Las fuentes de la Expresión Corporal dentro de nuestra línea se remontan a la renovación cultural-artística-educativa relacionada con el movimiento y el arte, que surgió en Alemania a principios del siglo XX, donde confluyen 3 aspectos: la dimensión orgánica del movimiento cuyos padres fueron, entre otros, R. BODE y H. MEDAU; la educación rítmica y musical a través del movimiento promovida por Emile. J. DALCROZE; los nuevos planteamientos sobre la danza y el movimiento investigados por Rudolf V. LABAN.
Nuestra metodología se basa en procesos profundos de sensibilización y conciencia sobre las leyes que rigen el movimiento y sus diferentes interrelaciones, dando con ello lugar a las infinitas y subjetivas calidades que el movimiento obtiene. Se ahonda en la vivencia y en el reconocimiento sensorial del espacio, en la simbología que este adquiere, en la significación plástica y o dramática, según sea el uso estructural que de él se haga en el desarrollo del movimiento. Se penetra en la implicación emocional que conlleva la vivencia del tempo y del ritmo en el movimiento. La expresión corporal es un mundo complejo, sistémico podríamos decir, donde factores físicos, psíquicos y culturales entran en juego, interrelacionándose continuamente. De ahí que cada individuo a través de la sensibilización, del conocimiento y de la experimentación de los factores que componen el movimiento, se encuentre con un mundo interior propio y con un lenguaje que le permite expresarlo. Cuando esta expresión se dirige hacia el otro, que a su vez “escucha” y “responde” desde el sí mismo, la comunicación adquiere una gran profundidad emocional, comunicación que pertenece al ámbito de lo esencial del ser.Es importante reseñar, en cuanto a la metodología empleada, cómo desde conceptos en principio “abstractos”: el espacio -direcciones, ejes, planos, etc.-; el tempo -grados de vivacidad que puede adquirir el movimiento-; el ritmo -acentuación, figuras rítmicas, etc.-; los diferentes grados del antagonismo muscular; las relaciones que el cuerpo puede establecer con la gravedad -pesado o liviano-; etc., será el propio alumno quién a través de los recursos y las pautas proporcionadas por el profesor, así como por su propia implicación enmarcada dentro de su bagaje cultural, intelectual y afectivo, los concrete en expresión de sentimientos y emociones. A medida que los canales de la sensibilidad se afinan y se van dominando los elementos empleados en el trabajo, su lenguaje corporal se va enriqueciendo, sus registros expresivos serán cada vez mayores y más matizados, excluyendo el gesto estereotipado y codificado desde el exterior.Fragmento del libro:EXPRESIÓN CORPORAL – ARTE DEL MOVIMIENTOLas bases prácticas del lenguaje expresivoMercedes RidocciEd. Biblioteca Nueva / Manuales Universidad. Madrid 2009 España