?: Dos albaneses son asesinados, y a nadie parece importarle. La policía griega cumple con el expediente y empapela al primero que hace un amago de confesión. Pero nada es tan sencillo...