Dentro de las fuentes documentales islámicas existe un grupo de carácter geográfico que ofrece un cúmulo de breves referencias sobre el enclave situación y organización de las ciudades, así como otros aspectos referidos a la productividad y características de la tierra; todo ello complementado con algunas noticias históricas y legendarias.
Si bien la mayor parte de las veces estas noticias son muy vagas y repiten los mismos datos sin aludir a las modificaciones introducidas con el paso del tiempo, requieren ser tenidas en cuenta como auxiliares imprescindibles en toda reconstrucción histórico-artística.
Por tanto, al estudiar Toledo islámico, entre las fuentes más destacadas hay que considerar las geográficas. Su interés radica en dos aspectos: uno general, sobre la evolución de los estudios geográficos así como de las fuentes utilizadas por los geógrafos; otro, más específico, acerca de la ciudad de Toledo en época musulmana tanto en su concreción física como en la histórico-artística y económica.
Así pues en este trabajo se recogen, en orden cronológico, los geógrafos musulmanes que han escrito acerca de Toledo, dedicando una breve referencia a su obra, reuniendo sus descripciones sobre Toledo y se- ñalando, cuando así pueda establecerse, si esta descripción es original o si sus datos, tanto implícita como explícitamente, han sido tomados de otra obra o autor anterior. Por último, tomando como base estas descripciones de las distintas épocas, se configura una visión de forma aproximada sobre la ciudad de Toledo.
Para ello se han reunido una serie de obras que abarcan diversos géneros literarios; y así, sin entrar en los problemas de la evolución de la literatura geográfica, con sus consiguientes transformaciones y géneros —tema que ha sido objeto de abundantes estudios por André Miquel—, hay que destacar que los géneros literarios estudiados y, por tanto, aquí reunidos son: al-masúlilc wa-I-mamalik (los itinerarios y los reinos) surat al-ar4 (configuración de la tierra), mu’9am al-buldan (diccionario de los países) y compendios históricos-geográficos.
Por otra parte, los autores objeto de este estudio pueden ser considerados como aquellos geógrafos de mayor prestigio que escribieron sobre al-Andalus, ocupando temporalmente el periodo comprendido entre los siglos iii (IX) y xr (XVII). Entre ellos hay que establecer una clara diferencia entre los orientales como ibn }urdádbeh Yaqfibi, ibn Ijawqál, Y~qtit al-RUmí Qazwini, Abñ l-FidW, al-Qalqa- ~andi; y los occidentales como: al-Rází, al-Bakri, al-Zuhrt, al-Idrisí, ibn Gálib, ibn Said, al-Himyari y al-Maqqari.
Los primeros rara vez visitaron al-Andalus, a excepción de ibn I3awqál; por ello sus descripciones normalmente parten de alguna fuente literaria anterior y, por lo general, nunca son fruto de una experiencia personal o de un contacto directo, actuando la mayoría de las veces como simples recopiladores y transmisores de las noticias, lo que sin duda es importante. Con los geógrafos occidentales suele suceder lo contrario: sus descripciones, en general, son objeto de un contacto directo, si no total si parcial, con lo descrito; hecho éste bastante lógico al ser la mayor parte de ellos de origen andalusí.
De entre todos ellos, la figura más relevante sin lugar a dudas es la de al-Rázi, cuya obra tiene un gran eco posterior, en parte, debido a al-Bakri; y, de esta forma, la descripción de al-Rází aparece recogida en sus lineas fundamentales por al-Bakri, al-Zuhri, ibn Gálib, Yáqtit y Qazwini. Por otra parte, algunos aspectos específicos de al-Bakri son tomados por ibn Said que, junto a los que él aporta, son utilizados por Abñ 1-Fidá> y al-OalqasándI.
La descripción de al Barki está copiada tal cual por al-Himyari y con leves retoques también por al-Maqqarí; la otra gran figura al-Idrisi, gozará también de bastante éxito, y su texto será reproducido prácticamente al pie de la letra por alHimyari.
Esquemáticamente quedaría de la siguiente manera: al-Rází — al-Bakri — al-Zubrí — ibn GMib — Y~qñt — Oazwini L L ibn Said — Abfl 1-Fidá’ — al-Qalqa~andi al-Maqqari
Fuentes geográficas:
IBN JUkDADEEH — YA QIJBI — I~N IJAWQAL _— AL-RAZI_— AL-BAKkI — AL-ZUHkI — AL-IDRIS! —_LEN G4LIB — YAOUT AL-RUMí — IBN SAID AL-MAGRIEI — OAZWINI — ABU L-FIDA — ALQALQAgAND! — AL-UIMYARI — AL-MAQOARI
En orden cronológico los primeros en conceder a la Península una breve referencia son los libros de itinirarios (masdlik). El más antiguo —siglo tu (IX)— pertenece a un oriental de origen persa, ibn Jurdádbeh’, y en él, al describir el país de al-Andalus, señala entre sus ciudades importantes a Toledo, que había sido la residencia de los reyes y distaba veinte jornadas de Córdoba 2
En este mismo siglo Ya’qúbi3 en El Libro de los Países (Kit3ib a/-Bu/dan) dedica un apartado a al-Andalus, al que describe a través de itinerarios. Sitúa a Toledo entre Jaén y Guadalajara, destacándolapor su belleza, su fortificación insuperable en toda la Península y por la actitud rebelde de sus habitantes frente a los Omeyas. Y finaliza señalando que el río que rodea a Toledo es el Duero, error disculpable, ya que como es conocido Yaqñbi no visitó la península’.
En el siglo iv (X) hay que destacar entre los geógrafos orientales a al-I~~ajri, ibn Uawqál y al-Maqdisi, y entre los occidentales a al-Rázi. En el grupo primero ofrece mayor interés la obra de ibn ~awqál ~,
Configuración del mundo <Kit3b ~urat al-ar4), y esto se debe a que este autor visitó al-Andalus, y fruto de ello es una descripción más original que la de otros geógrafos orientales contemporáneos. En la Configuración del mundo sigue el modelo tradicional de los itinerarios, aunque desarrollado con una mayor amplitud; y de este modo sitúa a Toledo entre las ciudades antiguas más célebres, más grandes y mejor fortificadas de al-Andalus.
Y por ello era una plaza de defensa frente a las ciudades cristianas tales como Zamora y León Toledo se encuentra a tres jornadas de Talavera, una de los Yébenes, y una de Magan donde se encuentran las tierras de batanes de España; y la describe como ciudad más importante y célebre que Pechina, rodeada por murallas, con un puente de cincuenta brazas de longitud y bañada por el Tajo, que relaciona con el río que desemboca en Cintra de forma no muy clara .
Entre los geógrafos andalusíes ocupa sin discusión el primer lugar al-R~zi (m. 344/955), tanto cronológicamente como por ser su obra y en concreto su descripción, una de las que mayor eco han tenido entre los geógrafos posteriores, junto con las de al-Bakri y al-Idrisi. Al-R~zi7 divide administrativamente al-Andalus en distritos.
En cada uno de ellos destaca brevemente sus límites, su capital, su terreno> los productos que de él se obtienen y las ciudades y castillos que le pertenecen. Según la reconstrucción que del texto de al-R~zi hace Levi-Proven9al 8 ,el distrito de Toledo está delimitado por el de Guadalajara, la Marca Superior y Córdoba. Su capital fue Toledo, no sólo en época romana, que era una de las cuatro capitales de España, sino que también fue adoptada por la monarquía visigoda, que la elevó al rango de capital de su reino.
Toledo se haya situada sobre el Tajo donde se encuentra un puente sin parangón en España, que fue destruido en el año 244 (858) por el emir Muhammad. La ciudad de Toledo es muy importante> muy grande, agradable y bien fortificada, lo que permite resistir a los innumerables asedios a que se ha visto sometida.
Su territorio es fértil para la agricultura produce cosechas de gran rendimiento e inmejorable grano, su aire es excelente y el grano se conserva sin alterarse, su trigo puede almacenarse durante setenta años sin que se estropee; por esto a Toledo jamás le falta grano incluso en tiempo de guerra. Su azafrán es el mejor de España, tanto por su color como por su aroma.
Toledo es la ciudad de España de la que más se habla y cuyo territorio es mayor; tiene bajo su dominio ciudades como Talavera y Calatrava, y castillos como Oreto y Caracuel. En el siglo y (XI) aparece el Libro de los itinerarios y de los reinos (Kitñb al-masñlik wa-l-mamálilc) del andalusí al-Bakri ~, que aún continúa la tradición de describir a través de itinerarios.
Esta obra, parcialmente recuperada, está destinada a fines administrativos. Su descripción 10 de Toledo comienza señalando la raíz latina de esta palabra Tulatu que significa «la alegría de sus habitantes» debido a la fortaleza e inexpugnabilidad de la ciudad. Cita después una sentencia que dice haber tomado de los libros de narraciones: «Toledo se construyó sobre la rebelión y la guerra. Si sus habitantes se convierten al politeísmo no quedará en ella ni plebe ni rey. Por este hecho aparecen los desórdenes y sus gentes [los musulmanes] salen de estas tierras» “.
Estos poemas pueden estar relacionados con los de al-.’Assál ante la toma de Toledo por Alfonso VI “ Pasa luego a destacarla como capital de los césares y de los visigodos como hizo al-Rñzi, y la sitúa en la primera parte del quinto clima, delimitada por al-Andalus y al-Andalus al-Aq~& o lejano. A continuación aporta una serie de datos que concuerdan con los de al-Rázi, aunque más escuetos tales como: su localización sobre el Tajo, su puente indescriptible que fue destruido por el emir Mubammad, su trigo que puede almacenarse durante generaciones sin estropearse, y su azafrán que se exporta a otros países.
Añadiendo como novedad la producción de tinte azul cielo. Por último> señala su dominio sobre distritos y fortalezas sin especificarías. En el siglo vi (XII) hay que considerar a tres geógrafos andalusíes: al-Zuhri, al-ldrisT e ibn G~lib. A1-Zuhri» comienza su descripción, como es habitual destacando a Toledo, que había sido la capital en época de los romanos y visigodos entre las ciudades de al-Andalus. Señala que el río Tajo la rodea. Se maravilla de la duración del trigo, que puede permanecer sin estropearse setenta, ochenta, cien años o más; menciona sus muchos cultivos y ganados “.
Todos estos aspectos recuerdan claramente la descripción de al-RázT, aunque tratados de forma mucho más resumida. Sin embargo, describe, por vez primera y con todos sus mecanismos, la clepsidras realizadas por Azarquiel ‘~ para al-Ma>mtin 16 en las afueras de Toledo, cerca de la Puerta de al-Dabbagtn o de los Curtidores; clepsidras que fueron destruidas en el año 528 (ll33-34)’~. Otras novedades que introduce al-Zuhrt son:
la fabricación de espadas a base de polvo que se da en Toledo, y la existencia de unas tierras que se mezclan con harina y son comestibles Al-Idrisi ‘~ constituye otra gran fuente de información, no sólo por la calidad de su descripción, sino también porque ha sido muy utilizado por un buen número de geógrafos posteriores.
Así, dentro de una concepción arcaizante para su época ~ organiza su obra geográfica en Climas, dedicando la sección primera del cuarto y quinto clima a la Península. En la sección primera del -cuarto clima comienza por dividir la Península en dos partes, debido a la cadena montañosa de las Sierras. Al Sur de éstas sitúa el país de al-Andalus, y al Norte, Castilla.
Clara DELGADO VALERO (Centro Universitario de Toledo)http://revistas.ucm.es/index.php/ELEM/article/viewFile/ELEM8686120299A/24442
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