Revista Educación

Nuestra No Operación Pañal

Por Noelia-Golosi @ElBlogDeGolosi

Nuestra No Operación Pañal

Si hace unas semanas os contaba algo expectante el adiós al chupete de Bruno - que por cierto genial, ni un trauma ni medio -, un mes después, durante el que también se ha dado el paso de la cuna a la cama y el intento fracasado de tomar la leche en vaso o taza, os hablo de la Operación Pañal. O para ser exactos, de la No Operación Pañal, porque se supone que una operación debería conllevar el idear unos planes previos dirigidos a conseguir un fin. Y nada más lejos de la realidad.
Tenía claro, o eso creía, que hasta septiembre y la vuelta a la guarde, ni oir hablar de ello. No veía ni un pelín preparado a Bruno y pasaba de enguarrarme las vacaciones y pringarme llevando veinte mudas allá donde fuéramos. Pero...
El viernes pasado a las 19.00 h. y requiriendo Bruno un cambio de pañal se me cruzaron los cables. Y por qué no? Si el niño en un mes ha dado un cambio increíble y está mucho más espabilado, por qué no va a ser capaz? Y por qué no vamos a ser capaces nosotros de soportarlo? Además, es verano. Además, ya tiene dos años.
Ufffff.... qué perezón, la verdad. Reconozco que no lo tenía nada claro, pero armados de valor, nos vestimos, cambiamos tres veces los calzoncillos a Bruno antes de salir y nos fuimos a Carrefour a por más calzoncillos. No exagero si digo que se meaba cada diez minutos y que a las dos horas no nos quedaba ni un calzoncillo limpio de los diez que compramos en el hiper. La confesión de #malamadre es que cenamos fuera de casa y lo tuvimos en calzoncillos mojado toda la cena y el rato de juego en el suelo. Pero oye, que más feliz que una perdiz y ni un agobio ni medio por nuestras ansias por cambiarle. Una guarrada, lo sé.

Operación pañal

Estos son los calzoncillos menos feos que encontré. Y gracias.


El sábado por la mañana se hizo pipí encima dos veces y otras tantas en el orinal. Y hasta hoy. Ni en siestas, ni mientras juega, ni en el sofá viendo dibujos o libros, ni en las rabietas. Ni un pipí encima desde el sábado al medio día hasta hoy lunes, que mientras jugaba con su hermana ha soltado unas gotas que nos han hecho salir pitando al wc y acabar allí.
Lo que no acaba de gustarle es lo de sentarse en el orinal porque sí, porque yo lo digo, así que ni esta "recomendación" estamos siguiendo. Cuando el niño tiene ganas nos lo dice y le acompañamos al orinal, o más bien cuando lo intuímos, pero eso de que cada media hora hay que sentarlo no.
Los primeros sorprendidos somos nosotros, sobre todo después del inicio tan pasado por agua pipí que tuvimos. Pero si no recuerdo mal con Marcela fue igual, el primer día catastrófico y los siguientes bien. Aunque con ella fue algo más planificado y pautado. Pero vamos, que no soy yo muy de pautas y esquemas fijos en esto de la maternidad, llevo un tiempo dándome cuenta de ello.
Ah, de momento el pañal de la noche lo sigue llevando, aunque eso sí, a lo poco que intuya que puede pasar sin él lo intento, a ver si no se hace tan largo como con Marcela, como os conté aquí.
A ver si en otro post os cuento el paso de la cuna a la cama, que fue hace un par de semanas y también sin pensarlo.
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