Yo quiero afilar la piel de la punta de mis dedos
sensible contra la pura realidad, yo quiero
sentir lo que yo cojo.
Porque yo creo en las cosas terrenales
cosas sencillas - las que
se mueven entre nuestras manos
y llenan nuestros días
desconocidas, desapercibidas - -
Cosas comunes, cosas sagradas de la vida
de tierra y polvo y mudez,
traicionadas bajo la cruz
traicionadas en los castillos de hielo
de los filósofos, traicionadas
en Helikon y Parnassos
bajo la fría estrella del arte.
Yo quiero acercarme a estas cosas fieles
más cerca - tan cerca que
las palabras en la poesía
tomen forma según ellas,
igual que los dedos de la mano de un leñador
se aferran a la empuñadura del hacha
lo mismo que lo hacen al libro de salmos.