Cuando Sebastian postuló el año pasado por primera vez a un colegio para ingresar en el 2017, estabamos muy nerviosos, fuimos a la entrevista y la profesora que nos evaluó, conversó un poco con Sebas y le preguntó algunas cosas. Inmediatamente después de escucharlo nos dijo a mi y a mi esposo que si habíamos pensado en llevar a Sebastian a terapia de lenguaje. Yo me extrañé y le dije que nadie nos había recomendado eso y era la primera en decirmelo, era cómo que algo dentro de mi, no quería aceptar esa idea. Terminó la entrevista y en el auto, mi esposo y yo nos preguntabamos si era en verdad necesario.... "No creo! Él tiene 3 años 2 meses y conforme pase el tiempo mejorará." Exactamente una semana después fue al pediatra para una vacuna que necesitaba y cuando empezó a expresarse delante del doctor, él volteo y me dijo: "Parece que necesita terapia de lenguaje, llévalo a un centro especializado y que lo evalúen". Luego de escuchar eso, sentí que tenía que aceptar que algo pasaba, algo que derrepente no quería aceptar y que si había algo que arreglar lo haríamos sí o sí.
El problema era que nosotros siempre escuchabamos a Sebastian hablar mucho, nosotros lo entendíamos como sus papás que somos y estamos con él todo el tiempo, pero los demás que lo escuchaban no podían entender lo que él expresaba. No pronunciaba bien, no podía entender a veces lo que él me pedía y cuándo le decía: quieres esto?, me decía "No" y se ponía a llorar. Es muy frustante no entender a tu propio hijo, ¿se imaginan?
Decidí inmediatamente buscar ayuda y encontré que existía CPAL (Centro Peruano de audioción, lenguaje y aprendizaje), fuimos una tarde al área de Diagnóstico, nos hicieron algunas preguntas y nos indicó que Sebastian debía pasar por una evaluación de lenguaje que eran 4 sesiones, luego la especialista nos indicaría qué terapia necesitaba recibir y cuál era el problema en sí. Nos explicó que Sebastian no mejoraría con el tiempo, todo lo contrario al crecer más y no ayudarlo tendría más problemas. ¡Estabamos a tiempo! Pasó cerca de 2 semanas y Sebastian empezó con sus terapias.Es difícil ver que tu niño derrepente no avance como otros niños de su edad, pero es algo que nosotros como padres debemos estar consientes. No nos cerremos diciendo que nuestros niños están bien porque así lo queremos ver. Cada vez que asisto al CPAL veo niños con autismo, asperger, falta de audición o problemas de aprendizaje. Cada niño es un mundo y lo que debemos hacer es ayudarlos a tiempo, mientras más pequeños será menos complicado.Estar preparados para lo que se viene, prejuicios de la gente que habla sin saber. Me ha pasado en varios lugares cuando les cuento que Sebastian va a terapias de lenguaje, ponen cara de tenerte lástima o de admiración como si fuera algo gravísimo o algo incurable.Vamos desde el mes de Octubre del año pasado, 2 veces por semana. No les miento al decirles que al primer mes ví muchos cambios en él. Antes de asistir no se le entendía casi nada y no podía expresarse con facilidad porque no podía armar frases largas explicando algunas actividades.Cuatro meses después puedo decir que estoy orgullosísima de mi hijo, que es otro niño, cada día me demuestra con cada ocurrencia que dice que está creciendo y que ambos estamos poniendo de nuestra parte. Ahora cuando llega papá en la noche le cuenta todo lo que hizo en el día y al llegar a sus sesiones con su especialista, le cuenta cosas que ha hecho en casa.Sé que sólo es el principio, faltan 8 meses aún, ya que le mandaron 1 año de terapia, pero seguimos luchando cada día por aprender más cosas y con mucho ánimo y felices de sus logros. Así que si estás pasando por una situación similar, ¡ánimo! debemos transmitir a nuestros hijos ese optimismo para que poco a poco superen cualquier problema.