Revista Opinión

NOVELA: BEAP ¿y Tú? – CAPITULO 4

Publicado el 10 agosto 2019 por Carlosgu82

Un nuevo inicio.

Jhonny despierta; se levanta de su cama; apagando su despertador. Se dirige a la cocina para prepararse un café. Prosigue a darse un baño largo y cálido. Derrama algunas lágrimas con los recuerdos que le invaden, ¡Sami! Ya no está su presencia, su calor de mujer; siente soledad en el ambiente del apartamento.

– ¿Dónde estás? –se pregunta Jhonny, sintiendo el vacío en su corazón.

Tranquilizándose un poco y tomando fuerzas, se anima a terminar su baño relajante, y así poder continuar con el proyecto de su libro. Gracias a la ayuda que su amigo Santiago, le ha decidido brindarle, es un nuevo motivo e inspiración para seguir luchando su sueño como escritor y poeta.

NOVELA: BEAP ¿y Tú? – CAPITULO 4

Jhonny sale de su apartamento asegurándose de cerrar bien la puerta. Se coloca el casco mientras se sube a su motocicleta, en ello recibe una llamada de Santiago recordándole llegar a tiempo a la reunión. Jhonny le responde que ya se encuentra de salida y que llevaba unas copias de su proyecto, sin más que decir; terminó la llamada. Encendió su motocicleta y salió rumbo a la reunión.

Al llegar al lugar, en donde Santiago lo había citado, dejó su motocicleta en un parqueadero que se encontraba al frente del edificio.

Al cruzar la calle, y ya casi al ingresar al edificio, lo saluda una hermosa chica, de 1.69 metros de altura, cuerpo de modelo, piel blanca, ojos claros, cabello negro lizo, con un traje de oficina color negro. Traía puesto unos lentes y una hermosa sonrisa que llamó la atención de Jhonny por completo.

NOVELA: BEAP ¿y Tú? – CAPITULO 4

Ella Preguntándole le dijo:

– ¿Jhonny? –dijo aquella chica.

–Hola. –dijo Jhonny, respondiéndole el saludo, sin tener la más mínima idea de quien era aquella mujer–. Disculpa ¿me conoces? –preguntó.

–Hola mi Básník –le dijo la chica, con el apodo, con el cual ella lo conocía–, ¿no te acuerdas de mí? –preguntó.

Jhonny sorprendido, de como lo había llamado, recordó al instante, aquella mujer y con una sonrisa le respondió.

– ¿Melissa Cadavid?

–Sí Jhonny –respondió ella, mientras le mostraba una sonrisa–, la misma –añadió.

– ¡Guau!, estás hermosa, tantos años sin verte.

Melissa le agradece con una sonrisa en su rostro y un poco apenada por el cumplido, se saludan con un cálido abrazo.

–Gracias, mi Básník. –le dijo, después del abrazo.

–Si no me hubieras llamado por ese nombre, no te hubiera reconocido –dijo Jhonny, con un gesto cariñoso en su rostro.

En ese momento, se aparece Santiago por la puerta del edificio, llamando a Jhonny, haciendo un gesto con la mano, para que ingresara al edificio, ya que era hora de iniciar la reunión.

– ¡Oye Brag! –dijo Santiago, haciendo un gesto con la mano para que ingresara–, ven, que vamos a llegar tarde –añadió.

Jhonny se despide de Melissa, con un beso en la mejilla y sale corriendo, con dirección al edificio.

–Tranquilo Zeta, solo estaba saludando a una amiga –dijo Jhonny.

– ¿Y qué paso anoche con Sami? –le pregunto Santiago, mientras tomaban el ascensor.

Jhonny con un suspiro le explica lo que sucedió.

–Anoche cuando llegué –suspiró…–: Sami se había ido y solo encontré una nota encima de la cama; en donde explicaba por qué se había ido, decía que ella me amaba; que nos diéramos un tiempo y cuando ella estuviera lista… me iba a buscar en la banqueta en donde nos conocimos. –le dijo, agachando un poco su cabeza.

Santiago por la sorpresa y mostrando una sonrisa, le dice:

– ¡Vaya! eso no me lo esperaba ¿y qué piensas hacer ahora?

–No sé, creo que aceptar lo que nos prepare el destino.

Salieron del ascensor con dirección a la sala de conferencias. Dieron inicio a la reunión con el director y los ejecutivos de la editorial. Santiago presentó a Jhonny como su nuevo socio, y así poder dar a conocer el proyecto del libro.

Mientras Santiago explicaba el motivo de la reunión, Jhonny se distrajo por un momento pensando en Melissa, en lo bastante que había cambiado; preguntándose; que se encontraba haciendo en la ciudad y que ha sido de su vida. En ese instante, llega Melissa y pide permiso para entrar:

–Perdón ¿interrumpo la reunión? –dijo Melissa, desde un pequeño ángulo, de la puerta de la sala de conferencias.

–No te preocupes, pasa –le dijo el director, para que le entregara unos documentos, que ya había solicitado antes de dar inicio la reunión.

Melissa es la secretaria del director. Jhonny de la sorpresa, le hace el gesto con una sonrisa en su rostro, logrando, que ella le correspondiera de igual manera, mientras se retiraba de la reunión. Santiago se percata de la situación y le concede la palabra a Jhonny, para que pueda presentar su proyecto. Jhonny se levanta un poco nervioso, pero prosigue con la reunión. Santiago le dijo algunas palabras al oído antes de que el tomara asiento:

–Tranquilo, –le dijo Santiago, posando una mano sobre su hombro, y añadió–: solo explica de que se trata tu libro y lo interesante que es.

Jhonny toma un respiro profundo… y prosigue a dar su charla. Caminó alrededor de ellos, entregándoles una copia de su libro y así poder explicar mejor su proyecto.

–Buenas tardes. –dijo Jhonny, con total seguridad–. El proyecto que hoy les presento, no es otro libro más para el público; tampoco otra historia más de amor; es un libro donde el lector, se pueda sentir identificado y se adentre tanto en la historia; que puedan creer y sentir; que son el personaje principal de la obra, hasta desear llegar a leerlo por completo. Basado en un pensamiento; de un sin fin de ideas e interrogativos. En donde el lector, quedará intrigado, de querer saber si hay una posible secuela de este libro tan maravilloso, y para que esto sea posible, son ustedes, los que darán la oportunidad y el gusto a nuestros lectores de poder terminar con el proyecto.

Jhonny terminó con su discurso y por unos instantes, reinó el silencio en aquella sala, en donde uno de los ejecutivos tomó la palabra, haciéndole la siguiente pregunta a Jhonny.

– ¿Y, en cuánto tiempo podría estar terminado el libro?

–Al proyecto, le falta poco –dijo Jhonny, manteniendo su seguridad intacta–, es solo hacer algunos ajustes y detalles para culminar, y ya quedaría listo el libro para que ustedes lo puedan leer y así poder dar el siguiente paso. –añadió.

– ¿Dime una fecha exacta? , para darle inicio al proceso   –preguntó el director.

Jhonny sin saber qué decir, mira a Santiago con un gesto de auxilio en su rostro, solicitando una ayuda con alguna respuesta. Santiago toma la palabra y decide responder por Jhonny.

–Sí señor –le dijo Santiago–, Jhonny le promete entrega el proyecto en 25 días, contando a partir de mañana.

Jhonny sorprendido, le dice a Santiago susurrándole, que es muy poco tiempo, que le dé al menos un mes y medio para terminarlo, pero Santiago confiando en él, le dice:

–Tranquilo –colocándole una mano en su hombro y añadió–: yo confió en ti, ésta es una gran oportunidad, así que a dar lo mejor de ti Brag que éste puede ser el inicio de tu gran sueño.

El director dió fin a la reunión. Jhonny salió un poco pensativo. Mientras que hablaba con Santiago de los detalles y lo duro que tenía que trabajar para entregar el libro a tiempo; escuchó que alguien lo llamaba por su nombre a un lado del pasillo, se giró para verificar de quién se trataba; por sorpresa, era Melissa, quien lo había llamado desde su escritorio. Jhonny sonriendo y olvidándose de toda preocupación, le dice a Santiago que en un momento lo alcanzaba, mientras se dirigía al escritorio de Melissa.

–Hola mi Básník –dijo Melissa, sonriente–, ¿Y cómo te fue en la reunión? –le preguntó.

–Bien, gracias –le respondió, sonriente.

–Por fin te decidiste, en sacarle provecho a tu talento como escritor –dijo, mientras arreglaba unos papeles en su escritorio.

–Sí, todo gracias a Santiago y si Dios quiere, voy a publicar mi primer libro.

– ¡Ay qué bueno!, entonces brindemos por ello, te invito a almorzar ¿Qué dices?

– ¿En serio? –le dijo Jhonny, atónito–. No, la verdad me da pena –añadió.

–Tranquilo, estamos celebrando un futuro logro, ¿no? –le dijo con una sonrisa, que logró convencer a Jhonny.

–Está bien –le dijo Jhonny, (pero en su interior, gritaba de felicidad por ir almorzar con ella)–, te acepto la invitación, pero que sea solo una cena de celebración –añadió, casi con un tono amenazante.

–Listo.

Melissa recogió algunas cosas de su escritorio, tomó su cartera y sonriendo sensualmente, le pregunta a Jhonny:

– ¿Nos vamos en tu motocicleta o en la mía?

Jhonny solo bastó con decir:

–Como desees Melissa.

Melissa sin pensarlo dos veces, tomó la decisión de irse en la motocicleta de Jhonny.

Se dirigieron con dirección a la entrada del edificio en donde los estaba esperando Santiago. Él, sorprendido de que ellos hayan salido juntos, Jhonny se le adelanta y prosigue en presentarle a Melissa.

–Mira Zeta –le dijo Jhonny, señalando a Melissa–: Ella es Melissa ¿te acuerdas que hace tiempo, te comenté de la mujer a la que le escribía poemas?

–Si claro, yo me acuerdo ¿pero es la primera vez que la ves en persona, verdad?

–Sí.

–Y es bastante hermosa –le dijo Santiago, mirando a Melissa fijamente–. Aunque la verdad, ya te había visto varias veces, pero nunca me imaginé que fueras tú, la amiga de él. –añadió.

–Sí; y me invitó a almorzar –dijo Jhonny, mostrando una gran sonrisa inevitable de ocultar–. Sé que habíamos quedado en ir los dos, pero por fin la veo en persona, y… vamos a ir los dos.

–Tranquilo, no te preocupes Brag –dijo Santiago y en una forma de chiste, le preguntó–: ¿Pero ya le pediste permiso a tu mujer para salir?

–Ja, ja, ja, muy chistoso Zeta –le dijo Jhonny, casi esfumando su sonrisa y no de muy a gusto, por aquel comentario.

Jhonny y Melissa se dirigieron al parqueadero. Al llegar, Melissa le hace un alago por su motocicleta.

– ¡Uy Jhonny! Que motocicleta tan bonita la que tienes.

–Gracias mi Camel –le dijo Jhonny, recordado aquel nombre.

Melissa se sonroja de momento, por la forma en que la nombró.

– ¡Vaya! creí que ya te habías olvidado del nombre que me habías puesto de cariño.

–Cómo olvidarlo mi Camel –le dijo, haciéndole una sonrisa–, si tú fuiste la que siempre me alegró, con una sonrisa en aquellos tiempos –añadió.

–Gracias –le mostró una sonrisa de agrado, pero conservando todavía su apenado rostro, colorido–, entonces ¿a qué restaurante quieres ir? –preguntó, mientras se colocaba su casco.

–Pues… no sé, tú eres la que me estás invitando –dijo, mientras él también se colocaba su casco.

–Vale, entonces vamos y te voy indicando por donde ir ¿listo?

–Listo mi Camel.

Los dos se montaron en la motocicleta y salieron rumbo al restaurante. Melissa le iba indicando a Jhonny por donde tenía que ir, ella lo abrazó de una forma delicada, para poder estar un poco más segura y cerca de él.

Al llegar; parqueó su motocicleta en la cera de al frente. Se bajaron de ella y entraron al restaurante, en donde el mesero les ofreció una mesa para dos personas. Tomaron asiento, les entregaron el menú y así poder solicitar la comida a su gusto. A Melissa le llama la atención una comida en particular y le dijo a Jhonny, que le permitiera a ella, pedir lo que iban a almorzar. Jhonny sin ningún problema, aceptó. Melissa le indicó al mesero que por favor le trajera los platillos que ella le había señalado. El mesero aceptó con gusto y retirándose de la mesa, les indicó que unos minutos les traía su orden. Jhonny en ese instante, recibe un mensaje de Santiago, preguntándole por la carta que le había dado Mike, que solo quería saber por curiosidad.

Santiago te ha enviado un mensaje

Santiago: Brag, disculpa la molestia. Quiero hacerte una pregunta ¿Qué decía al fin, el sobre que te dió Mike, relacionando al proyecto del artículo?

11: 45am

: ¡Uy Zeta!, la verdad no sé, por la rabia que tenía ayer, ni me acordé de aquel sobre.

11:46am

: Pero ahora que llegue a mi apartamento, lo abro y te comento que es lo que dice.

11: 46am

Santiago: Vale Brag

11:46am

:

😂
Vale Zeta

11:47am

Santiago: Ok, pero no gaste energías

😂
, que necesitas terminar el libro lo más pronto posible

11:48am

Santiago: Entonces hablamos luego, te dejo para que conquiste a tu Camel

11:47am

: Pero cuidado que soy el único que le puede decir así.

11:47am

Tú:

😂
, Listo.

11:48am

Melissa, por la curiosidad de que Jhonny no paraba de reír, le preguntó si podía saber el motivo de su alegría.

– ¿Y eso, con quien estás hablando? que te estás riendo solo –le dijo Melissa, mirándolo fijamente.

–No, solo es Santiago –dijo Jhonny, sonriendo–, que me está preguntando por el trabajo y que no me vaya a distraer mucho –añadió.

– ¿Quieres decir, que yo soy una distracción para ti? –le dijo Melissa, con el ceño fruncido y un desagrado ante Santiago.

–Para nada mi Camel, no pienses eso; solo fue un simple comentario que él dijo; mejor hablemos de nosotros ¿bien?

–Bueno, cuéntame de tu vida –le dijo Melissa, mientras se acomodaba en la mesa.

– ¿Y qué quieres saber de mí?… Mi Camel –Jhonny le respondió al mismo tiempo que guardaba su celular en uno de los bolsillos de su pantalón.

–Todavía me sonroja que me llames así –le dijo, riendo–.  Ya te echaba de menos –añadió.

–A mí también me alegra mucho. –dijo Jhonny, riendo y añadió–: De poder tenerte aquí.

– ¿Y tú tienes novia? –dijo, casi como si le hubiera tirado un balde de agua sobre Jhonny, recordando de lo que Santiago le había dicho cuando salían del edificio.

Cesó su sonrisa y un poco sorprendido, de la pregunta tan directa que le había hecho, bajó un poco su mirada, y en su mente llegaron aquellos recuerdos de Sami. Melissa notó su cambio en el rostro y decidió cambiar su pregunta; sintiéndose un poco apenada.

–Tranquilo mi Básník –le dijo–, si te incomoda que te lo pregunte, no tienes por qué responderme, mejor dime ¿sobre qué se trata tu libro? –le preguntó, intercambiando miradas.

–No para nada, tranquila mi Camel –Jhonny tomó un respiro, y prosiguió a hablar–, es solo que ayer en la mañana –suspiró…–, tuve una discusión con ella y decidimos tomarnos un tiempo.

–Lo siento mi Básník –dijo ella, tomándolo de su mano–, no quería que te sintieras así –añadió.

–No pasa nada mi Camel –Jhonny mostro una risa, indicándole que todo estaba bien–. Y respecto a la pregunta del libro… se enfoca, en que el lector se sienta identificado y se adentren tanto en la historia, que pueda creer y sentir, que son el personaje principal del maravilloso libro, hasta querer llegar de leerlo por completo.

– ¡Wow! Ya me dieron ganas de leerlo –sonriendo–. ¿Y para cuándo estaría listo? –preguntó.

–En 25 días debo entregar el proyecto, el director y los ejecutivos analizarán si se puede o no publicar.

–Por mi parte, si lo compraría –dijo ella, manteniendo su entusiasmo y con anhelos de leerlo–. Me parece interesante, me llamó mucho la atención –añadió.

–Gracias mi Camel, y a ti ¿cómo te va en la empresa?

–Bien, gracias a Dios, aunque la verdad, quiero aspirar a grandes metas y poder viajar por el exterior –dijo, con una vos baja y tranquila.

–Eso es bueno, tal vez por fin logremos viajar juntos, como alguna vez lo imaginamos –le dijo, haciéndole una pequeña sonrisa.

–En eso si tienes razón, gracias mi Básník, siempre has sabido hacerme sonreír y alegrarme el día; como extrañaba charlar contigo –le dijo, sonriendo y tomándolo de la mano.

–También me alegra mucho hablar contigo… mi Camel –le correspondió la sonrisa y el apretón de manos.

El mesero llegó con la orden pedida de cada uno, colocándole a Jhonny unas deliciosas costillitas de cerdo y con unas alitas de pollo a la BBQ. Jhonny mostró una gran sonrisa por la comida que Melissa le había escogido, agradeciéndole por ese detalle tan lindo.

– ¡Wow! Mi Camel; gracias, sí que recuerdas todavía mis gustos en la comida.

–Por nada mi Básník –le dijo, haciendo un gesto encantador–, son los pequeños detalles, de aquellas charlas por el chat –añadió.

A Melissa le trajeron unos deliciosos espaguetis con pollo. El mesero les preguntó, qué deseaban de tomar como acompañamiento. Melissa miró a Jhonny y le dijo al mesero al oído en susurro, la bebida que deseaba y que si por favor se la podía traer.

–Con gusto señorita; disculpe y me retiro –dijo el mesero.

Jhonny la miró con un poco de malicia, pero prosiguió a comer una de sus deliciosas alitas de pollo a la BBQ, mientras esperaba su bebida.

El mesero llegó con dos vasos de su cerveza preferida. Jhonny lo recibe, agradeciendo al mesero, para después tomar su primer sorbo.

– ¡Ay mi Camel! –dijo él, mientras colocaba su bebida sobre la mesa–: como que te he dado mucha información sobre mis gustos.

– ¿Será? –dijo Melissa, haciéndole una mirada con picardía.

–Pues yo sí creo, tenía bastante tiempo de no tomarme una cerveza.

–Bueno; entonces hoy es tu día de suerte –le dijo Melissa.

Los dos prosiguieron a disfrutar de sus comidas, intercambiando miradas mutuamente, hasta terminar cada uno de ellos y logrando quedar satisfechos, de aquellos manjares.

–Gracias mi Camel –le dijo Jhonny, limpiándose la boca con una servilleta–, estuvo muy rico el almuerzo –añadió.

–Gracias a ti; por aceptar mi invitación, suelo venir a este restaurante, solo en ocasiones especiales como esta para celebrar –le dijo ella, limpiándose su boca igualmente con una servilleta–. Debes de sentirse orgulloso, de que estés aquí –añadió.

– ¡Guau! Pues gracias, me halagas –le dijo él, mostrándole una sonrisa.

Melissa llamó al mesero para que le entregara la cuenta y le mandara sus méritos al chef, por su deliciosa comida. El mesero se dispuso a cumplir su labor, retirándose de la mesa.

– ¿Mi Camel y a qué horas entras de nuevo a trabajar? –dijo él, mientras se alistaba para salir del restaurante.

–Sí, ya ahorita a las 2:00 pm –le contesto Melissa,  ella también se alistaba para salir del restaurante–. ¿Y tú que vas a hacer ahora? –preguntó.

–Debo encontrarme con Santiago, por cosas de trabajo y luego proseguir con el libro.

El mesero llegó con el recibo de la cuenta en la carta, dejándolo encima de la mesa. Melissa pagó el almuerzo y ambos prosiguieron a salir del restaurante. Se dirigieron al parqueadero, en donde se encontraba la motocicleta de Jhonny. Salieron con rumbo a la oficina de Melissa.

Al llegar al parqueadero, Melissa se baja de la motocicleta, regalándole nuevamente un halago por lo bonita que era su motocicleta, pero no tanto como la de ella.

–Tu motocicleta sí que es muy bonita, pero… no creo que sea más que la mía.

– ¡Ha, si! –le dijo él, con el ceño un poco admirado–. ¿Y cuál es tu motocicleta? y saber, qué tan cierto es lo que dices –preguntó.

–Esa que esta allá, la motocicleta negra –dijo ella, señalando hacia donde se encontraba su motocicleta.

– ¿Es en serio? no lo puedo creer –dijo Jhonny, bajándose de su motocicleta y dirigiéndose hacia la motocicleta de ella.

Melissa encendió su motocicleta. Una Yamaha MT-07 700cc color negra. Jhonny solo la admiraba, de lo asombrado que estaba.

– ¿Y qué tuviste que hacer, para conseguirla? –dijo él, haciéndole una mirada con picardía.

–Ja, ja, ja, muy chistoso Jhonny –dijo ella, colocándose un poco rígida y frunciendo el ceño.

–Disculpa mi Camel, no era mi intención hacer ese comentario tan estúpido –dijo él, queriendo casi que la tierra se lo tragara, por el mal sentido de la palabra.

–Tranquilo, no pasa nada –dijo ella, evitando un mal momento y añadió–: Me la compré, gracias a un proyecto en el que invertí y pues… que te digo; quería darme un regalo y la motocicleta me gustó mucho. No eres el único que le gustan las motocicletas de este estilo –dijo ella, mostrándole la lengua en forma graciosa y coqueteo.

–Me sorprendes mi Camel; sí que tienes buen gusto.

–Entonces… ¿qué tal te parece mi Sasa? –le dijo ella, con entusiasmo.

– ¿Tú qué? –dijo él, con un gesto en su rosto casi de carcajada.

–Mi Sasa; así se llama mi motocicleta –dijo ella, sin entender el gesto que hizo Jhonny casi a punto de reírse.

Jhonny por fin suelta aquella carcajada que tanto le costó sostener, haciendo que Melissa le reclamara por ello y se colocara un poco eufórica.

– ¿Y tú de qué te ríes? –dijo ella, cruzando los brazos–. Yo no le veo nada de chistoso que yo le coloque nombre a mi motocicleta –añadió.

–No es eso mi Camel, es que… me causa un poco de risa, es el nombre que le colocaste; no sé; le hubieras puesto un nombre más rudo.

– ¡Ha, si!, ¿y cómo cuál? –dijo ella, aun con los brazos cruzados y el ceño fruncido.

–Pues… un Rocky; o un Drake; o no sé; un nombre que llame la atención.

–Pues es mi motocicleta y yo la llamo como yo quiera, ¿ok? –le dijo ella, ya un tono más tranquilo y demandante.

–Ok, perdón –le dijo, haciéndole un gesto con las manos de aceptación–. Y a propósito, ¿cuándo me la prestas para manejar esta máquina? –preguntó.

–Eso… te lo tienes que ganar –le dijo ella, haciendo una mirada con picardía.

–Interesante, ¿y que tendría que hacer? –dijo él, acompañando su mirada.

–Que me aceptes una invitación… una cita –dijo ella, acercándose a él y mordiéndose un poco su labio inferior.

– ¿Es en serio? ¿Tú me está invitando a salir? –dijo él, bastante sorprendido.

–Sí claro, ¡mi Básník! –le dijo, acompañándolo con una mirada, bastante seductora.

–Me siento como raro, que una chica me invite a salir, debería ser yo; quien lo haga; pero acepto con gusto la invitación –dijo él, cruzando los brazos y preguntó–: ¿Y para cuándo?

Jhonny le hizo la pregunta, mientras los dos se dirigían, de nuevo con dirección donde se encontraba la motocicleta de Jhonny. Melissa le responde.

–Pues…regálame tu número telefónico y yo te llamo ¿te parece? –dijo ella, sacando el celular, de su cartera de mano.

–Ok, estamos haciendo los roles inversos; usted el hombre y yo la mujer; debería de hacerme el rogado ¿no crees? –dijo él, colocando su mano sobre su barbilla.

–Tú decides, tal vez cuando nos volvamos a ver; dejo que tú seas el que maneje –dijo ella, haciendo entrega de su teléfono y así, el anotara su número.

–Ya rugiste –dijo él, tomando el teléfono de Melissa

Jhonny le anotó el número de su celular a Melissa. Se despidieron con un beso en la mejilla. Jhonny salió del parqueadero, rumbo a su apartamento, en busca del sobre que le había entregado Mike en aquella amarga reunión y poder llevarla al bar, en donde se encontraría con Santiago.

Al llegar, Jhonny se baja de su motocicleta, quitándose el caso e ingresando al bar. Se encontró a Santiago sentado en la barra de bebidas, tomándose una cerveza. Jhonny lo saluda, diciéndole que si no era muy temprano para ponerse a tomar.

–Hola Zeta ¿no crees que está como muy temprano para estar bebiendo? –le dijo Jhonny, saludándolo con un pequeño golpe en su hombro.

– ¡Uy Brag!, casi que no llegas solo es una cerveza, y mira ya la hora que es –dijo Santiago, mirando la hora en su reloj de mano–. ¿Y qué, estaba muy buena la presa del almuerzo? –le preguntó con una risa, y tomando un sorbo de su bebida.

–Jhonny soltó una pequeña carcajada–. Muy chistoso Zeta, mejor pida otra cerveza para mí.

Jhonny tomó asiento. Santiago pidió otras dos cervezas al barman, mientras le preguntaba a Jhonny cómo le había ido con Melissa.

– ¿Y cómo te fué con Melissa? Porque ya babeas con solo verla.

–Bien; es más, ella es la que me invitó a salir –le dijo, con un tono de voz y bastante halagador.

– ¿En serio? Es raro ver ese tipo de invitaciones, ¿no lo crees? –le dijo Santiago, mirándolo extrañamente y tomando un sorbo de su bebida–. Lo felicito Brag, mientras no sea distracción para que termines el libro; todo va bien –añadió.

–Tranquilo Zeta, eso téngalo por seguro; es solo una salida de amigos ¿o se te olvida que Sami existe? Puede ser que nos hallamos dado un tiempo, pero todavía le sigo siendo fiel, hasta que…–suspiró.

Jhonny no pudo terminar la frase, ahogándolo un silencio, con el recuerdo de Sami. Santiago notó su rostro algo afligido, y decide preguntarle por la carta que le había dado Mike.

–Brag, sí que la amas bastante.

–Demasiado, Zeta –le suspiró.

Los dos tomaron un sorbo de sus bebidas.

–Bueno Brag, pero no sientas pena; mejor dime ¿que decía al fin el sobre que te dio Mike? –le dijo, colocando su mano sobre su hombro.

– ¡Ay sí, verdad!, aquí la traigo –sacó el sobre de su bolsillo, un poco arrugado y doblado–. Después de haber almorzado con Melissa; pasé por el apartamento para traerlo, para ver qué tan interesante era la propuesta.

Jhonny abrió el sobre, sacando la carta que traía en su interior, y se dispuso a leerlo en silencio.

Mientras la leía, su rostro se iba postrando un gesto de dolor y tristeza, pero al mismo tiempo un poco de odio. Cuando terminó de leerla; apretando duro la carta; hasta arrugarla por completo, con tanta rabia, la tiró contra la mesa; tomó un sorbo de su cerveza y le dijo a Santiago que le disculpara, pero tenía que retirarse, para tranquilizarse y relajar un poco su mente.

–Te pido disculpas Zeta, pero me tengo que retirar; la verdad no me siento muy bien, y tengo mucho coraje –le dijo, levantándose de la silla.

Jhonny tomo su casco y las llaves para poder salir del bar.

– ¡Espera! ¿Qué paso? ¿A dónde vas? –le dijo Santiago, tratando de detenerlo.

–No lo sé; yo te escribo, o te llamo luego ¿Ok? –dijo Jhonny, saliendo de aquel bar.

–Vale Brag, cuídate –dijo Santiago, nuevamente tomando asiento.

Santiago quedo extrañado por su reacción; tomó la carta y se propuso a leerla, su reacción fue de gran sorpresa, por lo redactado que había en ella. Pudo darse cuenta, de la realidad de Mike y el posible futuro con Sami.

Cita 08
“A veces las cartas del enemigo,
es la riña, de nuestro juego en la vida”.
              Jhonny, Básník.

Jhonny llegó a la banqueta, en donde se conoció con Sami. Tomo asiento; sus ojos se empañaron por completo, logrando brotar algunas lágrimas de su rostro.

Jhonny se percata, que, cerca al lugar de la banqueta, se encontraba un local de comidas rápidas. Se levantó por un momento, dirigiéndose al local para comprar y saciar un poco su apetito.

Al llegar, le pidió al mesero una hamburguesa con papas a la francesa y un refresco para acompañarlo. El mesero le entregó su pedido, Jhonny lo recibe y se devolvió nuevamente a la banqueta, y pudiendo comer tranquilamente. Se quedó hasta llegar la media noche, cumpliendo su palabra y la que Sami le prometió; porque en él, vive la esperanza de que algún día, vuelva el amor de su vida.

 
 
Cita 101
“Dicen que no debemos  mirar al pasado,
pero gracias a él, aprendemos de los errores,
superando cualquier obstáculo, volviendo a cumplir las etapas de la vida”.
 
Jhonny, Básník.

 
Cita 44
“A veces creemos ser felices, con tener a la persona que tanto deseamos, pero no nos damos cuenta de lo que en verdad siente aquella persona; por eso a veces; solo a veces; es mejor abordar el tren, que alguna vez nos trajo”.
     
Jhonny, Básník.
 

* ¡Guau! ¿Qué habrá dicho aquella carta? ¿Por qué Jhonny reaccionó de esa forma?
La verdad quiero preguntarles una cosa mis lectores ¿ustedes creen en el amor a primera vista, o en el amor verdadero?
Ustedes que opinan, sobre la frase: “démonos un tiempo”. ¿si creen en ella? o ¿sólo es una excusa para saber si otra persona puede flechar su corazón mal herido?
Déjeme sus opiniones en mi Instagram, the_basnik, con el hashtag (etiqueta) #démonostiempo, comentando la imagen de la portada, que allí dejaré.


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