Revista Espiritualidad

Nuestra llave de la resiliencia - Los Otros

Por Jjrivero
Nuestra llave de la resiliencia - Los Otros “Es tan jodido enfrentarse al dolor. Sentimos la punzada del dolor y decimos “es culpa de ella, o de él, o culpa mía, o culpa de mi padre, o culpa de mi madre, o culpa de Dios... ”Y tratamos de zafarnos... ¡y todo sucede en un segundo!, ¡sentimos dolor...juzgamos! ¡Fuera ese dolor! Luchamos contra el dolor como si fuera a destruirnos cuando en realidad, si lo aceptamos, lo que hará será curarnos”.
(Samuel Shem, 1997)
La psicología tradicional ha entendido al ser humano como un ser pasivo al que le afectan y rebotan todos los problemas estresantes y las situaciones traumáticas, y que sale siempre dañado de las mismas, actualmente entendemos que las personas son mucho más fuertes de lo que la psicología ha venido considerando. Los psicólogos han subestimado la capacidad natural de los supervivientes de experiencias traumáticas de resistir y rehacerse (Bonanno, 2004).
Para VíktorFrankl, superviviente de los campos de concentración nazi y conocido por el desarrollo del concepto de psicología existencial y la logoterapia, es precisamente una situación excepcionalmente difícil lo que da al hombre la oportunidad de crecer espiritualmente más allá de si mismo; “el hombre que selevanta es aún más fuerte que el que no ha caído”. Una experiencia traumática es siempre negativa, pero lo que suceda a partir de ella depende de cada persona. En la mano del hombre esta elegir su opción, que o bien puede convertir su experiencia negativa en victorias, la vida en un triunfo interno, o bien puede ignorar el desafío y limitarse a vegetar y a derrumbarse (Frankl, 1946).
El concepto de personalidad resistente se desarrolla a través del estudio de aquellas personas que ante hechos vitales negativos parecen tener unas características de personalidad que les protegen. Así, se ha establecido que las personas resistentes tienen un gran sentido del compromiso, una fuerte sensación de control sobre los acontecimientos y están más abiertos a los cambios en la vida, a la vez que tienden a interpretar las experiencias estresantes y dolorosas como una parte más de la existencia. Mientras que las personas no resistentes, mostrarían carencias en el sentido del compromiso (alienación), un locus de control externo y una tendencia a considerar el cambio como negativo y no deseado (Allredy Smith, 1989).
Por esta razón, las personas reaccionaremos de manera distinta ante un divorcio, debido a que pensaremos que con la perdida de nuestra pareja estamos perdidos y no seremos capaces de sobrevivir, sin embargo, a los pocos meses, muchas personas ha rehecho sus vidas y comentan su relación anterior como inaguantable y sin sentido.
De la misma manera sucede en muchas otras facetas de la vida, que no somos capaces de afrontar, que nos asustan enfrentar y que nos suponen estrés y nos pueden generar o nos generan situaciones traumáticas.
Es importante, resaltar el papel que juegan los otros en estas situaciones problema. Normalmente nuestro núcleo de referencia suele ser nuestra familia, cuando nos separamos, nos divorciamos, o perdemos el trabajo acudimos a refugiarnos, y ese papel que juegan en nosotros nuestras familias es importante, ya que sanan, nos permiten recuperarnos para comenzar la batallas. Por ejemplo, teniendo un hogar si lo hemos perdido, así miraremos el horizonte con más tranquilidad. Además, de la misma manera es crucial el papel que desempeñan las amistades, pero dentro de ellas existe alguien que es referencia en nuestra vida, en el que no solo encontramos consuelo, sino además consejo, es nuestro tutor de resiliencia, la persona que nos despeja las ideas y nos ayuda a elaborar nuestros objetivos de superación de dicha situación traumática.
Por esta razón debemos de establecer buenas relaciones con familiares cercanos, amistades y otras personas importantes en su vida. Aceptar ayuda y apoyo de personas que lo quieren y escuchan, fortalece la resiliencia. Algunas personas encuentran que estar activo en grupos de la comunidad, organizaciones basadas en la fe, y otros grupos locales les proveen sostén social y les ayudan a tener esperanza. El desarrollar la empatía es decir ayudando a otros que le necesitan también puede ser de beneficio para usted.
Desde el enfoque de la resiliencia queremos alejarnos de la pérdida sin más, de la soledad y la impotencia ante las adversidades. Bajo esta perspectiva la persona se apoya en los demás, como fuente y trampolín de salida de ese callejón oscuro, potenciando todas sus capacidades, desde el crecimiento personal. Así la persona despliega su potencialidad de hacer bien las cosas a pesar de las adversidades, en lugar de responder con interacciones interpersonales deficientes, comportamiento justificado en lo que falta.
Jose J. Rivero
Psicólogo
Experto en formación
Terapeuta familiar en el Cof 2000
Imagen tomada de http://leandrofernandezmacho.files.wordpress.com/2009/12/la-llave-en-tus-manos.jpg

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