Buenas noches, queridos seguidores de mis ilusiones. Este mes os he tenido un poco abandonados en esta página pero os aseguro que no he dejado un solo día de pensar en vosotros. No he sido capaz de encontrar un momento en este junio de locura que he pasado: ¡ya me gustaría que mi ocupación profesional fuese la relacionada con todo lo que os voy poniendo en este blog y en mi página de facebook (el enlace, para el que no lo conozca, lo tenéis en la columna derecha de vuestra pantalla)! Por desgracia no es así y tengo que compartiros con mi otra actividad. Junio no me ha permitido dedicaros ni cinco minutos. Bueno, lo que importa es que de nuevo puedo sentarme tranquilo frente a mi ventana a vosotros y contaros cosas.Hoy no es un día para la alegría porque os voy a hablar de que hemos tenido que parar por un tiempo, que espero que no sea demasiado largo, el proceso de ilustración de “Tela de araña”, que os lo presentaba el 29 de enero pasado (os recomiendo que visitéis de nuevo esa entrada). Su ilustradora, Helena Segura Alemany (todos los derechos reservados), cuya página ya conocéis y que, una vez más, os recomiendo visitéis ( https://www.facebook.com/Segaley), me ha pedido suspender nuestro contrato verbal para dar vida a este cuento con el que nos hemos identificado desde el primer momento ambos. “Tela de araña” fue escrito para Helena; sí, Helena, fue escrito para ti y yo lo he sabido cuando te encontré.Yo hoy quiero compartir estos momentos con vosotros, mis queridos seguidores. Estoy convencido de que estáis conmigo en que la manera en la que Helena ha interpretado lo que escribí, y que parte de ello lo estáis viendo en esta entrada, es de una sensibilidad y una belleza que pocos pueden igualar. Yo quiero que “Tela…” sea ilustrado de la manera en la que tú, Helena, has empezado a hacerlo: has logrado con tu maestría llena de arte crear unos personajes divertidos que, por sí solos, refuerzan lo que yo concebí. Relaté una historia con una carga dramática importante y, a la vez, divertida: me lo pasé en grande yo solo frente a mi papel cuadriculado. Tú te entusiasmaste desde el primer momento (fue una historia escrita para ti…¿recuerdas?) y te pusiste a trabajar con una ilusión que no he visto en ninguno de los ilustradores con los que he compartido y estoy compartiendo proyectos. Me llenaste de bocetos a través del whatsapp y disfrutamos juntos con lo que ibas creando…Es una pena, queridos amigos. Helena ha tenido que parar nuestro proyecto pues circunstancias importantes en su vida laboral y personal así lo aconsejan. Apoyo este parón porque ahora no está en condiciones de seguir creando la parte gráfica del álbum ilustrado. Yo estoy convencido que todo ello se solucionará pronto…bueno, a lo mejor tarda un poco…, pero se solucionará y volverá a coger sus pinceles porque son parte importante de su vida.No tengo prisa, Helena, y ya te lo he dicho. Te espero el tiempo que necesites que lo haga. “Tela de araña”, nuestro cuento, se puede permitir esperar a que los problemas de su ilustradora se solucionen.Y hoy, a parte de contaros esto, porque me gusta y necesito compartir con vosotros, mis amigos y seguidores en este espacio de la red, todo lo que está relacionado con esta pasión que es la escritura infantil, quiero que disfrutéis todo lo que Helena nos adelanta de lo que será en su día un magnífico álbum ilustrado. Espero que lo disfrutéis tanto como lo llevo haciendo yo desde que me lo envió.Buenas noches y, hoy más que nunca, soñad y sed felices y…los que tengáis algún tipo de creencia pedid por que los problemas de Helena se solucionen pronto y así la podamos tener de nuevo entre las páginas de “Tela de araña”.Un abrazo muy cariñoso para todos vosotros.José Ramón.
Una divertida y emocionante historia que discurre alrededor de una bien tejida tela de araña, es la que se nos cuenta en este relato de amistad entre una araña y una mosca. Relación no demasiado comprendida por la progenitora de aquella y sí agradecida por la de ésta. Jorge, el dueño de la habitación en la que desarrolla la escena, quiere ser “protagonista principal” de la misma, a pesar de la insistencia de su cargante madre…“Tela de Araña” es una entrañable y trepidante historia de amistad, principalmente, sin reparar en distinciones de “raza”, origen, especie; no ausente de emoción, que mantiene al lector expectante hasta su finalización.
En una tarde de un día cualquiera, como muchos anteriores y, seguro, como muchos que quedaban por venir; la madre de Jorge, el sucio inquilino de aquella pequeña, desordenada y, por qué no decirlo, sucia habitación, estaba harta de discutir con él por motivo de su limpieza, y la mayoría de los días, con que mantuviese aquél su estancia cerrada, se conformaba. Ojos que no ven…–Flavia, ya estoy aquí –dijo aquella mosca que tantas ganas tenía de cazar Jorge.–Hola, mamá. ¿Salimos a practicar esas acrobacias de vuelo que me enseñaste ayer? –preguntó Flavia, ilusionada por poder salir a volar con su madre.Sí, pero antes tengo que prevenirte sobre dos peligros que nos acechan....................................................................................…………………………………………………………………………………………………………………………………………………El segundo y menos peligroso, dijo señalando de nuevo, es aquella tela de araña que está allí arriba, en aquel rincón. Sólo es peligrosa si, al aproximarte a ella, te quedas atrapada en sus pegajosos hilos. Si eso es así, su dueña, aquella araña que ves tejiéndola, caerá sobre ti con la velocidad del rayo y te dará un mordisco que te dormirá para siempre…Flavia se quedó mirándola con cara de estar muy asustada, mientras recordaba su experiencia de hacía un par de días………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………–Raña, no se hace así. Mira, tienes que ir soltando poco a poco tu hilo entre los dos que he formado yo –enseñaba con paciencia la araña madre a su hija, sabiendo que la tela de su hija no era todavía lo suficientemente pegajosa como para atrapar algo distinto de una triste polilla–. Debes de ir con precisión de una a otra para que los espacios entre los hilos sean iguales y lo suficientemente pequeños para que entre ellos no se escapen las presas. ¿Si no, de qué vamos a comer? –le preguntó sonriendo, porque sabía que en aquel cuarto lleno de insectos voladores y no voladores, siempre había algún curioso o despistado que caía en la mortífera red y servía de alimento, por unos días, a madre e hija.–Los insectos más sabrosos son las moscas…………………………………………………………………………………………………………………Por la noche la tela de araña era aún más efectiva que de día, pues no se veía ni producía ningún ruido al moverse mecida por la corriente del simple abrir y cerrar de una puerta. En las noches de Luna, y cuando las cortinas de la ventana estaban descorridas, los finos hilos acogían el resplandor de los haces lunares que daban a tan mortífera red un aire siniestro difícil de olvidar. Flavia no imaginaba que fuese tan peligrosa semejante obra de arte………………………….……….…………………………………………………………………………………………………………………………………..La tela de araña empezó a cimbrear, transmitiendo la señal al interior del agujero en el que la madre de Raña esperaba, pacientemente, la llegada de alimentos.La madre de Flavia trataba de agitar sus alas y escapar volando de aquella trampa. El esfuerzo era inútil. El cuerpo estaba boca arriba y sus alas totalmente abiertas y pegadas a los mortíferos hilos de seda pegajosa de la tela. Miraba a su hija que aterrada empezaba a darse cuenta de la situación. Sabía que su hora había llegado…………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………….