Revista Coaching
Si quisiéramos resumir esta semana con una palabra sin duda esta sería "tormenta". Tormenta en lo político, tormenta en lo meteorológico, tormenta en lo económico. Parecía que España entera se hundía. En todos los ámbitos tocábamos fondo.
El jueves por la tarde tuve que volver en coche desde Jávea hasta Pamplona. En torno a la medianoche paré a repostar y a cenar algo en un área de servicio cerca de Zaragoza. El muchacho que atendía la gasolinera estaba literalmente encerrado dentro de la tienda y desde allí a través de un cajón cobraba la gasolina, vendía cocacolas, sandwiches... Estuvimos hablando un rato y me contó que últimamente era muy común el asalto nocturno a gasolineras y que por ello hace tiempo la compañía decidió "blindar" su puesto de trabajo.
Cuentan que hace muchos años, los guardias del rey estaban construyendo un elevado y grueso muro alrededor de la sala del tesoro. Un monje pasó por allí y les preguntó:
- ¿Para qué hacéis eso?
- Para impedir que los ladrones puedan pasar por encima -replicó uno de los guardias.
- ¿Los de dentro o los de fuera? - contestó el monje.
Y es que muchas veces nos fijamos en las tormentas que afectan a los demás, por las que sin duda deben responder, pero levantamos muros dentro de nosotros para no ver las que tenemos desatadas en nuestro interior.