Y antes que nada… ¡Feliz Navidad a todas y todos! Muchas gracias por venir…
Pues para Bebé Fúturo ha sido su primera Navidad, el año pasado sólo estaba en una prominente tripa, y no ha defraudado en absoluto.
Se ha portado como un auténtico niño mayor. ¡Hasta hemos conseguido que no se quitara los zapatos! Todo un triunfazo. Iba vestido para la ocasión, más guapo que todas las cosas juntas.
Nosotros hemos estado recatados con los decorativos. Han sido lo mismos que todos los años atrás, un calendario de adviento (que no puede faltar jamás), unos espumillones puestos alternativamente por las paredes, una estrella de Navidad… Lo que sí me he llevado es la sorpresa de encontrármelo todo montado el 1 de diciembre tras volver del trabajo. El currazo de Papá Fúturo en esta ocasión no tiene nombre.
La Nochebuena, igual que todas las nochebuenas de nuestra vida en común, han sido en casa de Abuelos Fúturos. Este año en los de Papá Fúturo. Pasamos antes por casa de amigos y después arrimamos el hombro para ayudar.
Como hemos sido buenos, el Niño Jesús ha hecho su aparición con los regalos de Bebé Fúturo. ¡Ha traído un correpasillos! Y unos juguetitos. Pero Bebé Fúturo estaba tan agotado del trajín de todo el día que su cara de “¿Esto es de verdad o lo estoy soñando?” no tiene desperdicio. Eso sí, le ha encantado todo lo que ha traído.
Al día siguiente volvimos a donde Abuelos Fúturos para la comida, es más, los regalos se han quedado allí… Y después de una larga siesta y una buena comilona, me quedo con el momento de Bebé Fúturo rodeado de juguetes y sólo quería jugar con ÉSTE.
Como los vecinos de abajo celebraron la Navidad en casa y toda la noche, descansar no hemos descansado bien. Y a estas horas ya llevamos un rato largo en casa intentando quitarnos el empacho de encima.