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“Nuestras cloacas, tuberías y casas con agua corriente ya existían en las ciudades romanas”. Entrevista a Joaquín Ruiz de Arbulo
Publicado el 27 junio 2012 por Lilik¿Qué razones te llevaron a dedicar tu carrera profesional al estudio y divulgación del mundo clásico?
La casualidad. Inicié la carrera de Historia en 1978 pensando en estudiar Historia Moderna o Contemporánea y un amigo me convenció para apuntarme a un curso de Arqueología en Ampurias. Allí conocí a dos compañeros que me hablaron de dos excavaciones en Francia que aceptaban estudiantes y ya no hubo marcha atrás. Aquel verano y los posteriores me los pasé excavando en diferentes yacimientos de España, Italia y Francia. Me lo pasaba tan bien que decidí concentrar mis estudios en el mundo antiguo.
¿Cuál ha sido tu labor en la exposición Romanorum Vita? ¿Cómo llegaste a ella?
Mi trabajo ha consistido en revisar los contenidos de la exposición tal como habían sido concebidos por los comisarios y en preparar textos de síntesis de los diferentes temas en colaboración con la responsable de la exposición. Cada una de las secuencias y narraciones de Romanorum Vita -todas necesariamente brevísimas- ha sido fruto de un largo proceso colectivo de concentrado de ideas.
¿Qué aspectos destacarías de la exposición?
Que se trata de una idea nueva, espectacular y sorprendente. El visitante no sabe qué le espera dentro de una gran tienda negra instalada en una plaza de su ciudad; y mucho menos descubrir que va a pasear por un trocito de ciudad romana a escala 1:1 con los edificios enteros, objetos y olores incluidos. La secuencia de la vida nocturna proyectada en la pared es de verdad fantástica, de lo mejor que he visto.
¿Qué nos sorprendería si pudiéramos viajar en el tiempo y pasear por una ciudad de aquella época?
Nada, nos resultaría tremendamente familiar. Al menos a los que tenemos más de cincuenta años y recordamos cómo eran nuestras ciudades y pueblos cuarenta años atrás cuando aún era frecuente que burros y caballos tiraran de los carros por las calles. Nuestras cloacas de hoy en día, tuberías y apartamentos con agua corriente ya existían en las ciudades romanas. París, a finales del siglo XVII, aún no tenía cloacas.
Eres coordinador de las actividades de investigación del Institut Català d’Arqueologia Clàssica (ICAC). ¿Puedes explicarnos brevemente en qué proyectos trabajáis actualmente?
El ICAC es un instituto de alta investigación en Arqueología y trabaja al mismo tiempo en diferentes proyectos de época ibérica y romana. Mi grupo de investigación, en el que trabajo con mis compañeros de la Universitat Rovira i Virgili (URV), los profesores Ricardo Mar, Eva Subias e Ignacio Fiz, está especializado en la arquitectura y el urbanismo de época romana en Hispania e Italia. Eva e Ignacio trabajan también en el Egipto de época helenística y romana estudiando las formas de irrigación de los campos en el valle medio del Nilo.
Pero os estoy hablando sólo de uno de los cuatro grandes grupos de investigación del ICAC. Convido a las personas interesadas que consulten la página web del Institut y verán qué cantidad de proyectos se han realizado en los últimos años.
¿Queda mucho por descubrir de nuestro pasado romano en el subsuelo de las ciudades de la península ibérica?
Naturalmente… ¡si no se nos acabaría el trabajo! Desde los años 1980 por fin disponemos en nuestro país de un sistema coordinado de excavaciones preventivas que permite realizar investigaciones antes de emprender los nuevos proyectos urbanos. Nos gusta hablar de los “Archivos del Suelo”.
Si la ciudad necesita tener un nuevo parking se trata de poder “leer” antes los restos arqueológicos del subsuelo y tomar las decisiones más convenientes con conocimiento de causa. Y lo mismo hacemos con los paramentos de los edificios distinguiendo sus distintas fases. Esta es la práctica habitual en todas las ciudades históricas.
Los hallazgos de la herencia romana son constantes en toda la geografía europea. ¿Alguno de ellos te ha sorprendido o emocionado especialmente?
La Arqueología siempre ha sufrido el mito de los buscadores de tesoros y del hallazgo de piezas o conjuntos excepcionales. Hoy en día sin embargo lo sorprendente resulta contemplar cómo podemos trabajar en equipo y contar con especialistas capaces de resolver cualquier tipo de pregunta, ya sea identificar una semilla, explicarte casi la vida entera de una persona enterrada a través de uno de sus dientes o describir el origen, recorrido y destino de un barco a partir de su cargamento.
Cuéntanos una historia / anécdota de la Roma antigua que sea muy actual…
Cuando Vespasiano concedió a Hispania el derecho latino en el año 69, todas las ciudades recibieron el estatuto de municipios romanos y se pusieron a construir como locos templos, plazas públicas, termas y todo lo que significara ser más romanos que nadie.
Cuando treinta años después Trajano y Adriano llegaron a emperadores los ciudadanos más ricos de Hispania les acompañaron al Senado de Roma y, siguiendo una orden de Trajano, invirtieron sus fortunas comprando propiedades agrarias en torno a Roma para sentirse también “romanos”.
Dos generaciones más tarde, en época de Marco Aurelio, se habla ya de los hispani exhausti: nadie quería ser magistrado de su ciudad por no poder ya asumir los costes que ello significaba. El dinero se había acabado ¡ay! igualito que ahora… Pero esto no duró siempre.
¿Por qué sigue fascinando la historia de la Roma antigua?
Porque la propia idea de Europa es hoy su resultado. Las infinitas poblaciones distintas de Europa occidental y de toda las cuencas del Mediterráneo compartieron durante cuatro siglos dos lenguas cultas, el latín y el griego; se rigieron por una misma ley, tuvieron un mismo ejército, adoraron a los mismos dioses y todo ello bajo una autoridad común aceptada por todos, aunque la corrupción y las conjuras estuvieran a la orden del día, tampoco nos vamos a engañar.
La economía estuvo unificada con un mismo sistema monetario que compartía un sistema común de pesos y medidas. Cientos y cientos de ciudades productivas y consumidoras estaban unidas por las rutas de navegación y por magníficas vías de comunicación terrestre. Los economistas llaman a esto una economía mundo, un sistema compartido.
Hasta la aparición del PVC, un fontanero romano todavía hubiera podido reparar las tuberías de plomo y las válvulas de cualquiera de nuestras ciudades. Antes del cemento Portland nuestras paredes se seguían haciendo con hormigón de cal a la manera romana. Hieron de Alejandría, que vivió en el siglo III a.C., vería encantado sus flotadores reguladores haciendo funcionar las cisternas de todos nuestros wáteres.
En formato breve…
¿En qué monumento o yacimiento romano te gustaría perderte?
En Pompeya al atardecer, cuando los turistas ya se han ido y los vigilantes comienzan a cerrar el yacimiento. Durante 15 / 30 minutos uno puede pasear absolutamente solo por las calles. Es una sensación de verdad increíble.
Un personaje antiguo olvidado por la historia.
Caramba, desde que existe la Wikipedia quiero pensar que ninguno…
Tu sentencia latina preferida es…
Haremos de profesor… Nulla dies sine linea, “ningun día sin (dibujar) una línea” una frase que Plinio el Viejo atribuía al pintor Apeles. Lo sé, lo sé, es una cita muy aburrida, pero es necesario no olvidarla. Hoy en día sólo en el deporte de alta competición está de moda reconocer y admirar la necesidad del entrenamiento y la disciplina del trabajo diario.
Romanorum Vita en una palabra:
Sorprendente.
Fuente: Romanorum Vita