Buenas Noches: Esta vez esta sección va a estar solo una bloguera y amigaque publicará en nada su nueva novela. Anabel
Nota de la autora
Hace más de cuatro años que esta historia de amor empezaba a rondarme por la cabeza. En el aquel momento yo estaba estudiando filosofía oriental, y más concretamente yoga. En una de aquellas clases surgió la idea de que mis protagonistas fueran ángeles, seres celestes que ayudan a los humanos. Me di cuenta entonces de que todas las culturas tienen estos seres protectores que están a nuestro lado. Esa era la historia que yo quería contar, la de seres extraordinarios que viven más allá de los límites del tiempo y del espacio. Seres con sentimientos muy parecidos a los de los humanos, seres con la capacidad de amar, odiar, de equivocarse, de dudar, de no ser perfectos. Sin embargo me quedaba una cuestión importante que resolver, ¿dónde viven estos seres? Tenía que encontrar un reino para los ángeles, un lugar que fuera lo más parecido a la idea de paraíso que tengo en mi cabeza. Le di un nombre: Siri-Antiac, aunque necesitaba una ciudad donde vivieran estos personajes. Omm-Baer-d’ang es la capital de este reino de veinte ciudades, un lugar de silencio y de paz inventado, al igual que todo lo que cuento en esta novela.Si algo tenía claro al empezar a narrar es que quería que parte de los lugares de esta historia fueran sitios con un toque diferente a lo que he leído en otras novelas. También tengo claro que no he inventado nada, pero me divertía imaginando las calles anchas de Omm-Baer-d’ang, la musicalidad que había en cada rincón, la luminosidad de su cielo, las cúpulas doradas que se asemejaban al sol.Siri-Antiac es un reino tan antiguo que la humanidad no había ni siquiera dado sus primeros signos de inteligencia. Fue creado por Larma y por su hermana Grunontal, aunque con el tiempo Larma la expulsó del reino. Los ángeles, comandados por Yunil y Keilan, lucharon contra los demonios y ganaron la primera de las muchas batallas que se celebraron… Pero no quiero seguir adelantando acontecimientos. Prefiero que seáis vosotros quienes descubráis el pequeño mundo que existe en mi imaginación, y ahora también en la vuestra. Deseo que disfrutéis de estos Ángeles desterrados.