Ayer me entregaron en casa dos paquetes: el album de Pixmigo y un libro que había encargado, "La crianza feliz", de Rosa Jové.
Con el album de Pixmigo estoy muy contenta porque ha quedado bastante bien y es un gran recuerdo de los primeros meses de mi hijo. Es cierto que he localizado algunos fallitos de diseño, culpa mía, supongo, de cosas que no coloqué del todo bien. Y es que en la pantalla se veía de una forma y una vez impreso se han movido un poquito algunas letras. Me hubiera gustado que ellos hubieran echado un vistazo antes de imprimir, porque son pequeños errores que se nota que son fallitos del usuario, los podían haber retocado sin problemas. Quitando eso, ha quedado muy chulo y eso que lo esperaba más grande (no sé por qué, porque claramente vi las medidas cuando lo encargué...). La calidad de las fotos está bastante bien, algunas han salido un poquito peor, pero supongo que porque las sacamos con más "grano" que otras.
El album costaba, terminado, 40 euros. No me parece un mal precio. Considerando que son 36 páginas, con una media de 3 fotos por página... Creo que habré usado alrededor de 100 fotografías, quizá alguna más. Además, hay que incluir la calidad del papel, la tapa dura... Me parece un buen precio y este album sí dan ganas de verlo, y no la clásica impresión de fotos que, salvo que las clasifiques, luego da mucha pereza mirar.
Además, el album viene con una fundida guardapolvo muy mona. Así que, muy probablemente, cuando vuelva a reunir otro montón de fotos, repita con Pixmigo.
Eso sí, tengo que decir deben mejorar algunas cosillas, pues no he logrado utilizar la función compartir, ni por email ni con el código de enlace.
En cuanto al libro de Rosa Jové, lo vi como lectura recomendada en el blog Ahora la madre soy yo. De hecho, me apunté otros títulos. Ya os contaré, tengo ganas de leerlo, porque también Belén recomendó otro de sus libros en su blog. A ver si encuentro el momento, seguro que me lo leo de una sentada.
Ayer empecé a darle al niño el Motilium y coincidió justo que no regurgitó nada. No sé si es que ya se nota su efecto o es que coincidió que tenía el día bueno, pero lo cierto es que no echó nada. Veremos como sigue la cosa.
Ah, y ya tenemos primer chichonazo en la frente. Desde que ha descubierto que puede desplazarse por toda la casa, lucha por soltarse de mis brazos para que le deje libre. Así que llevamos unos días en que le estoy dejando libre al menos una vez por la mañana y otra por la tarde. Aunque le voy siguiendo, está hecho un bicho y va buscando todos los peligros. En uno de sus movimientos se dió un cabezazo contra el suelo... ¡todavía no se ha dado cuenta de que eso no está tan blandito como la colchoneta del parque!. En fin, tiene que aprender a base de chichones, ¿no?. Apenas lloró, su sofoco fue más porque en ese momento decidí quitarle del suelo para evitar que terminara con toda la cabeza llena de porrazos. Hay veces que se emociona demasiado. ¿Le compro un casco?.