Pues ya lo dicen que lo bueno dura poco, y tan poco. Una semana de vacaciones se ha esfumado tan rápido que ni cuenta nos hemos dado. Nos ha encantado la isla de Cerdeña, con sus cosas buenas y no tan buenas. Aquí os hago un resumen de nuestra experiencia.
¿Por qué Cerdeña?
La idea de alquilar una furgo y hacer nuestro último viaje de 3 se esfumó en cuanto empezó a crecer mi barriga. No lo vi claro y pensé que sería incómodo convivir en un espacio tan reducido teniendo tan poca flexibilidad.
Cerdeña me rondaba desde hacía tiempo, una isla lo suficientemente grande como para no aburrirte una semana, que además está en un país diferente (¡Italia!) y al que poder acceder con tu propio coche en ferry. Mucha gente me recomendó el destino como un lugar ideal para ir en familia y justo encontré una oferta en el que encontramos un buen precio. Así que no lo pensamos mucho más.
¿Qué visitamos en Cerdeña?
Esta vez he ido a ciegas, sin guías, sin leer opiniones y basándome únicamente en un par de recomendaciones de amigos que nos animaban a quedarnos en la Costa Esmeralda. Yo, como buen culo inquieto que soy, decidí también desviarme un poco hacia el Golfo de Orosei y visitar Alguer y fue todo un acierto. La idea de ir a la capital, Cagliari, la descartamos por estar lejos y disponer de poco tiempo.
Visitamos principalmente playas estupendas (aunque decidimos no ir a la aventura y apostamos por las más conocidas y de fácil acceso): playa de la Pelosa (Stintino), playa Berchida y Genapro (Orosei), Santa Teresa de Gallura, Palau, Porto Cervo (la Marbella de Cerdeña), Playa Blanca (Golfo de Aranci). Decidimos descartar en el último momento la isla de la Maddalena básicamente por mi condición física, pero creo que vale mucho la pena.
Las playas en Cerdeña son bastante limpias. Aguas cristalinas y arena clarita. Las que visitamos además eran espaciosas, así que aunque había mucha gente (por las fechas) no tuvimos problemas de espacio (excepto en la Playa de la Pelosa, en Stintino, una de las más bonitas y más masificadas que encontramos).
Yo vivo en un lugar de playa y reconozco que no es fácil impresionarme pero agradecí no encontrar medusas ni algas en el mar aunque encontré a faltar servicios como baños públicos o papeleras.
Lo que más nos gustó
Las playas, el clima y la comida. La facilidad de encontrar un restaurante con pasta y pizza sin gluten, un auténtico sueño para los celíacos (como algunos ya sabéis, mi marido lo es y eso a veces nos limita mucho a la hora de comer).
No vimos una sola nube en todo el viaje y nos hizo un clima envidiable. Sol, pero con brisa.
A mí personalmente me gustó mucho la ciudad de Alguer y su casco viejo. Estuvimos solo nuestra última tarde allí pero fue muy relajante y un punto final a nuestras vacaciones perfecto. Hay un trenecito que te lleva por el centro histórico que es una monada para los peques (aunque nosotros no lo llegamos a coger por falta de tiempo).
Lo que menosAquí, y que no se ofenda nadie porque es únicamente nuestra opinión personal, tengo que confesar que acabamos un poco decepcionados del trato de la gente que nos atendió. Es verdad que fuimos a sitios muy turísticos y puede que estaban "quemados" con el turista, pero en general no encontramos mucha amabilidad. De hecho, nuestra última tarde en la playa se vio algo trastocada cuando nos encontramos el cristal del coche roto para robarnos lo poco que encontraron. Obviamente no quiero generalizar, pero así es como lo vivimos nosotros.
Esperaba haber encontrado algo más de empatía viajando con un niño revoltoso y una barrigota de casi 8 meses, pero no fue así.
Los lugares donde nos alojamos (tuvimos mucha suerte que los 3 lugares nos ofrecieron habitaciones muy amplias y eso facilitó mucho nuestra estancia) fueron estos:
Orosei: Santa María Resort
Este sitio nos encantó. Era como un remanso de paz a las afueras de Orosei. Las habitaciones están en pequeñas cabañas y el entorno es muy relajante.
Olbia: Geovillage
Nuestra base de operaciones en la Costa Esmeralda. Un lugar de fácil acceso, también a las afueras de la ciudad, pero con un montón de facilidades: gimnasio, 3 restaurantes, bares, piscina enorme con animación, etc.
Alguer: Bed & Bio (B&B)
Un lugar encantador, muy bien ubicado al lado del casco viejo, regentado por Vittoria, posiblemente la persona más amable de todo nuestro viaje. Es un Bed&Breakfa st, no es un hotel, pero un lugar muy práctico para descansar un poco durante nuestra última noche, que tuvimos que levantarnos a las 3am para ir a Porto Torres a coger nuestro ferry.
La única compañía de ferry que te lleva es Grimaldi Lines. Correcta pero sin grandes pretensiones. Como he dicho anteriormente, el servicio brillaba por su ausencia. A pesar de haber personal por todo el barco, ninguno se ofreció siquiera a ayudarme a bajar el cochecito, sino que los propios pasajeros eran los que se ofrecían amablemente a ayudarme (los ascensores funcionan únicamente con buenas condiciones de navegación). Eso me pareció feo. La comida no es muy variada y es cara. Nosotros que viajábamos por primera vez encontramos que la información es poco clara y caótica. Te aconsejo que cojas el menú infantil si no tienes mucha hambre o vengas con el menú contratado con antelación, de lo contrario espera a gastar entre 40 y 50 euros por pareja (primero, segundo, postre y bebida) y por platos que dejan un poco que desear.
El trayecto es largo (unas 12 horas) pero no se me hizo pesado porque teníamos camarote, una opción muy cómoda si quieres descansar (aunque más cara que si coges butaca, obviamente) pero que es casi indispensable viajando con un pequeñín. Eso sí, son pequeños y la mayoría sin ventana, lo que puede resultar un poco claustrofóbico. El nuestro era para discapacitados y era más amplio aunque con camas separadas.
Las carreteras están bien construidas pero son lentas y con velocidad limitada más baja que las nuestras, con lo que los trayectos se hacen más lentos de lo que uno espera. Hay algunas autovías que hacen algunos tramos un poco más rápido pero hay que tener cuidado con los conductores locales porque la conducción no es muy buena y no se respetan las señales de tráfico al 100% (especialmente los adelantamientos en línea contínua).
En las playas que visitamos nos hacían pagar parking (entre 1 y 2€/hora).
Por lo demás, viajar en tu propio coche es siempre garantía de comodidad y nosotros lo hemos disfrutado mucho.
Y más o menos éste es nuestro resumen. Si me preguntáis en líneas generales, sí, lo recomendaría ciegamente. Es una opción relativamente económica para viajar en familia y a nosotros nos encanta Italia. Podéis ver alguna foto más en mi cuenta de Instagram:
Si tenéis alguna pregunta más concreta, dejadla en los comentarios.
¿Qué tal han ido vuestras vacaciones? ¿Alguna otra buena recomendación que queráis compartir?