Revista Opinión

Notre Dame

Publicado el 24 abril 2019 por Carlosgu82

El 15 de abril del 2019 nuestra señora francesa amaneció en llamas.

Hoy, día 24 de abril del 2019, tan solo nueve días después del desastre, todo el mundo la ha olvidado.

La catedral gótica, sede de la archidiócesis de París y una de las más emblemáticas por la historia que lleva consigo, recaudó en tan solo dos días millones de euros para su reconstrucción.

Faltaban  los «memes», burlas y demás faltas de respeto que se hicieron en su nombre, pues sin ser yo católico practicante, me parece una vergüenza que nos alegremos de tal tragedia.

Pero hay algo, en concreto, que me llamó la atención.  Algunos comentarios decían: la única iglesia que ilumina es la que arde, una frase fuera de lugar pero podemos ver el nivel cultural de quien lo escribiera. El tema más desconcertante y polémico es la desazón  y las quejas sobre aquellos que donaron tal cantidad de dinero para su reconstrucción. Entonces empiezan las críticas y el debate:

¿Hay dinero y volición suficiente para, en tan solo cuarenta y ocho horas,  reunir millones por una restauración arquitectónica y no para solventar la pobreza que nos rodea?

A nivel personal pienso que la pobreza es un negocio para las élites, al igual que la guerra. Por más que recauden y entreguen millones no sacarán a nadie de la pobreza. Momentáneamente es posible pero a largo plazo es inviable e insostenible.
Hay un viejo proverbio que dice: dale un pescado a un hombre y comerá un día; enséñale a pescar y comerá para siempre.

Soy de la idea de que cada uno puede hacer lo que quiera con su dinero, pero claro, cómo no pensar que todo el dinero invertido en un «simple edificio»  se podría utilizar en acciones, por decirlo de algún modo, más humanas.

Entonces se desata el debate en las redes.

Algunos criticando la donación, no solo por ser un lugar emblemático dentro del catolicismo sino por lo que anteriormente comentaba. Otros, en cambio, defendiendo la iniciativa.

¿Qué podemos pensar en esta situación?

El hecho está en que toda la vehemencia vista estos días atrás, todas las críticas que recibió esta donación y todos los debates originados se han esfumado en tan solo nueve días.

Y así, amigos, es como nos olvidamos de luchar por lo que nos interesa y pasamos a otra cosa, otro problema el cual mostraremos un interés fugaz durante dos días y pasaremos a otra cosa, y otra cosa…

Ahora, os invito a vosotros a abrir debate.

¿Realmente la pobreza se sustentaría  simplemente con donaciones?


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