La multitudinaria procesión, entonando alegres cánticos religiosos, partió en la tarde de este jueves 8 de septiembre, día de regocijo y celebración, tras una ligera lluvia que refrescó el ambiente y limpió las calles, desde donde todos los que allí acudieron, unidos por la devoción lanzaban flores a la Virgen y pedían por la paz, la felicidad de sus familias y el bienestar de todo nuestro pueblo.
Muchos devotos vestían prendas o llevaban algún accesorio de color amarillo, el que identifica a la patrona. Numerosas personas portaban velas y flores llevadas como ofrenda al templo durante este festejo, considerado también un acto más incluido en las celebraciones por los 400 años del hallazgo de la Virgen, suceso que celebraremos el próximo año.
La sobria urna de cristal, contentiva de la bella Virgen Mambisa era el punto fijo de todas las emocionadas miradas, y sobre ella caían las flores desde los balcones donde los habaneros entusiastas daban vivas y repetidos aplausos al paso de su santa protectora. Los fieles y vecinos del lugar vitoreaban a la Virgen que era aplaudida también por las personas agolpadas en las aceras, además de en los balcones y azoteas disfrutando el paso del gran cortejo religioso.
La fiesta de la patrona de Cuba coincide esta vez con el itinerario de una imagen de la propia Virgen de la Caridad por toda la isla, el cual se inició el 8 de agosto del pasado año en la oriental ciudad de Santiago de Cuba. En la actualidad vale reconocer que la santa imagen ha recorrido unos 25 mil kilómetros, según destacan los organizadores del evento, y está previsto terminar su largo trayecto cuando arribe a la Habana el próximo 30 de diciembre.
Este año el oficio estuvo conducido por el párroco de la majestuosa iglesia habanera, Roberto Betancourt, quien además tuvo a su cargo la feliz misa de cierre de tan glorioso festejo.