A estas alturas de nuestra relación con la tecnología, a través del Ciberespacio, no nos debe extrañar la siguiente afirmación: “Somos nuestros datos”.
Al igual que los neurocientíficos fueron capaces de contabilizar los pensamientos que tenemos diariamente (entre 60.000 y 70.000 pensamientos), todavía nadie se ha aventurado a registrar toda la cantidad de información que podemos generar en un día. Algunos de los grandes proveedores de sistemas operativos, rastrean miles de millones de dispositivos a diario, pero el volumen de información es variable: no es lo mismo escribir una reseña como ésta, que generar una “imagen de cabecera”, como tampoco lo es subir una fotografía en formato RAW, enviar correos electrónicos con o sin adjuntos, ver un video, escuchar una canción… El tamaño de la información que movemos en el Ciberespacio es variable y, además, es considerable.
Y la pregunta que puedes hacerte a continuación es si estás salvaguardando esta información debidamente, bien a través de los múltiples servicios «On Line» que las empresas nos ofrecen, o por medio de tu propia capacidad, en forma local o remota. No todo el mundo lo ve tan claro, para algunos sólo existe una solución, y ésta, no es del todo viable para otros.
En este artículo narro algunas experiencias que me han llevado a redactarlo, ya que algunas han hecho un destrozo considerable en sus protagonistas, y en otros casos, se han congratulado de mi «modo paranoico» (fruto de muchos años de lidiar con desagradables pérdidas de información).
El artículo se encuentra en el siguiente enlace:
Puzzle Bobble
Karate Blazers
Puzzle De Bloques
Magical Cat Adventure